Aunque la gastronomía española está llena de elaboraciones llenas de sabor, en muchos casos son los platos más sencillos los preferidos por parte de los comensales. Uno de los más básicos de todos son los huevos fritos, si bien también es una preparación a la que es complicado resistirse, sobre todo cuando están bien hechos.
Este manjar que gusta tanto a grandes como a pequeños se prepara en apenas cuestión de unos pocos minutos, si bien para hacerlo perfecto hay que saber cómo prepararlo. Para ello, las formas más típicas de cocinar los huevos es freírlos en una sartén o cociéndolos en un cazo u olla con agua y sal, si bien también hay quienes los hacen en el microondas con un muy buen resultado.
Además, existe otro medio con el que podrás decir adiós a freír el huevo en la sartén, y que además es mucho más saludable. Si quieres hacer los mejores huevos fritos y más saludables, deberás disponer de una freidora de aire, un electrodoméstico cada vez más frecuente en los hogares por su gran versatilidad y facilidad de uso.
Gracias a ella se puede controlar la temperatura de forma precisa para poder conseguir un punto exacto de cocción a la hora de cocinar el huevo, de forma que puedas conseguir un resultado final más ligero y con menos grasa que usando otras técnicas.
Para preparar un buen huevo frito en freidora de aire solo necesitarás tener tres ingredientes, que son dos huevos, sal y pimienta para sazonar. Primero habrá que coger un recipiente apto para freidora de aire, al que hay que añadir un poco de spray antiadherente para evitar que los huevos lleguen a pegarse. Con cuidado habrá que cascar los huevos e introducirlos en el recipiente.
Luego habrá que colocar el recipiente en la freidora de aire y se ajusta la temperatura a 190 °C durante uno o dos minutos, o bien hasta que los huevos lleguen a estar cocinados. Una vez que estén listos, habrá que sacarlos de la freidora, para finalmente sazonar con sal y pimiento al gusto.
Cómo freír el huevo perfecto
Si no te convence la forma de prepararlo en la freidora de aire, te vamos a explicar cómo freír el huevo perfecto, paso a paso. Para ello tendrás que preparar las herramientas necesarias para ello, como son un cucharón de sopa o cuenco, una sartén antiadherente, un plato y una espumadera, además de un papel de cocina. En lo que respecta a los ingredientes, necesitarás tantos huevos como quieras preparar, aceite de oliva o girasol, y, de forma opcional y para aderezar, sal y pimienta.
Una vez que tengas preparado todo lo anterior, es el momento de comenzar por calentar un buen fondo de aceite en la sartén, con un grosor ligeramente inferior a un dedo, tratando de procurar que alcance una buena temperatura, pero sin que se llegue a superar el punto de humeo. Para ello puedes hacer uso de un termómetro de cocina, gracias al cual podrás llegar a tener esta información y no calentarlo más de lo debido.
Mientras se calienta el aceite puedes ir abriendo los huevos con cuidado, para depositarlos en el cucharón o cuenco. Con el aceite caliente, deberás verter el huevo crudo, dejando que se deslice sobre este, y teniendo cuidado para situar el huevo lo más cerca posible de la superficie de la sartén, que es una técnica con la cual se evitará que se pueda llegar a romper y también evitará que pueda salpicar. Para conseguir que el aceite no salte, un truco muy recomendable es el de añadir en primer lugar una miga de pan, lo que también ayudará a conseguir cuando el aceite ha llegado a alcanzar una temperatura apropiada. En este punto aún no hay que añadir la sal, que de esta forma lo único que se conseguiría sería que la yema se llegue a secar antes de lo que debería.
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Para conseguir que la clara se cocine con puntilla y la yema se mantenga melosa o líquida habrá que bañar la clara con el aceite, para lo cual se usará una espumadera. Se trata de un movimiento que hay que realizar de forma rápida y evitando llegar a bañar la yema, una vez que el huevo ha empezado a tomar más color. De esta forma, se cocinará con suavidad la clara en su parte superior, y rodeando la yema para que no se cuaje.
Al encontrarse el aceite a muy alta temperatura, la puntilla se formará rápidamente en el borde del huevo. Una vez alcanzado el punto deseado, será suficiente con sumergir la espumadera en el aceite para deslizarlo por debajo del huevo y así retirarlo cuidadosamente, dejando que el exceso de grasa se escurra, y luego depositarlo directamente sobre el huevo o, si se prefiere, dejándolo reposar con suavidad sobre el papel de cocina, según las preferencias de cada uno.
Siguiendo estos pasos podrás disfrutar de unos sabrosos huevos fritos, los cuales, a pesar de que tienen forma de ser poco saludables, realmente no son una elaboración tan calórica si lo comparamos con otras preparaciones del mismo. De hecho, en el caso de los huevos fritos, cuenta con 185 kcal por cada 100 gramos, con un aporte de 14,5 gramos de grasas, por lo que un huevo frito sin acompañamiento y frito en aceite de oliva es saludable y nutritivo.