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Hoy es el Día Internacional de los Trabajadores, y no hay una razón más contundente para echarse a la calle a trabajar que poder comer cada día. Por este motivo, trabajo y gastronomía siempre han estado íntimamente relacionados. Comer le da sentido al trabajo. Hablamos de nuestra ocupación y decimos ganarnos las habichuelas, o las lentejas, o el pan… eso ya depende de la zona. Cómo se come, lo que se come, dónde y cuántas veces al día, dice y mucho de la posición social, económica y política de la sociedad.
Este es un recorrido a través de la pintura que utiliza la gastronomía para hablar de oficios, de producto, de locales, hambre y circunstancias de la clase obrera.