Leemos una y otra vez que el arroz y, en general los cereales integrales, son más sanos que los refinados y cuando uno por fin se anima y se viene a casa con su flamante paquete de arroz integral dispuesto a prepararse una deliciosa ensalada, resulta que el arroz está durísimo.
Y es que como los granos están envueltos en el salvado, la cocción es algo distinta a como estamos acostumbrados con el arroz blanco refinado y hoy os voy a contar cómo cocer el arroz integral para que no quede duro con el método que mejor me funciona a mí. Con él podemos preparar un arroz de guarnición que podemos usar también para ensaladas.
Cómo cocer arroz integral para que no quede duro
El truco es facilísimo, porque ni siquiera hay que medir la cantidad de agua, pues lo vamos a cocer en una abundante cantidad de agua, como si fuera pasta.
En una olla grande ponemos agua abundante a hervir y cuando hierva añadimos sal como si fuera para cocer pasta. Lavamos el arroz bajo un chorro de agua fría y lo escurrimos.
Cuando el agua haya empezado a hervir, añadimos el arroz integral ya lavado.
Cocinamos con la olla destapada durante 20 minutos a fuego alto, sin remover y desespumando de vez en cuando.
Pasados los 20 minutos, apartamos la olla del fuego, escurrimos el arroz, lo ponemos de nuevo en la olla y la tapamos durante 10 minutos.
Destapamos la olla y damos unas pasadas con un tenedor para separar algunos granos que se puedan haber pegado unos a otros.
Y ya tenemos listo un arroz integral que podemos servir regado con un poco de aceite de oliva virgen extra como guarnición, o dejarlo enfríar para preparar una ensalada o para cocinar un arroz frito.
Ya veis que no entraña ninguna dificultad y se puede usar exactamente igual que el arroz blanco refinado. Si en vez de cocerlo, queréis usarlo para hacer un arroz tipo paella, entonces tendréis que leer atentamente las instrucciones del paquete, pues la cantidad de líquido necesaria puede variar de una marca a otra.