Con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, cada día somos más los que estamos deseando reservar unos días de descanso. Los viajes al extranjero todavía se tornan complicados, así que, ¿por qué no apostar por la Península este verano? 

Nos podremos mover libremente por el país y lo mejor de todo, es que en muchos casos lo podremos hacer en nuestro propio coche o en un cómodo trayecto en tren o avión. Ahora bien, si eres como nosotros, que siempre buscamos ese puntito más en materia gastronómica para nuestros viajes, hemos seleccionado 15 lugares para viajar que son destino gastronómico en sí mismos. ¿Te apuntas?

Molino de Alcuneza (Sigüenza)

La ciudad castellana de Sigüenza siempre es una gran opción. Es pequeña, manejable y paseable a partes iguales. En esta pequeña urbe se encuentra un compendio de varias ciudades en una sola, porque en lugar de sepultar una sobre otra, fue creciendo a lo largo de una colina. Además de un reclamo histórico artístico, es también uno gastronómico, con fantásticos ejemplos como el restaurante el Doncel.

Hay más, porque a apenas 10 minutos en coche la ciudad, se alza uno de sus grandes reclamos, el hotel y restaurante Molino de Alcuneza. Perteneciente a la asociación Relais & Châteaux, se ha convertido en punta de lanza de peregrinaje gastronómico a Sigüenza. Y no es de extrañar, porque lo que han conseguido allí los hermanos Blanca y Samuel Moreno, es digno de alabanza. 

El hotel, que antaño fuera la casa familiar, cuenta con 17 confortables habitaciones, un spa y una piscina al aire libre ideal para refrescarse este verano. Pero la verdadera joya se encuentra dentro de la casa. Allí, junto al molino harinero que dio sentido a todo, se encuentra uno de los mejores restaurantes de la provincia.

Capiteaneado por Samuel, en 2019 consiguió su primera estrella Michelin. Allí se cocina la tierra, con una propuesta serrana y manchega. Apuestan por nutrirse de productores locales, para así generar una economía circular en la zona. Embutidos, quesos, legumbres, caza, setas... todo procede del entorno.

Y con ello elaboran platos como una evolución de la sopa de ajo elaborada con ajo de las Pedroñeras, careta de cerdo con salsa brava suave y carabineros o una suculenta paletilla de cordero al estilo moruno. Atención -y disfrute- merecen también sus panes, elaborados con harinas ecológicas y de tantos sabores, que querrás probarlos todos. Y además, podrás hacerlo, porque los sirven en sus desayunos, comidas y cenas.

Atrio (Cáceres)

A Cáceres la escapada está más que justificada y más si este año analizamos varios fenómenos que han tenido lugar, como la apertura del Museo Helga de Alvear o la nueva propuesta de nuestros protagonistas, Torre de Sande.

José Polo y Toño Pérez son el alma mater de un hotel y restaurante, que cualquier amante de la cocina debe visitar al menos una vez en la vida. No hablamos de otro que Atrio, un proyecto, que definen como “el sueño de nuestra vida” y no es para menos porque hoteles como este, hay pocos.

Tan solo tienen 14 habitaciones, insertadas en un edificio donde la grandiosidad de Cáceres y el diseño se unen. Es más, en cada una de ellas cuelgan de las paredes obras originales de artistas de la talla de Andy Warhol, Antonio Saura, Antoni Tápies o Thomas Ruff. Y qué decir del restaurante. Sentarse a la mesa de este restaurante, es entregarse al más puro placer de comer y disfrutar haciéndolo. Galardonado con dos estrellas Michelin, explora la cocina cacereña en clave de alta cocina y además, ostenta una de las mejores bodegas de España y porqué no, del mundo. 

Hay que quedarse a dormir, porque su desayuno, servido en la habitación, no tiene igual. Y amanecer con unas migas con huevo es una de las mejores experiencias que recordamos. Además, este mismo año han arrancado un segundo proyecto, más económico e informal, Torre de Sande.

Un edén repleto de vegetación bajo una imponente torre de piedra, es el lugar donde surge la magia. Y lo hace a base de una carta de corte tradicional, con fuerte representación de brasas y elaborada toda con ingredientes de proximidad. 

