El interior de la campana extractora es uno de los sitios más olvidados a la hora de mantener limpia la cocina. Es habitual caer en el error de que los filtros retienen toda la grasa y que la zona donde se alojan el motor y el ventilador está protegida frente a la suciedad. Esto no es así, con el paso del tiempo, ahí también se va acumulando grasa que puede reducir la vida útil de este electrodoméstico.
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El mantenimiento de los filtros, si se hace con frecuencia, resulta sencillo. Muchas veces basta con darles una pasada en el lavavajillas y, si toca hacerlo a mano, unos minutos de remojo en agua caliente y un quitagrasas potente son suficientes para retirar la grasa y dejarlos relucientes.
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Limpiar el interior de la campana ya es harina de otro costal, se trata de una zona llena de recovecos y rincones de difícil acceso con piezas que no se pueden desmontar para fregarlas a conciencia debajo del grifo. En definitiva, es una tarea engorrosa, que requiere trabajar en una posición incómoda y con cierto temor a tocar algo que no debemos y estropearlo.
El trucazo para limpiar el interior de la campana extractora
De todos los métodos que podrían utilizarse para limpiar las zonas de difícil acceso de un extractor de humos doméstico, la pistola de vapor me parecía el más cómodo hasta que he descubierto un truco viral que me ha cambiado la vida, es que haciéndolo así, el motor de la campana se limpia solo. Prácticamente no hay ni que frotar.
Y, lo mejor de todo, es que no hace falta comprar nada especial, nada que no solamos tener en casa. Se trata de un truco parecido al que ya os compartimos hace tiempo para limpiar el microondas.
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En esta ocasión, ha sido la instagramer @mumlifeana la que ha compartido en esta red social un truco tan fácil de aplicar como efectivo para eliminar la grasa incrustada en los rincones internos de la campana extractora.
Lo que hay que hacer es tan sencillo como esto:
- Retiramos los filtros de la campana -esos los limpiaremos como tengamos costumbre- y dejamos a la vista el motor y el ventilador.
- Llenamos una olla grande con agua y la ponemos a hervir. Lo ideal es colocar la olla en un fuego que esté lo más centrado posible respecto a la campana. Si la disposición de los fuegos de nuestra campana no nos lo permite, o si hay mucha suciedad, se pueden utilizar más ollas para abarcar toda la superficie.
- Añadimos una media taza de bicarbonato y el zumo de medio limón al agua. Puede ser ese limón que ya está medio feúcho y podemos echar también la cáscara en el agua, pues los aceites esenciales que contiene la piel nos dejarán un aroma muy agradable en la cocina.
- Cuando hierva el agua, ponemos a funcionar el extractor a máxima potencia y dejamos que se impregne con el vapor de agua durante aproximadamente una hora.
- Pasado este tiempo, habrá caído toda la suciedad sobre la encimera y, simplemente, tendremos que pasar una bayeta con desengrasante para dejarlo todo como nuevo.