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Cada vez son más las casas que, para celebrar las navidades, optan por preparar el marisco en formato sopa, conchas rellenas, canelones, con salsas o en salpicón. Es más cómodo, más fácil de preparar y el bolsillo lo agradece porque cunde todo mucho más y tenemos el sabor que nos gusta.
En España, lo de coger kilos y kilos de marisco para comer cocido en estas fechas es más bien una costumbre algo viejuna, superviviente en pocas casas de época, que realmente satisfactoria gastronómicamente hablando. Está claro que la Navidad es una fiesta donde uno se puede dar caprichitos, pero meses con R hay muchos, donde se encuentra de igual o mejor calidad y, seguro, mejor de precio.
Y el plato de hoy, salpicón de marisco, aunque sea habitual de verano, es una receta que vale para todo el año; pues el marisco es fácilmente sustituible e intercambiable y el aliño, también. Darse un atracón a marisco en navidades a través de un salpicón es una auténtica delicia y una buena manera de disfrutar y, a la vez, ahorrar.
Si queréis ideas originales lo podéis servir dentro de un brioche como si fuera un lobster roll o también encima de un cogollo de lechuga a modo de ssäm.
La clave de un buen salpicón es, además de la calidad del marisco, la vinagreta. El secreto de una buena vinagreta son buenos ingredientes, bien equilibrados y muy emulsionados. Para acometer esta labor, lo mejor que podemos hacer es servirnos de frasco; meter todos los ingredientes dentro y agitar como si no hubiera un mañana.
De igual modo, el punto diferenciador que lo llevará a la luna es recuperar para esta vinagreta el jugo que hayan soltado los mariscos en sus diferentes cocciones, así como el agüilla de la lata que hayamos utilizado. Sí, el marisco de lata de calidad es un salvavidas muy apreciado y que puede dar mucho juego. ¡Ay! Que hemos abierto la caja de Pandora: correcto, podemos incorporar marisco fresco y alguno de lata, complementado, y funciona a la perfección.
El salpicón es una receta algo entretenida porque hay que picar muy finos todas las verduras y cocer el marisco por separado, pero lo bueno que tiene es que se pueden versionar todos los ingredientes, así como la fuerza de la vinagreta. Un plato refrescante, apto para cualquier ocasión por la exquisitez del marisco. Rico, sano y saludable sólo con ingredientes naturales.
Cómo hacer salpicón de marisco
Ingredientes
- Pimiento rojo pequeño, 1 ud
- Cebolleta, 1 ud
- Apio, 1/6 de rama
- Chalota, 1 ud
- Huevo duro, 2 ud
- Langostinos crudos, 200 g
- Navajas, 120 g
- Berberechos al natural, 1 lata
- Sal, c/s
- PIstachos pelados, 1 puñado
- Tomates cherry, 8 ud
Para la vinagreta
- Salsa de soja, 1 cucharada
- Aceite de sésamo, 1 gota
- Lima, zumo de 1 ud
- Vinagre de manzana, 3 cucharadas
- Aceite de oliva virgen extra, 7 cucharadas
- Polvo de chile o gotas de tabasco, al gusto
- Sal, c/s
- Pimienta negra molida, c/s
Paso 1
Cocer los langostinos y abrir las navajas.
Paso 2
Picar toda la verdura
Paso 3
Preparar la vinagreta
Paso 4
Ensamblar
Paso 1
Cocer los langostinos en abundante agua con sal (como si fuera el mar) hirviendo a borbotones durante 30 segundos. Retirar rápidamente a un bol de agua fría con hielo. Quitar la cabeza, reservar los jugos de la misma y pelar los cuerpos. Trocear.
Paso 2
Abrir las navajas, una vez dejadas en agua con sal durante una hora para que pierdan la arena, en una sartén con unas gotas de agua a fuego fuerte. Cuando se abran retirar, quitar de las cáscaras, trocear y reservar el jugo que hayan soltado.
Paso 3
Escurrir los berberechos de la lata y reservar el jugo.
Paso 4
Picar todas las verduras muy finamente, muy pequeñas, los tomates cherry en sextos. Picar también la clara de huevo muy pequeña y, por otro lado, desmigar la yema.
Paso 5
En un tarro poner todos los ingredientes de la vinagreta, cerrar y agitar muy bien hasta que se emulsione todo. Poner también el jugo de la cabeza de los langostinos, de los berberechos y de las navajas y, por supuesto, los pistachos.
Paso 6
Mezclar todos los ingredientes del salpicón y aliñar con la vinagreta, terminar por encima con la yema desmigada poniendo previamente a punto de sal al gusto de cada uno. Lo recomendable siempre es aliñar en el momento que vaya a ser servido.
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