Far Nomo y Hotel El Far (Costa Brava)

Imagina nada más que en Mediterráneo ante tus ojos. Hay lugares donde el verano es así, un verano de playas amables y montañas escarpadas, de gambas de Palamós o del Cadaqués que enamoró a Dalí. Así es la Costa Brava y concretamente en Llafranc, dominando un acantilado de 170 metros sobre el mar, se encuentra el icónico faro de Sant Sebastiá.

Y no se trata solamente del faro más alto de este litoral, sino que dentro de él, se encuentra uno de los espacios gastronómicos más apetecibles de la zona. Se llama Far Nomo y desde el año 2015, lo regenta la familia Molina-Martell, más conocidos como el Grupo Nomo.

Cuando llegaron, aquello estaba prácticamente abandonado, así que se pusieron manos a la obra y manteniendo la estructura original del faro, le dieron nueva vida. Lo que antes fueron las dos viviendas de las familias del farero, hoy es la sala del restaurante, mientras que el patio central, se ha reconvertido en las cocinas de Far Nomo.

Si interesante es el interior, el exterior merece una ovación. Un bucólico jardín que parece salido del Sueño de una noche de verano, al abrigo de vegetación que crece en las pérgolas, con el mar como telón de fondo y la luz del faro alumbrando la noche. 

En el plato, todo el saber hacer de este grupo, que ha apostado por la cocina nipona con influencias e ingredientes del Mediterráneo. Imprescindibles son su okonomiyaki, los nigiris de anguila del Delta del Ebro, los huevos con tsukune de Wagyu o el tataki de salmonete, por citar algunos. Si haces noche en El Far Hotel, también sobre el acantilado, la experiencia será memorable.

Andora Park Hotel (Andorra la Vella)

Cuando muchos piensan en Andorra, la imagen que se les viene a la cabeza es la nieve. Pero Andorra es mucho más y más allá de la temporada de invierno y esquí, la capital ofrece mil y un planes para tenerla como destino.

Desde un paseo entre montañas por el Vall D'Inclés, hasta visitar la sede del museo Carmen Thyssen, pasando por descubrir el legado románico del Principado. Y también, porqué no, descubrir la gastronomía de montaña.

Todo ello se puede hacer en el mejor hotel de la ciudad, el Andorra Park. Abría sus puertas a finales de 1957, en lo que fuera un chalet de montaña de tan solo 15 habitaciones (ahora son 97). Convertido en adalid del lujo y savoir faire en la zona, por ellas han pasado desde celebridades del mundo del espectáculo y la cultura, hasta grandes deportistas -el mismísimo Maradona se alojó allí-.

Tú también puedes hacerlo y razones no le faltan para ser atractivo. Una de las más jugosas, su piscina al aire libre, excavada en la propia roca y piedra angular de las vistas del hotel. También puedes optar por el relax, con alguno de los tratamientos de su spa y área Wellness, en los que trabajan con la firma natural The Organic Pharmacy.

Y por supuesto, sus alicientes gastronómicos. En breve abrirán su restaurante gastronómico, pero de momento, puedes disfrutar en La Pérgola. El chef Marc Mora reinterpreta a la perfección un mix de culturas tanto andorranas como de los países vecinos, España y Francia. Para no perderse los espárragos con queso Rocamadour (Pirineos), los pescados del día o un arroz seco de cigalas, que no hará que eches de menos en ningún momento el Mediterráneo.

Akelarre (Donosti)

El Monte Igueldo domina la vista en San Sebastián, una de las ciudades gastronómicas españolas por antonomasia. Y allí, en la ladera de este símbolo de la urbe, se encuentra Akelarre, uno de los hoteles gastronómicos más impresionantes del país.

Porque Akelarre no es solo un hotel, sino que nació del restaurante de Pedro Subijana, del mismo nombre. El hotel mira al mar y lo hace con un diseño difícil de imaginar, obra del propio Hotel Akelarre, Espazio Oteiza y el estudio Mecanismo. Su estructura es etérea, llena de espacios abiertos, donde uno quiere perderse y que no lo encuentren. 

Tan solo son 22 habitaciones, pero todas con el Cantábrico como telón de fondo. Y no solo lo miran las habitaciones, sino también las bañeras. La experiencia allí se recuerda toda la vida. Y claro, la gastronomía es su punto más fuerte, con nada menos que dos espacios para sublimar la experiencia.

