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Si hay algo que nos vuelve locos en Semana Santa, eso son las torrijas. Cada año por estas fechas llenan las pastelerías que compiten por hacer las mejores torrijas tanto tradicionales como innovadoras. Si a eso le sumamos uno de nuestros postres favoritos, las natillas, entonces la fiesta se convierte en inolvidable.
Aunque ¿por qué no alargar el disfrute? Para hacer estas torrijas de natillas no hacen falta ingredientes que sean difíciles de encontrar, pues el pan para torrijas puede sustituirse por un buen pan candeal o similar que podemos adquirir en cualquier panadería durante todo el año, por lo que no hay razón para no disfrutarlas cada vez que se nos antojen.
La preparación de estas torrijas de natillas no es más complicada que la de cualquier receta de torrijas tradicionales, pues se trata simplemente de empapar el pan en unas natillas muy líquidas -como una crema inglesa- en vez de en leche como suele ser habitual.
Cómo hacer torrijas de natillas
Ingredientes
Para las natillas
- Leche entera, 500 ml
- Yemas de huevo, 4 ud
- Azúcar, 75 g
Para las torrijas
- Pan para torrijas, 6 rebanadas
- Las natillas
- Huevo batido, para rebozar
- Azúcar, para espolvorear
- Canela en polvo, para espolvorear
- Aceite pare freír
Paso 1
En un bol batimos las yemas de huevo con el azúcar para blanquearlas hasta que estén completamente espumosas. Aparte, en un cazo ponemos a calentar la leche. Cuando rompa a hervir, la retiramos del fuego y la vamos vertiendo muy despacio sobre las yemas mientras vamos removiendo para que se vaya mezclando. Tenemos que dejar caer la leche caliente muy lentamente para que el calor de esta no nos cuaje las yemas.
Paso 2
Una vez que hayamos integrado toda la leche, ponemos de nuevo la mezcla en el cazo y lo ponemos a calentar a fuego muy lento sin parar de remover hasta que espese ligeramente. No debemos exceder los 80 ºC, pues por encima de esa temperatura se nos cuajaría el huevo. Cuando haya espesado un poco, apartamos del fuego y dejamos templar un poco.
Paso 3
Ponemos la cuarta parte de nuestras natillas en una fuente, colocamos las rebanadas de pan y cubrimos con el resto de las natillas. Dejamos que se empapen durante al menos un par de horas.
Paso 4
Pasado ese tiempo las sacamos y las situamos sobre una rejilla para que escurran el líquido sobrante, las pasamos por huevo batido, las freímos en aceite abundante y las dejamos sobre otra rejilla para que escurran el aceite.
Paso 5
Finalmente las espolvoreamos con azúcar y canela en polvo y ¡a disfrutar!
Paso 1
En un bol batimos las yemas de huevo con el azúcar para blanquearlas hasta que estén completamente espumosas. Aparte, en un cazo ponemos a calentar la leche. Cuando rompa a hervir, la retiramos del fuego y la vamos vertiendo muy despacio sobre las yemas mientras vamos removiendo para que se vaya mezclando. Tenemos que dejar caer la leche caliente muy lentamente para que el calor de esta no nos cuaje las yemas.
Paso 2
Una vez que hayamos integrado toda la leche, ponemos de nuevo la mezcla en el cazo y lo ponemos a calentar a fuego muy lento sin parar de remover hasta que espese ligeramente. No debemos exceder los 80 ºC, pues por encima de esa temperatura se nos cuajaría el huevo. Cuando haya espesado un poco, apartamos del fuego y dejamos templar un poco.
Paso 3
Ponemos la cuarta parte de nuestras natillas en una fuente, colocamos las rebanadas de pan y cubrimos con el resto de las natillas. Dejamos que se empapen durante al menos un par de horas.
Paso 4
Pasado ese tiempo las sacamos y las situamos sobre una rejilla para que escurran el líquido sobrante, las pasamos por huevo batido, las freímos en aceite abundante y las dejamos sobre otra rejilla para que escurran el aceite.
Paso 5
Finalmente las espolvoreamos con azúcar y canela en polvo y ¡a disfrutar!