Los cálculos renales se producen por la concentración de ciertos minerales en la orina.

Los cálculos renales se producen por la concentración de ciertos minerales en la orina.

Salud

El misterioso aumento de las piedras en el riñón en niños: los casos se han quintuplicado en las últimas décadas

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Son dolorosos, altamente molestos y cada vez afectan más a niños y adolescentes. Cuando se habla de cálculos renales, normalmente pensamos en hombres de mediana edad, pero la incidencia entre los menores de edad ha aumentado en las últimas décadas y no está del todo claro el porqué.

Estudios a lo largo del mundo han detectado un aumento de estos problemas en los menores de 18 años. Algunos trabajos realizados en Estados Unidos observan un aumento del 10,6% anual en los diagnósticos entre 1999 y 2008. Otro indica que los niños y niñas de 15 a 19 años han visto aumentar la incidencia un 26% cada lustro.

Otro estudio llevado a cabo en Reino Unido identificaba un crecimiento del 6% anual en estos diagnósticos desde 1984 a 2008.

En general, se piensa que la incidencia se ha multiplicado por cinco en las últimas décadas. En España no se tienen datos fehacientes: se calcula que, en toda la población, hay dos millones de afectados y hasta un 10% presenta síntomas.

Hay un registro de litiasis renal pediátrica desde el año 2015, puesto en marcha por la Asociación Española de Nefrología Pediátrica, el Hospital Universitario Son Espases y la Universidad de Illes Balears.

Los primeros análisis de este registro observan que hay cuatro casos en niños por cada uno en niñas, con una mediana de edad (el punto que separa el 50% de los casos a cada lado) en torno a los 6 años.  

Además, los cálculos renales en mayores de 6 años son similares a los de adultos, con fuerte presencia de oxalatos (compuestos presentes en alimentos vegetales pero también el chocolate o los refrescos de cola) y calcio.

De hecho, el principal sospechoso de este aumento de las piedras en el riñón son cambios dietéticos. Más alimentos procesados, más refrescos y menos fruta y verdura tendrían como consecuencia la cristalización de minerales en la orina.

Más sal y refrescos, menos verduras y cereales

La comida procesada contiene una gran cantidad de sal, "y cuando el riñón está excretando el sodio [un componente de la sal], empuja el calcio con él e incremento el riesgo de piedras", explicaba el urólogo pediátrico John S. Wiener a The Washington Post recientemente.

Además, el menor consumo de cítricos, legumbres, verduras y cereales aumenta el riesgo, ya que los citratos, fitato y magnesio, presentes en estos productos, son inhibidores de la cristalización de sales cálcicas.

El aumento de la obesidad infantil, fuertemente ligada a hábitos dietéticos de este tipo, también jugaría un papel en el incremento de la incidencia.

Sin embargo, hay otros posibles sospechosos. Como casi cualquier enfermedad, hay un porcentaje que se piensa que tiene un origen genético. La hipercalciuria idiopática es una anomalía metabólica que se caracteriza por una excesiva eliminación de calcio, que favorece la aparición de piedras en el riñón.

Con todo, no está claro cuántos genes intervienen y si tienen que ver con factores ambientales. De hecho, muchos expertos consideran que la presencia de piedras en el riñón en determinadas familias, signo de un factor hereditario, puede estar más bien relacionada con el hecho de compartir hábitos de estilo de vida similares.

La última teoría es quizá la más polémica: el cambio climático está afectando a nuestros hábitos alimenticios al aumentar la inseguridad alimentaria y dificultando una hidratación adecuada.

"Temperatura, más humedad, más dieta, igual a piedras en el riñón", explica a The Washington Post David J. Sas, nefrólogo pediátrico de la Clínica Mayo que estudia la relación entre el cambio climático y los cálculos renales.

Sus investigaciones han hallado un nexo entre las islas de calor (entornos urbanos que retienen el calor en exceso debido a la prevalencia del hormigón y el asfalto, así como la ausencia de zonas verdes) y la litiasis renal.

Además, los niños son más susceptibles de sufrir deshidratación que los adultos, perdiendo más líquidos a través del sudor, lo que conduce a una mayor concentración de minerales en la orina, lo que favorece la cristalización y la formación de cálculos.

Un mundo más cálido, entornos que desfavorecen las altas temperaturas y el incremento de las olas de calor tienen efectos en la salud y, probablemente, solo estemos empezando a conocer algunos.