Por una parte y desde 2017, Espazio Oteiza, el restaurante a la carta, donde disfrutar de clásicos del chef como una ventresca marinada de atún fresco con helado de wasabi y una carta de snacks que pueden probarse en las terrazas del hotel, acompañadas de cócteles de Patxi Troitiño. 

Y por supuesto, la joya de la corona, Akelarre restaurante, el espacio donde Pedro Subijana ostenta 3 estrellas Michelin desde 2007. La sala se ha modernizado, pero su cocina, no ha perdido un ápice de identidad. Técnica, sabor, tradición y exquisita vanguardia se sientan a la mesa de este astro de la cocina patria, con dos menús degustación, Aranori y Berkaki. 

Mas de Torrent (Girona)

No todos los días uno tiene la oportunidad de dormir en una masía del siglo XVIII. Y más de hacerlo en el corazón de la Costa Brava, en pleno Ampurdán. Ahora es posible, porque el hotel Mas de Torrent, de Único Hotels y el sello Relais & Châteaux, ha vuelto a reabrir sus puertas completamente renovado. 

No sabrás si estás allí o plena Toscana, porque la rehabilitación se ha pensado para entregarse al puro placer de vivir. Calma, serenidad... todo ello respetando el entorno y lo natural. Lo mismo te puedes apuntar a un talle de floristería, aprender de cerámica, disfrutar de un retiro de yoga o una masterclass de coctelería. Y eso, en los tiempos que corren de nuevo frenéticos, es todo un lujo.

Otro de los grandes reclamos del hotel, es por supuesto su propuesta gastronómica a cargo de Ramón Freixa, a la que es imposible sacarle un pero. Basándose en la tradición de la cocina del Ampurdán, y esa famosa frase que siempre acuña Freixa de "sin tradición, no hay vanguardia", explora una vertiente atrevida e imaginativa. 

El producto es siempre de primera calidad y de la zona, de pequeños productores, con los que elabora platos como un arroz meloso de gambas de Palamós y verduritas, sus clásicos canelones gratinados o unos raviolis de patata con butifarra negra y alubias del Ganxet, además de una clara apuesta por la cocina a la brasa.

Vila Vita Parc (Algarve)

El concepto de resort ha trascendido a lo que comúnmente hemos entendido. Atrás quedaron, en muchas ocasiones, los mega hoteles sin alma y sin nada más que una pulserita en la que todo -de quinta gama muchas veces- estaba incluido. Ahora se cuida hasta el más mínimo detalle, como lo que ocurre en Vila Vita Parc, el hotel que nació para ser destino en sí mismo.

Sus 170 habitaciones, spa, playa privada y demás servicios, invitan a entrar de allí y no salir hasta terminar nuestras vacaciones. Pero no es lo único, porque junto a todo el lujo, está la gastronomía.

El hotel cuenta con nada menos que diez restaurantes y casi otra decena de bares y terrazas. Aquí es imposible aburrirse, porque la oferta es tan grande que engloba conceptos como Adega, un restaurante tradicional portugués, Aladdin Grill, un restaurante donde se escogen los pescados y mariscos y se preparan a la brasa o Mizu Teppanyyaki, un japonés de autor, entre otros. 

¿Y si te dijéramos que el propio hotel también tiene un restaurante 2 estrellas Michelin? Así es Ocean, el bastión del chef Hans Neuer. Solo entrar al restaurante produce el efecto wow, con un gran ventanal abierto sobre el Atlántico.

La sorpresa sigue en la mesa, donde cada temporada, recorre lo más profundo del ADN gastronómico portugués. ¿Su lema? 'Keep it simple' a través de bocados que son una explosión de sabor en boca. Para este año, el chef lanza 'Islands Edition 2021', un menú donde recorre, además del país, las islas de Madeira, Azores o Santo Tomé. Guisos típicos de las Azores, especias de Santo Tomé o la bodega de Madeira, desfilaran por sus codiciadas mesas este verano. Para no perdérselo. 

Royal Hideaway Corales Resort (Tenerife)

Cuando uno piensa en las vacaciones soñadas, puede que se imagine algo muy parecido a lo que se encuentra en Royal Hideaway Corales Resort, uno de los estandartes de la hotelería tinerfeña.

El sueño de cualquiera puede pasar por tener una piscina privada en su propia habitación. Hecho, las 52 suites del RH Corales Suites la tienen. Un plan perfecto para una escapada romántica o para disfrutar con toda la familia. Puede imaginarse un showcooking en la habitación. También es posible, gracias al programa Chef In Room del hotel.

