La combinación de la sobrasada con miel es ganadora, igual que si se le añade un poco de queso. De hecho, en muchos bares ofrecían hace unos años esta tosta y siempre conquistaba a todos. La potencia de la sobrasada, de cerdo negro como manda la tradición mallorquina, se dulcifica con la miel lo justo para seguir siendo siempre la protagonista porque todas sus especias y su grasa hacen que sea muy difícil que pase desapercibida.

La de hoy es una receta homenaje a Mallorca, donde se cocina el pollo relleno de sobrasada, pero acercándose también a tradiciones andaluzas y asturianas. ¿Por qué? Pues porque esto podría ser perfectamente un cachopo de pollo y sobrasada o también un flamenquín. Cada uno que lo vea de la manera que prefiera. El aspecto es, sin duda, más de cachopo, pero podría hacerse redondo y asimilarse más a un flamenquín.

A los que adoren la sobrasada, tienen que probar esta receta. Igual que la crema de alubias blancas y sobrasada cuando empiece a entrar la época de frío, los calamares con sobrasada que es un mar y montaña que sorprende (igual que los mejillones con salsa de sobrasada que sirven en el restaurante Salicornia de la Colonia de Sant Jordi, en el hotel Honucai, que son una de una elegancia pasmosa) o las crepes de espinacas rellenas de huevo, requesón y sobrasada que servirán tanto para un desayuno copioso como para cualquier almuerzo o comida.

La preparación de hoy es sencilla, sólo hay que contar con filetes finos de pechuga de pollo o filetearla uno mismo, pero esto será tedioso y el pollero lo hace ya de maravilla, y rellenarlos con cuidado con una capa de cremosa sobrasada. ¿No hay sobrasada a mano? Una alternativa que podría servir sería la de quitar la tripa de una chistorra y machacarla muy bien hasta hacer una crema. Para cerrar bien los filetes de pollo con la sobrasada dentro, lo mejor es emplear unos palillos o, si no se tienen, unas brochetas de madera lo más cortas posible. 

Luego sólo habrá que pasar por harina, huevo y pan rallado y freír a fuego no demasiado alto para asegurarse de que el pollo queda bien hecho por dentro y dorado y crujiente por fuera. Siempre es recomendable sacar cualquier frito a un plato con papel de cocina para que se desprenda del exceso de grasa. Una vez frito será el momento de rallar el queso por encima y terminar con un poco de miel. La miel podría sustituirse por miel de palma, melaza o incluso sirope de ágave si se prefiere.

Pollo relleno de sobrasada

Ingredientes

  • Filetes finos de pechuga de pollo, 8 ud
  • Sobrasada, 80 g
  • Sal, c/s
  • Huevo, 2 ud
  • Harina, 100 g
  • Pan rallado, 200 g
  • Aceite de oliva, abundante para freír
  • Queso curado, 30 g
  • Miel, 4 cucharaditas

Paso 1

Condimentar el pollo

Paso 2

Rellenar el pollo

Paso 3

Empanar y freír

Paso 4

Terminar con el queso y con la miel

Paso 1

Disponer un filete de pollo sobre la tabla, añadir un poco de sal y cubrir con una generosa capa de sobrasada.

Paso 2

Poner por encima, en la misma forma, otro filete de pollo que cubra el primero y la sobrasada y volver a añadir un poco de sal por la superficie. Cerrar con la ayuda de unos palillos en las dos puntas.

Paso 3

Batir los huevos en un plato hondo, disponer la harina en otro y el pan rallado en otro.

Paso 4

Pasar el pollo relleno primero por la harina, cubriéndolo bien por todas partes y por ambos lados. Luego, pasar por el huevo y hacer lo mismo. Terminar la operación cubriendo todo con mucho pan rallado, para que no quede ninguna zona sin tapar.

Paso 5

Calentar abundante aceite de oliva suave en una sartén honda y, cuando empiece a humear, controlar el fuego y freír el pollo. Primero un par de minutos por un lado y luego por el otro.

Paso 6

Retirar el pollo relleno de sobrasada a un plato con papel de cocina, secar también por la parte de arriba con otro trozo de papel. Rallar abundante queso curado por encima y terminar con la miel, intentando que caiga en hilo fino por toda la pechuga de pollo.