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Hace un par de docenas de años, cuando terminaba de empanar unos filetes de pollo, se me ocurrió mezclar lo poco que había sobrado de huevo y pan rallado con especias y freír esa masa que se formó. El resultado, sorprendentemente bueno, recordaba a un nugget de pollo y, gracias a la ignorancia otorgada por mi falta de referentes en aquel momento, pensé que había inventado el "filete de pollo sin pollo". En mi defensa diré que en aquellos tiempos no teníamos ni googles ni chatgptes a los que preguntarles sobre qué hacer con el huevo que sobra de empanar los filetes.
[Receta de nuggets caseros de pollo (con pollo de verdad)]
Durante años repetí el 'invento' cada vez que sobraba algo de huevo de los rebozados llamándolo "pollo sin pollo" hasta que llegaron a mi vida los blogs y los foros de recetas. Bendito internet, menuda fantasía, cuánta gente compartiendo lo que sabía sobre cocina de buen rollo y qué cura de humildad al descubrir que mis inventos y experimentos fuera de los pocos libros de cocina que había en mi casa llevaban toda una vida inventados. Resulta que lo de mezclar el pan duro o seco con huevo hasta formar una masa y freírlo es algo típico de muchos sitios.
Están los repápalos extremeños, a los que se les da forma de albóndigas que se fríen y se terminan en una salsa y, de verdad, que están tan buenos, que nadie echa de menos la carne.
[Repápalos o albóndigas de pan que nunca pensarías que no llevan carne]
En Aragón también son típicas estas frituras de huevo con pan, especialmente en Teruel, donde se conocen como huevos tontos, y he leído en algún sitio que también se los conoce como engañamaridos, porque parecen croquetas sin serlo. Lo que viene siendo un trampantojo.
El fin de estos huevos tontos es aprovechar el pan duro y también hacer un montón de comida saciante con muy pocos ingredientes y muy poco presupuesto, porque no nos engañemos, los huevos tontos aportan energía y no nos dejan con hambre. Se pueden aprovechar otros ingredientes para que tengan más sustancia, un poco de jamón o chorizo picado, restos de un asado de carne, algún pescado desmenuzado como atún o sardinas de lata, pimiento asado, cebolla frita o caramelizada.
Lo típico es darles sabor con ajo y perejil, pero la cocina está para probar cosas nuevas y, no pasa nada si nos levantamos creativos y decidimos que nuestros huevos tontos se disfracen de pakoras indias dándoles un irresistible toque de curry. Imaginación al poder.
Ingredientes para hacer huevos tontos
- Pan duro, 100 g
- Huevos M. 3 ud
- Ajo picado, 1 dientes
- Chorizo o longaniza, 75 g
- Pan rallado, cantidad necesaria
- Perejil fresco picado
- Aceite para freír
- Sal
Paso 1
Picamos muy finamente el pan duro y lo mezclamos con los huevos batidos, una pizca de sal, el ajo y el perejil picados y el chorizo o la longaniza picados muy finos. Dejamos reposar unos minutos para que el pan se ablande y absorba el huevo.
Paso 2
Pasado ese tiempo, añadimos pan rallado -una o dos cucharadas o, si fuese necesario, un poco más- hasta conseguir una masa con suficiente consistencia para poder formar unas 'croquetas' que no se desmoronen.
Paso 3
Cogemos porciones de nuestra masa, les damos forma cilíndrica con ayuda de las manos y las freímos en abundante aceite caliente (180 ºC) hasta que estén doradas. Cuando estén doradas por todas partes, las pasamos a un colador o rejilla para que escurran el exceso de aceite.
Como en cualquier fritura, es aconsejable no freír muchas unidades de cada vez para que la temperatura no baje en exceso (si eso pasa, nuestros huevos tontos quedarán más aceitosos y menos crujientes).