Más allá de los mil y un servicios del hotel, se han centrado especialmente en la gastronomía ya que cuentan con diferentes propuestas y, desde finales de 2020, alberga el restaurante El Rincón de Juan Carlos con una estrella Michelin y dos soles Repsol. Pero no es el único, también Il Bocconcino-Progressive Italian Restaurant, San Hô y StarFish ofrecen alternativas gastronómicas para satisfacer a los paladares más exigentes.

Además de los restaurantes, cuentan con un trato directo de productores locales como con La Calabacera, una finca ecológica o la bodega Altos de Trevejos, entre otros, presentes en muchos de sus menús y propuestas gastronómicas. 

Imprescindible pasarse por su flamante rooftop, al que han bautizado como Maresía Atlantic Bar. ¿El plan? Alucinar con sus tragos, porque se trata de la primera coctelería de las islas, que para elaborar los cócteles, utiliza íntegramente ingredientes canarios, apuesta de Jonathan Mesa, elegido mejor coctelero de Canarias en 2019.

Molina Lario (Málaga)

En vacaciones muchos buscamos experiencias memorables, pero otros, en cambio, apuestan por sentirse como en casa. El fenómeno Staycation gana enteros cada momento y quedarse en nuestro país, es uno de los mejores planes para este verano.

Y más si ponemos rumbo a Málaga y concretamente al hotel Molina Lario. Para este verano, lanza una nueva propuesta que permite a sus clientes disfrutar, como en su casa de verano, de una larga estancia reservable por semanas, donde despertar con vistas a la Catedral de la ciudad.

Su ubicación es inmejorable, en pleno centro histórico, cultural y comercial de la ciudad, a escasos metros del puerto y del Museo Picasso. Respetando una fachada del XIX, el hotel se ha construido de nuevas, con 103 habitaciones, un acogedor patio interior y un rooftop con piscina que hará las delicias de este verano, con sus impresionantes vistas al puerto y la Catedral.  

El plus gastronómico, lo pone el restaurante Matiz. Mediterráneo y Andalucía se unen en la mesa, formando un dúo memorable, en el que manda la cocina de mercado y temporada y en el que la innovación se pone en la mesa, nunca olvidando la tradición.  

Ikos Andalusia (Estepona)

¿Qué piensas cuando te dicen que un hotel tiene todo incluido? En el imaginario colectivo hay colas, espacios atestados, bandejas de buffet repletas hasta los topes... Cuando visites Ikos Andalusia, borrarás esa imagen de tu mente para siempre. 

Tras triunfar con sus resort -con concepto de cinco estrellas y todo incluido- en Corfú o las Islas Griegas, Ikos aterriza en plena playa de Estepona. Concebido por Studio Gronda, se trata del perfecto hotel de lujo en clave mediterránea. 411 habitaciones, 4000 m2 en piscinas, algunas de ellas privadas, servicio de habitaciones 24 horas, guardería y club para niños y adolescentes, un Spa de Anne Sémonin París y hasta el alquiler -incluido en el precio- de un Mini para hacer una escapada a Marbella. El paraíso en la tierra para unas vacaciones despreocupado de todo.

La mayor parte de su staff procede de Grecia y la hospitalidad y la sonrisa son lo que manda en este hotel. Y claro, con un concepto así, la propuesta gastronómica está a la altura de las circunstancias. Nada menos que 7 restaurantes completan la oferta, especialmente pensados para que el huésped, no salga de allí a menos que lo desee.

La carta de todos ha sido diseñada por chefs de estrella Michelin como David Ibarboure o Ettore Botrini. En Ouzo se sientan a la mesa las recetas típicas de Grecia, en Provence, los platos franceses de inspiración en la Provenza son los protagonistas, mientras que Anaya se ha especializado en platos asiáticos y orientales. Y eso solo por citar algunos. También hay cocina italiana, española o un beach club donde disfrutar a pie de playa. 

Mención merece la carta de vinos del hotel, con más de 300 referencias de toda la cuenca Mediterránea y espacios como el Main Bar, de espectacular diseño, donde despedir el día con música en directo y cóctel en mano.

