Ni cebolla ni calabacín: este es el truco de los manchegos para hacer el mejor pisto del universo
Uno de los platos emblemáticos de la cocina manchega cuyo nombre conocen todos aunque pocos conozcan su receta más auténtica.
2 octubre, 2024 07:00- Total: 2 h 20 min
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El pisto que se ha hecho siempre en mi casa llevaba de todo, cebolletas, calabacín, berenjena, pimientos, bacalao y huevo batido que se añadía en el último momento para hacer una especie de revuelto... ahora pienso que hasta puede que esta versión podría haber sido una mezcla de varias recetas surgida en algún experimento de mi madre. En cualquier caso, estaba muy bueno y sigue formando parte de mi recetario personal, pero nada tiene que ver con el auténtico pisto manchego.
Cuando menos, resulta curioso que, junto con las gachas y las migas, el pisto sea el plato de la cocina manchega que más se conoce lejos de La Mancha, pero que su receta sea tan poco conocida fuera de sus fronteras.
El sofrito de hortalizas con tomate que muchos identificamos como pisto, no es, exactamente, pisto manchego, al menos no en su versión más auténtica. La receta original no lleva cebolla ni calabacín ni berenjenas, los manchegos solo necesitan dos ingredientes para hacer el mejor pisto del universo: pimientos verdes y tomates maduros. Estas dos hortalizas y, a mayores, un poco de aceite (del bueno) y sal es todo lo que se necesita para preparar el pisto manchego. Se puede servir acompañado de un huevo frito, pero no es obligatorio.
Y el truco de los manchegos para conseguir hacer un platazo de 10 con estos ingredientes tan sencillos no es otro que la paciencia, un ingrediente cada vez más escaso a la hora de cocinar. Hacer el pisto con mimo, dedicándole el tiempo que necesita para cocinarse a fuego lento es el único secreto para que todo el que prueba un pisto manchego se quede enganchado a este plato.
Ingredientes para hacer pisto manchego
- 1 kg de pimiento verde italiano
- 1,5 kg de tomates maduros
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal
Paso 1
Lavamos los pimientos, los secamos y los cortamos en trozos de un centímetro.
Paso 2
Pelamos los tomates, bien con un pelador de hoja serrada o escaldándolos en agua hirviendo, y los cortamos en trozos de tamaño similar a los de pimiento.
Paso 3
En una sartén amplia o en una cazuela, ponemos el aceite de oliva virgen extra y freímos los pimientos a fuego medio-bajo durante una hora aproximadamente, hasta que estén tiernos.
Paso 4
Cuando el pimiento esté frito, es el momento de añadir el tomate a la sartén. Mezclamos todo bien y salamos ligeramente. No hay que pasarse, pues a medida que se vaya cocinando el tomate irá subiendo la potencia de los sabores.
Paso 5
Dejamos sofreír la mezcla a fuego lento hasta que el tomate pierda toda su agua y forme una salsa que envuelva a los trozos de pimiento que estarán tiernísimos. Esto puede llevar entre una hora y una hora y media más.
Paso 6
Finalmente, probamos y, si es necesario, rectificamos de sal.
Paso 7
Podemos servir el pisto manchego con unos huevos fritos o con algo de carne.
Otros platos dentro y fuera de España que se parecen mucho al pisto
Las hortalizas de la huerta mediterránea son la base de muchos platos surgidos en distintas regiones y algunos de ellos guardan similitudes con el pisto.
- Tumbet mallorquín. Es un plato típico de las Islas Baleares, especialmente de Mallorca. Se elabora con capas de verduras fritas: berenjena, patata, pimiento rojo y calabacín, todo ello cubierto con una salsa de tomate.
- Sanfaina en Valencia y Cataluña. Tiene una textura como de salsa espesa hecha a base de hortalizas pochadas que suele usarse como guarnición.
- Fritada o fritá. En zonas como Navarra, La Rioja o Almería, al sofrito de cebollas, pimientos y tomate se lo conoce por estos apelativos. En ocasiones se le añade carne o se acompaña con huevos fritos.
- Alboronía andaluza. Considerado el precursor del pisto, la alboronía es un guiso andalusí que incluye berenjenas, calabaza, pimientos y tomates. Es una receta más antigua y tiene influencias árabes.
- Ratatouille. Fuera de nuestras fronteras, en la Provenza francesa, se elabora este plato que comparte similitudes con los anteriores.