Hoy os voy a enseñar a preparar masa quebrada, también conocida como pasta brisa o brisée. Es la masa que nos sirve para hacer tanto platos dulces como salados, para quiches y tartaletas; también para las famosas “pies” e incluso como sustituto de la típica base de galletas en tartas de queso y demás preparaciones cremosas.
Ingredientes (para 2 porciones de masa)
- * 350 gr. de harina
- * 120 gr. de mantequilla
- * 1 huevo grande
- * 1 pellizco de sal
- * 1 cucharadita de azúcar
- * 1 cucharadita de impulsor químico (mal llamado “levadura” tipo Royal)
Es cierto que se puede comprar hecha, que casi todos los supermercados tienen masa brisa en sus secciones de refrigerados, pero yo te propongo que lo hagas tú mism@ por varios motivos: primero porque es divertido, pero principalmente porque todo lo que se hace en casa sabe mejor. Además esta masa es de las más fáciles de hacer y no se tarda nada. Por eso es mucho mejor preparar la masa nosotros mismos en el momento en que la necesitemos, que tener una masa precocinada esperando en la nevera a que nos llegue la inspiración de qué hacer con ella 😛
Hoy os enseño a hacer la masa y la próxima semana os cuento para qué la utilicé.
Preparación
Antes de empezar, una advertencia: el secreto de esta masa es trabajarla poco (por eso es tan rápida y fácil). Su textura debe ser granulosa, un poco tosca si quereis, y para conseguirlo, el amasado debe ser ligero. Ahora os explico cómo.
Empezamos echando la harina en un bol y a continuación añadimos la mantequilla a temperatura ambiente. Mezclamos bien con los dedos hasta obtener una pasta arenosa y no elástica (hay que trabajarla poco!)
A continuación echamos la sal, el azúcar, la cucharadita de impulsor y el huevo y volvemos a amasar sólo lo necesario para juntar los ingredientes.
Hacemos una bola con la masa, la envolvemos en film transparente y la dejamos en el frigorífico una hora para que tome consistencia.
Cuando saquemos la masa del frigorífico, haremos dos bolas, una para prepararla al momento y otra que podremos congelar para otras ocasiones (congelarla un poco estirada para que su descongelado posterior sea más homogeneo)
Con la bola de masa que vamos a preparar, estiramos bien con el rodillo suave y lentamente, para que la masa no coja demasiada temperatura (lo que podría hacer que se ablandara y no queremos eso!)
Cuando ya la tenemos estirada, la colocamos en un molde para horno, cortamos los bordes sobrantes y pinchamos por varios sitios para que no suba y se quede pegada a las paredes del molde.
Para este mismo propósito, venden unas cadenitas que hacen de peso para asegurarse de que la masa permanece en el fondo y no se infla. Si no tienes cadenita, te vale cualquier cosa que haga un poco de peso, como unos garbanzos por ejemplo 🙂
El tiempo en el horno dependerá de si la receta que haremos con la masa incluye más horno (como en las quiches) o si será una tartaleta fría. Para una tartaleta la pondremos unos 20 minutos a 180º. Para una receta de quiche o cualquier otro plato caliente que vaya a ser horneado también después, con 7 minutos de horno será suficiente.
Ya tienes tu masa quebrada lista para usar.
Resultado
Esta masa te vale para hacer una tarta o quiche grande o varias tartaletas individuales. Puedes ponerle un relleno tradicional con nata, huevos, bacon y queso para hacer la típica Quiche Lorraine, o añadirle cebolla y convertirla en una Quiche Alsacienne. O puedes inventarte lo que quieras y ponerle lo que encuentres por tu nevera. Esta masa es ideal para mezclar cosas y hacer recetas de aprovechamiento, tanto de dulce como de salado.
La semana que viene os contaré cómo la rellené yo.
Tiempo: 10 minutos de amasado + 1 hora de refrigerado
Dificultad: 1/5
Digestión: 2/5
Precio: 1 €