El salmón es el pescado más consumido en España por detrás de la merluza, según un estudio publicado el año pasado por la revista Europa Azul, dedicada a la pesca y la economía marítima, el 79 % de los españoles había consumido salmón en los últimos seis meses y en ese mismo estudio, el 42 % de los encuestados decía comer salmón al menos una vez a la semana.
[Las 5 razones para consumir salmón rojo salvaje de Alaska]
El estudio decía también que de cada diez españoles que consumen salmón, ocho de ellos lo hacen en casa, por eso, aprender a cocinarlo bien para que quede jugoso, independientemente de la pieza que vayamos a utilizar, es algo fundamental para que, aparte de beneficiarnos de las magníficas propiedades nutricionales que este pescado nos ofrece, nos podamos deleitar con una gran experiencia gastronómica.
El salmón es uno de los pescados azules más nutritivos, una gran fuente de proteínas y de omega-3. Además, existen numerosas formas de cocinarlo, al horno, a la plancha, en papillote…. ¡Las posibilidades son infinitas! El truco para conseguir el éxito en cada receta es, además de elegir un salmón de calidad, escoger el corte y presentación que mejor se ajusta a cada tipo de cocinado.
[27 recetas con salmón que le salen bien a todo el mundo]
En Mowi, son expertos en criar salmón desde 1964. Una trayectoria que les permite conocer en detalle las formas de cocinar y preparar el salmón para sacar el mayor provecho de este alimento y, sobre todo, disfrutar de un sabor y textura exquisita. El tipo de corte puede marcar la diferencia a la hora de cocinarlo por eso es importante elegir la técnica adecuada para cada uno de ellos.
Salmón al horno, un clásico que no pasa de moda
El horno es una de las técnicas más empleadas a la hora de cocinar el salmón y, sin duda, la más sencilla ya que no requiere supervisión. Basta con colocar los filetes de salmón en una fuente apta para horno, pintarlos con un poquito de aceite, sal y pimienta y meterlos al horno durante 10-15 minutos a temperatura 160-180 ºC.
Para esta técnica de cocinado se recomienda emplear piezas de salmón que ya estén previamente descamadas y sin espinas.
Salmón al vapor, sabor y salud sin complicaciones
Una de las técnicas más saludables para cocinar el salmón es la cocción al vapor, una forma de cocinado permite mantener todas las propiedades del pescado. Para ello, hay que colocar la pieza de salmón - sin piel ni espinas- en la cesta de la vaporera y dejar cocinar durante 10 minutos.
Además, para aportar un sabor más sabroso se puede sustituir el agua de la cocción por un caldo de verduras o de pescado.
Salmón a la plancha, irresistiblemente tostado
Si optamos por la técnica más tradicional, a la plancha, existen dos formas de cocinarlo. Para la opción más rápida debemos calentar la sartén a fuego alto, y con un chorrito de aceite, marcamos el salmón por cada lado durante tres minutos. De esta forma conseguimos que la pieza quede dorada por el exterior y jugosa en el interior.
También se puede realizar la cocción, por un lado, el de la piel, sin necesidad de darle la vuelta, aunque tardará un poquito más de tiempo. Si elegimos por este tipo de cocinado es aconsejable utilizar un filete con piel sin escamas y sin espinas para garantizar una experiencia gastronómica única. Para conseguir una textura crujiente en la piel, debemos cocinar el salmón a fuego lento, durante 8-10 minutos.
Salmón en papillote, fácil y resultón
El papillote es una técnica de cocinado al vapor que permite combinar diferentes sabores. Para ello, se debe envolver el salmón y su acompañamiento (verduras o hierbas) en papel sulfurizado -papel de horno- o en envoltorios de silicona reutilizables y llevar al horno durante 20- 30 minutos a 180 ºC.
Para este tipo de cocción se recomienda optar por una pieza más grande de salmón. Esta técnica permite que el salmón se cocine en su propio vapor, con un resultado más jugoso y tierno.
Salmón a baja temperatura, cocinando como un chef
La cocción al vacío garantiza un salmón jugoso siempre, puesto que, en esta técnica las temperaturas se controlan en todo momento. Los cortes ideales para esta técnica son lomos y filetes con piel sin escamas y sin espinas. La ventresca también queda genial utilizando esta técnica.