Vejer es un destino también gastronómico. Un pueblo donde hacerse con las famosas tortas vejeriegas de Pepe o donde disfrutar de los espacios con acento árabe del grupo El Califa.
Pero el municipio tiene mucho más. Desde los que están escondidos en su entramado de callecitas blancas y empinadas a los que lo hacen en zonas de paso, como la céntrica calle Corredera de Vejer. Es ahí precisamente donde ha abierto sus puertas, apenas hace un par de meses, el nuevo espacio de dos jóvenes talentos de la gastronomía patria.
Se llama Narea y es el lugar donde ponen su alma Alejandra Gnisci y Jaime Batista, que trasladan su restaurante de Sanlúcar de Barrameda a pleno centro de Vejer. Pero ¿quiénes son esta pareja profesional y qué es lo que encontraremos en su restaurante?
Dos jóvenes con mucha mano en la cocina
Pareja tanto en la vida como en la cocina, Alejandra y Jaime tuvieron claro que querían dedicarse a la hostelería. Jaime, natural de Sanlúcar, confiesa que ya a los 7 años preparaba platos para su familia y su trayectoria se ha desarrollado junto profesionales como David Muñoz, los hermanos Roca, Ramón Freixa o el grupo Triciclo.
Alejandra, por su parte, tiene sangre italiana, argentina y se crió en Málaga. Por lo que todo ese bagaje se ve también en su cocina. Se formó junto al chef del caviar, los hermanos Roca o el grupo madrileño Triciclo.
El destino los unió. "Nos juntamos en Girona. Digamos que fue casualidad, aunque le hice un poquito el lío", ríe Jaime. "Estuvimos en Almadrava, que es una gran casa tradicional y en el Celler de Can Roca. Luego nos volvimos a Madrid y Ale estuvo en Nakeima y yo en Triciclo, donde nos volvimos a juntar más tarde", cuenta a Cocinillas.
Fue estando allí cuando salió la oportunidad de montar algo en Sanlúcar. "Teníamos claro que queríamos montar algo nuestro y juntos. Pero sí es cierto que fue un poco forzado por el año en el que fue Capital Gastronómica. Vimos la oportunidad de aprovechar el empujón."
Juntos abrieron un restaurante en Sanlúcar de Barrameda con el mismo nombre. En un principio quisieron hacer de él un gastronómico y a pesar de recibir numerosos reconocimientos como el de 'Restaurante Revelación 2023' por el diario La Razón o el premio a 'Mejor Cocina Creativa 2023' por Gurmé Cádiz, el ritmo no era el que querían.
Narea, el nuevo imprescindible gastronómico de Vejer
Vieron la oportunidad de mirar atrás, de volver a un concepto en el que tapear, pasar un buen rato y hacerlo con su cocina, que mira a sus orígenes, pero también a otras latitudes. Encontraron en la céntrica calle que hoy les acoge, el lugar perfecto.
Tienen una terraza a pie de calle, pero lo más interesante, es la terraza que corona el edificio donde se asienta, con una parra subiendo por la pared, vegetación y un balcón que supone un mirador impresionante sobre toda la sierra. Abren así un nuevo y delicioso capítulo de su historia, que estamos seguros de que será larga y muy satisfactoria.
Cocina personal, viajera y creativa
Y eso es porque su cocina es genuina. Tiene tintes de aquí y de allá, pero sin dejar de mirar a Andalucía y a la despensa gaditana en particular. Es cocina para disfrutar sin tener que pensar demasiado, pero esa aparente simplicidad, esconde mucha técnica y dominio de los fogones.
Con el traslado a Vejer, ha llegado una evolución en su propuesta, manteniendo algunos de los platos que le dieron la fama en Sanlúcar, pero introduciendo nuevos giros e innovación. Por ejemplo, han apostado también por introducir bastantes opciones vegetarianas y veganas e incluso un apartado dedicado a las pastas frescas, haciendo honor a los orígenes de Alejandra.
¿Lo mejor? Que buena parte de sus platos no solo puede disfrutarse por medias raciones, sino también en tercios, lo que permite pedir muchas más cosas y así, llevarse una idea más amplia de su cocina.
Entre sus platos más destacados se encuentran opciones frescas como la ensalada caponata con tomate rosa, aceite de albahaca o sardina ahumada o una muy buena ensaladilla que coronan con tartar de langostinos al ajillo. Otro hit es su ajoblanco con semi mojama de atún, fresa, almendra y alcaparra.
Hay espacio para el finger food y propuestas más viajeras, como el bocata chino de calamares, chilli galera y alioli de ajo negro o sus croquetas de kimchi con pastrami de vaca retinta casero y una salsa que han apodado como txuletesa, que se trata de una mahonesa de grasa de vaca madurada.
¿El plato por el que volver? La raya en manteca colorá. "Es un plato que te tiene que gustar. Nos está dando muchas alegrías", explican los chefs. En realidad se trata de algo muy equilibrado, porque por una parte esta la revalorización de productos tan autóctonos como la manteca colorá. Y por otra, una técnica afrancesada porque la unen a una salsa holandesa ahumada que termina de redondear el plato. "Utilizamos más cantidad de mantequilla noisette que de la manteca, para que no apague con su potencia la raya."
No le quedan a la zaga otros principales como el magret de pato a la gaditana que se acompaña con puré de chirivía, azafrán y chile y una salsa gaditana a base de oloroso, amaretto, naranja, clavo y canela.
¿Hueco para el postre? Por supuesto. Y más si es para probar dulces refrescantes como su interpretación del tailandés sticky rice. Preparan una espuma de arroz y coco, que se acompaña con dados y salsa de mango, crujiente de arroz y ralladura de lima.