J. Rodríguez
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Los cánceres en los testículos son poco frecuentes en España y, por suerte, tienen una alta tasa de supervivencia. Por eso, es muy importante saber reconocer cuáles son los primeros signos de su aparición y aumentar así las probabilidades de superarlo. En concreto, en este 2024 se habrán diagnosticado a final de año 1.549 casos nuevos, según las estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Es decir, representan el 0,96% de los nuevos casos de tumores diagnosticados en hombres este año. 

Los cánceres de testículos y los de próstata tienen una supervivencia similar, en torno al 90% según la SEOM, pero las cifras de fallecimientos asociados son muy dispares. Esto se debe a que, mientras que el cáncer de testículos es poco frecuente, el de próstata es el que más se diagnostica en hombres en España. Las últimas cifras de defunciones disponibles por cáncer proceden del año 2022: aquel año murieron 207 hombres por tumores malignos de genitales masculinos, pero hasta 5.962 por cáncer de próstata.

Precisamente, desde hace unos años el mes de noviembre ha pasado a ser conocido como el mes de la salud del hombre. La institución benéfica Movember, que busca reducir las muertes prematuras en los hombres, participa en acciones precisamente para concienciar en los problemas de salud mental en hombres, el cáncer de próstata y también el cáncer de testículos. Se trata, por tanto, de una buena fecha para recordar la necesidad de que los hombres aprendan a examinarse los testículos.

Autoexploración

La Sociedad Americana del Cáncer (ACS, por sus siglas en inglés) explica en este artículo de su página web cómo realizarlo paso a paso. El objetivo es detectar cualquier bulto duro, masas redondas uniformes o cambios en el tamaño, la forma o la consistencia de los testículos. Pero ¡ojo! porque los testículos tienen abultamientos naturales y no siempre los cambios en su estructura indican un cáncer. Por esta razón, la ACS destaca la importancia de acudir al médico siempre que tengamos una duda de este tipo.

Precisamente, la presencia de un bulto en los testículos o el agrandamiento de estos suele ser el síntoma temprano más frecuente de estos cánceres y, por eso, es tan importante saber hacer el examen. "Algunos tumores testiculares pueden causar dolor, pero la mayoría de veces no se siente dolor. Los hombres con cáncer testicular también pueden presentar una sensación de pesadez en la parte baja del vientre (abdomen) o en el escroto", apunta la ACS. La Clínica Mayo también señala que este dolor puede producirse también en la ingle.

En algunos casos, incluso, la Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc) explica que una acumulación de líquido en los testículos también podría ser un signo de la presencia de un tumor. De todas formas, este síntoma es más probable que se deba a otra condición, como un hidrocele. Cuando este cáncer no se ha detectado a tiempo es posible que aparezca dolor en algunas otras zonas del cuerpo a las que se haya podido expandir, como ganglios linfáticos o, incluso, órganos más distantes. La Clínica Mayo apunta a que el hígado y los pulmones son los dos órganos a los que con más frecuencia se expande el cáncer testicular.

Síntomas menos frecuentes

Otro de los posibles síntomas que se puede presentar en fases tempranas es la irritación y el crecimiento del tejido mamario, aunque es un fenómeno menos habitual. "Esto ocurre porque ciertos tipos de tumores de las células germinales segregan altos niveles de una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (HCG, por sus siglas en inglés), que estimula el crecimiento de los senos. Algunos tumores de células de Leydig [uno de los tipos de cáncer testicular] pueden producir estrógenos (hormonas sexuales femeninas), lo que puede producir crecimiento de los senos o pérdida de deseo sexual", explica la ACS.

Aunque no se conocen a ciencia cierta las razones por las que se produce el cáncer de testículos, la Clínica Mayo destaca que es más frecuente en pacientes jóvenes entre los 15 y los 45 años. También ser de raza blanca, tener antecedentes familiares o tener o haber tenido un testículo no descendido.