El kouglof es un brioche alsaciano muy popular en los países del centro-norte de Europa y que comparte el día de Reyes con el Roscón. Está claro que el kouglof es muy poco conocido en España, pero es jugoso, tierno y no mucho más difícil de preparar. Además, hay algunas recetas de kouglof que incorporan esa agua de azahar que nos recordará al roscón.

Generalmente, este brioche se hornea en moldes de terracota, siempre con un agujero en su interior para que la cocción sea más fácil y uniforme. Puede que este tipo de moldes hayan sido los precursores de los bundt cake.

El kouglof y sus versiones

Hay mucho mito detrás de esta receta dulce, y también muchas formas de encontrarlo y de prepararlo. Pero los básicos serán, sin duda, el molde, las pasas y el cointreau. También hay algunos que incorporan almendras o avellanas, cerezas y pistachos e incluso gotitas de chocolate. Si quieren probar uno muy bueno es altamente recomendable el que hacen en Umiko Bake (Madrid).

Una vez que el bizcocho sale del horno, se puede consumir tal cual espolvoreado con azúcar glas o se puede hacer un almíbar y regar con él la masa caliente durante unos segundos. Por último, hay quien también riega los kouglof con un poco de mantequilla de avellana para terminar con azúcar común por encima. ¡Una auténtica bomba deliciosa!

Sin duda alguna, este postre será perfecto para hacer un menú alemán a base de codillo al horno, terrina de carne y Spätzle.

Cómo hacer un kouglof

Paso 1

Sumergir las pasas en el licor con un poco más de agua, calentarlo todo en el microondas y dejar que las pasas se ablanden bien ahí.

Paso 2

Mezclar todos los ingredientes del prefermento a temperatura ambiente y tapar con film. Dejar que fermente, a temperatura ambiente, hasta que burbujee muy bien.

Paso 3

Cuando el pie de masa (prefermento) haya burbujeado ya, será el momento de hacer el resto de la masa. Para ello, mezclar todos los ingredientes menos la mantequilla y las pasas y amasar muy bien hasta que la masa sea manejable.

Paso 4

Añadir entonces la mantequilla, poco a poco, a medida que la masa la vaya aceptando. Es importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente, cremosa, para que se pueda incorporar fácilmente. Seguir amasando hasta conseguir una masa que no se pegue a las manos, que esté brillante y muy elástica. Lo último será escurrir muy bien las pasas del líquido e incorporarlas amasando bien. Formar una bola.

Paso 5

Aceitar un bol y poner ahí la masa, asegurándose de que la bola tiene tensión y que la unión queda hacia abajo. Tapar el bol con film, para que la masa no se reseque, y dejar que fermente hasta que doble el volumen. Es importante mantener esta masa lejos de corrientes de aire. Un buen sitio es el horno apagado.

Paso 6

Untar en mantequilla el molde que se vaya a utilizar, también el agujero del centro que toca la masa. 

Paso 7

Volcar la masa a una superficie aceitada y formar un rulo con ella, siempre es importante manejarla con cuidado para desgasificarla lo menos posible. Cuando esté lista, ponerla dentro del molde. Tapar de nuevo con film y dejar fermentar otra vez hasta que doble el volumen.

Paso 8

Calentar el horno a 180 ºC y, cuando la masa haya fermentado bien, introducirla en el horno y dejar cocinar durante 35 minutos aproximadamente, hasta que esté bien dorada por arriba. Tras ese tiempo, retirar del horno y dejar atemperar 10 minutos.

Paso 9

Repasar los bordes con un cuchillo fino y desmoldar aún caliente para que se despegue mejor del molde y luego el bollo se asiente bien boca abajo. Dejar enfriar sobre una rejilla.

Paso 10

Terminar espolvoreando azúcar glas por encima.