Villa Rosario (Asturias)

Si existe un lugar único, a pie de playa en Ribadesella, ese es el hotel Villa Rosario. Posiblemente es la estampa más fotografiada del lugar, porque este palacete Indiano de 1914, levantado por un emigrante afortunado, que soñó con construir una auténtica joya perteneciente a una colonia frente al Cantábrico, se ha convertido en uno de los hoteles icónicos de Asturias.

Hoy consta de dos edificios, el principal, en el palacete y un añadido para crecer en número de habitaciones. Todavía conserva ese halo de otro tiempo, integrado a la perfección en nuestro tiempo, con todas las comodidades que el viajero moderno puede necesitar. ¿Lo mejor? La vista al mar, con la que despertar cada mañana arrullado por el murmullo de las olas. 

Hay más, porque el hotel esconde entre sus paredes todo un hito gastronómico. Fue en 2019, cuando el chef Marcos Granda regresó a casa. Nacido en una pequeña localidad de Oviedo, despuntó con Skina, su dos estrellas Michelin en Marbella. A él le siguieron Clos, en Madrid, también galardonado con una estrella Michelin y Ayalga, el restaurante gastronómico del Villa Rosario. 

Su nombre, en asturiano, significa hallazgo, un feliz encuentro con la alta gastronomía a pie de playa, donde disfrutar de producto en mayúsculas, de cercanía y siempre de temporada. La propuesta de Ayalga se estructura en dos menús degustación, Sabores de la Tierrina y Experiencia Ayalga.

Ambos discurren por platos entre mar y montaña y bocados memorables como un torto de maíz con chorizo a la sidra y emberzao, un embutido típico del oriente asturiano, muy similar a la morcilla. Y eso solo como entrantes, porque los platos siguientes son todo un espectáculo de sabores, una gamba roja matices salinos, un chipirón en su propio guiso, pichón es dos cocciones o un solomillo de ternera astur con huitlacoche, hacen el resto. 

Predi Son Jaumell (Mallorca)

La localidad mallorquina de Capdepera, esconde uno de los mejores secretos de la isla, el hotel rural Predi Son Jaumell. Ubicado en medio de la naturaleza, apuestan por ofrecer un servicio exclusivo basado en la sostenibilidad, la calidad y el respeto del entorno, llevando la experiencia del descanso al máximo nivel.

El lugar es de ensueño, con una piscina y solárium donde lo único que se escucha es el canto de los pajaritos, habitaciones de estilo Mediterráneo y una de sus mayores joyas, el restaurante gastronómico de Andreu Genestra con 1 estrella Michelin y una estrella verde.

Nunca la cocina de kilómetro 0 tuvo tanto sentido. Se abastecen de producto de la tierra, su propio huerto entre viñedos y olivos, cerdos o huevos de gallinas criadas en la propia finca. De hecho, el sobrenombre del restaurante es 'cuina de la terra', cocina de la tierra.

Esa sensibilidad propia, le ha llevado a posicionarse como uno de los cocineros con más proyección de la isla. Trabaja en base a dos menús degustación, Sensaciones y Mediterráneo Extremos, con hitos como un arroz de tomate con perdiz o una ostra Amelie al huevo con guiso tierno de pipas y yema seca curada. Un consejo, deja siempre hueco para su espectacular tabla de quesos.

Si te apetece algo más informal, en el mismo hotel se encuentra Senzill, un bistrot con platos mediterráneos como arroces, pescados brasa o el tradicional pa amb oli y viajeros como unos tacos de cochinillo o pulpo.

El Mirador de Loja y Recogidas (Granada)

Habitación del Hotel El Mirador Abades

El Hotel El Mirador (Loja, Granada) acaba de reinaugurarse tras una reconstrucción total que le ha convertido en un increíble hotel de 4 estrellas con una oferta gastronómica inmejorable en un entorno rural muy próximo a la capital granadina y con un diseño que se inspira en la naturaleza combinando materiales naturales con detalles de interiorismo de reminiscencias retro de los años 50.

Mokuren, que significa Magnolio en japonés, un árbol muy apreciado en la cultura nipona, protagonista de fábulas y leyendas, cuyas hojas suelen utilizarse como recurso en su gastronomía, es la otra apuesta gastronómica del Hotel El Mirador.

Su carta está orientada a una oferta gastronómica basada en una materia prima de alto nivel en la que priman los productos de temporada y de cercanía cocinados con técnicas tradicionales siguiendo la filosofía de la auténtica cocina japonesa.

