Si después de ver la segunda temporada de Master Of None te han entrado ganas de coger las maletas y marcharte a Italia a aprender a hacer pasta de manos de una nonna, tranquilo no hace falta que te vayas de casa para ello. No al menos si sabes por dónde empezar y tienes los utensilios básicos para empezar a hacer pasta fresca en casa.

Los utensilios básicos para hacer pasta

Para empezar a hacer pasta fresca en casa lo primero que necesitas es un espacio de trabajo amplio y limpio donde trabajar la masa. La propia encimera vale, aunque también puedes usar la mesa de la cocina siempre y cuando no sea de cristal. Además de la mesa, los utensilios básicos para hacer pasta son un rodillo con el que estirarla (cuanto más grande mejor) y un cuchillo bien afilado con el que cortarla.

Aunque si no tienes mucha maña con el rodillo o no quieres dejarte los brazos apretando de forma uniforme lo mejor es que te hagas con una máquina para pasta. Se trata de un rodillo que estira la pasta de forma uniforme hasta conseguir un grosor tan fino que casi parece papel. Las más básicas funcionan a manivela y no son muy caras, aunque también las hay más avanzadas que incluso tienen un motor eléctrico.

Pero lo bueno de las máquinas es que no sólo estiran la masa, con los accesorios adecuados también cortan en distintos tamaños e incluso crean raviolis en serie. Aquí mi consejo es bastante simple: no te vuelvas loco y piensa en qué tipo de pasta quieres preparar de forma habitual. Eso si, ten en cuenta que tanto la máquina como el accesorio deben de ser de la misma marca para ser compatibles.

Por último, aunque no por ello menos importante, necesitas un lugar donde dejar secar la pasta antes de cocerla. Aquí puedes optar por la socorrida percha (o incluso el tendedero), pero si tienes pensado convertirte en un maestro quizás sea una buena idea invertir en un utensilio dedicado.

¿Cuál es la receta para hacer pasta fresca en casa?

Os lo adelanto, hacer pasta fresca en casa es bastante laborioso por el tiempo y el esfuerzo que requiere aunque la receta no puede ser más simple. Pero lo cierto es que merece mucho la pena. Os aseguro que una vez la probéis no querréis comprar pasta en el super nunca más.

Para hacer dos raciones de pasta fresca se necesitan 200 g de harina y 2 huevos y una pizca de sal. Con los ingredientes listos sólo hay que echar la harina formando un montón sobre el lugar en el que vayamos a preparar la pasta, hacer un volcán, echar los huevos en medio y empezar a batirlos dentro. Poco a poco el huevo irá cogiendo harina y tendremos que ir mezclando y amasando hasta que ambos ingredientes se mezclen en una masa compacta.

A partir de aquí sólo queda procesar la masa con la máquina para hacerla lo más fina posible, darle la forma que deseemos y dejar que se seque antes de cocerla. ¿Suena fácil no? Lleva su tiempo, pero es bastante divertido y merece la pena si la ocasión lo merece.