Para describir los orígenes de la pasta, se debe de hacer una clara distinción dentro de ésta: la pasta fresca y la pasta seca. La pasta fresca es una masa que se hace con harina y agua y que existe en la mayoría de las culturas a lo largo de los distintos continentes desde hace muchísimos años. Por otro lado, la pasta seca comenzó a elaborarse en Italia hacia 1500, cuando nacieron las primeras empresas de fabricación de pasta y desde allí se ha ido conquistando las cocinas de todo el mundo.
Generalmente todas las pastas empiezan siendo una “pasta fresca”, pero algunas se someten a varios métodos de secado para dar lugar a la pasta seca, teniendo así la ventaja de poder tenerla en casa durante meses sin que se nos eche a perder (la pasta fresca a penas aguanta unos 4-5 días).
A continuación os hablaré un poquito de estos dos tipos:
La pasta fresca.
Éste tipo de pasta se hace con unos ingredientes que difieren un poco de la variedad seca. En el norte de Italia se utiliza harina y huevo para su elaboración, mientras que en el sur la hacen con sémola y agua, aunque en realidad, no es que tengan un concepto distinto de pasta fresca, sino que en cada región son típicas unas recetas con unos ingredientes u otras con otros.
Aunque, como ya vemos, se hace en toda Italia, es la región de Emilia-Romagna la que tiene la reputación de hacer la mejor pasta.
A pesar de oír en muchos sitios que la pasta fresca es mucho mejor que la seca, no siempre es así. Son distintas, y se utilizan en diferentes situaciones. Hay muchos platos que se potencian mucho más cuando se elaboran con pasta fresca, otros que sólo se sirven con pasta seca y otros que se pueden hacer con una u otra.
Son infinitas las salsas que se pueden agregar a este tipo de pasta, pero las que más potencian su sabor son las salsas de crema o las hechas con mantequilla y salvia.
La pasta seca.
Hay más de 350 tipos de pasta seca, de muchas formas y variedades. Aun así, no todos suelen estar disponibles en todas partes, ya que éstos deben seguir la ley italiana, la cual dice que deben hacerse únicamente con harina de sémola de trigo duro y agua. Sin embargo, hay dos factores que hacen que la pasta seca italiana sea mejor que la de otros países: los métodos de secado y la extrusión (el método utilizado para dar forma a la pasta).
Dentro de esas distintas formas en las que se puede hacer la pasta (y que os mostraremos más adelante), usaremos una u otra según la receta que pretendamos hacer. Si lo que queremos es una pasta con abundante salsa, con una boloñesa por ejemplo, deberemos utilizar una pasta rugosa al tacto, no muy suave, ya que éstas “agarrarán” mejor el sabor de la salsa. Si, por el contrario, vamos a hacer la pasta con menos salsa, utilizaremos alguna que sea más suave al tacto.
Consejos
A la hora de hervir la pasta, hacedlo en una olla grande, con mucha agua y un puñadito de sal. Si no tenéis esa olla grande, siempre podéis echarle un chorrito pequeño de aceite a la olla. Esto hará que no se os pegue nada.
NUNCA enjuaguéis la pasta después de la cocción, a menos que la utilicéis para una ensalada de pasta, ya que de esta forma le quitaríais todo el almidón y la sal, es decir, todo el sabor que pueda haber cogido en la cocción.
¡Haz tu propia pasta fresca!
Si lo que queréis es impresionar a vuestros amigos o familiares haciendo vuestra propia pasta, lo tenéis muy muy fácil.
Ingredientes
1.200g de harina de trigo duro
20g de sal
500ml de agua
Lo único que tendréis que hacer es mezclar los ingredientes hasta tener una masa que se pueda manejar, pero que sea dura y compacta. Si veis que necesitáis un pelín más de agua, lo podéis hacer. Como os dije en el reportaje de harinas, estas cosas van más a ojo.
Hacéis una bola con la masa y la envolvéis con un paño durante, al menos, media hora.
Después sólo tenéis que amasarla dejando el grosor mínimo y hacer la forma que queráis con ella. Por ejemplo, si lo que queréis es hacer tallarines, tendréis que enrollar la masa como hizo Danny con sus palmeras y cortar el rollo en rodajas de medio centímetro.
Sed cuidadosos cuando desenrolléis los tallarines, ya que se os pueden romper. Y la hora de la cocción, estad atentos, ya que con unos pocos minutos tendréis suficiente.
¡Y eso es todo! Es una receta facilísima, y realmente vale la pena hacerla, y ver la cara de tus amigos cuando les dices que la pasta la has hecho tú 😛