  • Dirección: Ctra. de la Sierra, 13, 18008 Granada
  • Teléfono: 958 21 60 69
  • Reservas: www.mariadelaogranada.com

El restaurante María de la O dirigido por Chechu González, se divide en dos partes: Gastrobar con raciones y concepto informal, y el restaurante gastronómico. Terraza súper agradable bajo limoneros y bonito espacio interior.

Los caldos y escabeches son el hilo conductor de la cocina del granadino Chechu González, a partir de los cuales construye cada plato, un mosaico de ingredientes equilibradamente combinados para crear fondos a los que incorpora productos de temporada, proximidad y de otros lugares, siempre con la intención de hacer disfrutar al comensal. Estilo propio, elegante y técnico, con constantes referencias a Granada en las elaboraciones.

Los escabeches - en el pódium del Concurso de escabeches de la pasada edición de Madrid Fusión- protagonizan su carta, como el Conejo, Escabeche de Naranja y Ostras al natural , Salmón Curado, Escabeche de Coco, Pistacho, Aire de Nori y Gelatina de Mango y Kimchi Foie a la Parrilla, Escabeche Thai o Calabaza, Curry y Pimienta Rosa

Lleva abierto unos años, y el chef se ha incorporado hace aproximadamente dos, aunque es ahora cuando toma forma el proyecto con identidad y un concepto claro de alta cocina.

Hotel Abades Recogidas

  • Dirección: C/Recogidas, 7 - Granada
  • Teléfono: 958 535 484
  • Reservas: www.abadeshoteles.com/es/hotel-recogidasabades-en-granada/

El Hotel Abades Recogidas, para los que prefieren alojarse en un entorno más urbano, es un hotel moderno situado en la calle más céntrica de Granada que le da el nombre. Cuenta con habitaciones con una decoración cuya temática se inspira en elementos relacionados con la tradición y la cultura de Granada.

The Cookbook Hotel (Calpe)

Que Calpe es uno de los nuevos paraísos gastronómicos, ya estaba en boca de todos. En la localidad, donde domina la vista el Peñón d'Ifach, algo está pasando en los últimos años. 

La estrella de Rafa Soler en Audrey's, la de Oro Bianco y un hotel destino gastronómico en sí mismo, The CookBook Hotel, proyecto de Jose Manuel Miguel. Tras pasar por las cocinas de Berasategui, Arzak o Le Bristol en París, volvió a su tierra, a su Alicante natal para abrir el primer hotel dedicado a la cocina.

Junto al bistró Komfort, en el mismo hotel, abría las puertas Beat, que se convertía en otra de las nuevas estrellas Michelin de Calpe. Lo que aquí se practica es una cocina que toma como base la despensa mediterránea y de temporada, a la que Jose Manuel Miguel añade el saber hacer aprendido en las cocinas francesas.

Así, de la cocina de Beat salen platos como una gamba blanca de Cullera, cremoso de coco e hinojo, un pichón de Bresse a las especies o un San Pedro en costra con fondo de lechugas, solo por citar alguna de sus flamantes novedades. 

Hay más, porque en línea de la playa de La Fossa (Calpe), el año pasado el cocinero abría Mare, un local que ofrece pescados y mariscos frescos de la Marina Alta y música en vivo.

S.Marí (San Antonio - Ibiza)

La pandemia ha traído consigo una reconversión en muchos aspectos. Si para muchos la isla de Ibiza era un destino de fiesta, estos dos últimos veranos, se ha descubierto una isla mucho más tranquila, familiar, natural y gastronómica.

Precisamente en materia de cocina, la isla está viviendo un boom sin precedentes. Además de muchas novedades, existen lugares de toda la vida donde disfrutar, a buen precio y con cocina de calidad.

En la zona de San Antonio las opciones son infinitas, pero si te quieres quedar con una, apuesta por S.Marí, el restaurante de un hostal de 1968, que se ha reformado completamente en los últimos diez años y que representa perfectamente el concepto ‘small & friendly’ que domina en el municipio, donde hay muchos hotelitos familiares con medio siglo de vida.

La suya es una cocina creativa de mercado, creativa sin perder de vista la tradicional, muy mediterránea, pero con gran influencia de la cocina catalana, porque su Víctor Bonet, su chef, viene de Barcelona.