Preparación: < 1 min Reposo: mínimo 12 h Dificultad: 1/5 Raciones: 2
Ingredientes
- Harina de trigo de fuerza, 200 g y algo más para darle forma a la pizza
- Agua, 140 ml
- Sal, 4 g
- Levadura fresca de panadería, 10 g
- Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada sopera y algo más para engrasar
- Tomates, 2 o 3
- Burrata, 100 g (*)
- Puerro, 1
- Cebollino
- Orégano
- Sal
- Para la masa:
- Para la pizza de la foto:
- (*) Es un queso italiano parecido a la mozzarella.
¡ Qué rica la pizza casera! Pero hay que ver el miedo que le tenéis algunos a meter las manos en la harina para una sesión de amasado. Si ese es vuestro caso, no hay problema que no tenga solución porque desde ya os vamos a enseñar cómo hacer masa de pizza casera sin amasar.
La idea la saqué hace unos años viendo un vídeo americano en el que enseñaban a hacer el “no knead bread”, el pan sin amasado, y la misma técnica sirve para hacer una masa de pizza casera sin amasar que le da mil vueltas a cualquier masa comercial. Eso sí, ya os aviso que aunque nosotros no tenemos que hacer prácticamente nada, a cambio, es necesario un tiempo de reposo considerable.
Preparación de la Masa de pizza sin amasar
En un túper de plástico o en un recipiente de vidrio ponemos la harina, la sal, la levadura fresca desmenuzada sin que toque a la sal y el aceite.
Añadimos el agua y mezclamos todo con un tenedor hasta que se moje toda la harina. Tapamos con un paño limpio o con la tapa del túper si tiene y lo guardamos en la nevera durante como mínimo 12 horas, aunque no pasa nada si se queda ahí uno o dos días enteros.
Cuando vayamos a preparar la pizza, la masa habrá crecido considerablemente. Para darle forma a la pizza echamos un buen puñado de harina en la encimera, volcamos la masa rebañando bien las paredes del túper, la enharinamos plegando la masa sobre sí misma un par de veces hasta que no esté pegajosa y hacemos una bola si queremos una pizza grande o bolas más pequeñas si queremos hacer pizzas individuales.
Podemos hacer las bases de pizza sobre papel de horno o bien engrasar un molde con una cucharadita de aceite de oliva. En cualquier colocamos nuestra bola de masa de pizza y la vamos aplastando con las manos hasta obtener un círculo de menos de 1 cm de grosor. Tapamos con un paño y dejamos reposar 1 hora.
En esta ocasión yo he preparado una pizza sencilla de tomate fresco, puerro y burrata. Para este “relleno” simplemente pelamos los tomates, retiramos las semillas, cortamos en dados de unos 5 mm, les ponemos sal y los dejamos escurriendo en un colador mientras reposa la pizza y se va precalentando el horno a 250ºC.
Si queremos una pizza muy crujiente la horneamos durante 5 minutos antes de poner el resto de ingredientes, si la queremos más blandita tipo “masa de pan”, los ponemos directamente, el tomate, el puerro cortado en rodajas finísimas y la burrata desmigada.
Horneamos durante aproximadamente 15 minutos a 250ºC hasta que el queso esté fundido y los bordes dorados. La primera vez es mejor estar pendientes del horno que cada horno tiene su personalidad y nunca se sabe.
Servimos inmediatamente con un poco de orégano y cebollino picado por encima.
Resultado
El reposo es largo, pero no me digáis que esta no es una auténtica masa de pizza para torpes. Que si queremos cenar pizza lo único que hay que hacer es mezclar los ingredientes por la mañana mientras se está haciendo el café del desayuno.