La crema de Nivea que viene en una lata azul es, con toda seguridad, la hidratante más famosa del mundo. La empresa afirma en su página web que vende más de cien millones de unidades al año en más de 200 países y tiene más de 110 años de historia. Por eso, la mayoría hemos crecido con uno de estos tarros en casa, que han usado nuestros padres y abuelos antes que nosotros. Ahora bien, algunos expertos sostienen que esta crema no siempre es la más indicada para nuestro cuidado de la piel.
El uso más evidente de esta crema es como producto hidratante: la propia Nivea la presenta como un "todoterreno", que lo mismo vale para el cuerpo que para el rostro, las manos, los pies, los codos o las irritaciones. Pero también recomienda usarla como mascarilla para las puntas del pelo, desmaquillador, preparación para el afeitado... De hecho, invitan a que usemos la imaginación para encontrar nuevas aplicaciones y, como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, hay quien la usa hasta para ensanchar los zapatos.
Eso sí, según algunos expertos, esta crema no sería tan universal como se anuncia. "Para que te gustara la crema Nivea de lata de toda la vida, te tienen que gustar las cremas pastosas, tener la piel más seca que un lagarto y no tenerla sensible, ni atópica, ni nada de esto porque está cargada de perfumes", dice Helena Rodero, farmacéutica especializada en cosmética, en uno de sus vídeos para las redes sociales. El perfume de la crema, que tantos recuerdos despierta en la mayoría de nosotros, puede suponer un inconveniente si tenemos algún problema de la piel.
Barrera de protección
Si estos síntomas de la piel no están presentes, esta crema icónica no presenta grandes inconvenientes. En cualquier caso, Rodero explica que no deberíamos decir que en general es buena o la mejor porque en realidad deberíamos encontrar alguna que se adapte a nuestras necesidades. Pero, ¿qué necesidades tienen las personas que normalmente usan esta crema de toda la vida? La teoría de esta farmacéutica es que son personas con la piel muy seca o que, incluso, se lavan la cara con el jabón que se usa para las manos.
Tal y como explica en otro de sus vídeos, el pH que tiene nuestra piel se encuentra en el 5,5 y, por tanto, es ligeramente ácida. Los jabones de manos o de glicerina suelen contar con un pH de 10, lo que significa que son alcalinos y, por esta razón, la experta explica que cuando se utilizan para limpiar el rostro fulminamos la barrera protectora natural de nuestra piel. En este caso, Rodero explica que una crema tan grasa como la de Nivea de la lata azul es la única que hace que estas personas sientan confort tras aplicarla.
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Tal y como explican en Nivea, los ingredientes que aportan hidratación al utilizar su icónica crema son el pantenol —un tipo de vitamina B—, el eucerit —un producto que permite emulsionar la grasa de la crema con el agua— y la glicerina —un compuesto a base de alcohol muy presente en los artículos de cosmética y que, según Nivea, hace que nuestra piel retenga la humedad—.
Nivea también habla en su página web sobre los perfumes con los que cuenta su icónica crema de la lata azul. Ya sean naturales o sintéticos, la compañía explica que los perfumes pueden llegar a sensibilizar la piel, pero aseguran que sólo utilizan perfumes "que muestran un potencial alérgico no relevante". Además, apuntan a que los perfumes son ampliamente tolerados por la mayoría de la población: "Se estima que un 1% o 2% de la población muestra respuestas a ciertos ingredientes de las fragancias", apunta en su página web.
Por su parte, Rodero recomienda que para las pieles secas —y las grasas, como la que confiesa tener ella—, lo mejor es elegir una crema hidratante sin perfumes y también con compuestos como las ceramidas, el ácido hialurónico y la niacinamida, que según explica mejoran la barrera de protección natural de la piel. Ahora bien, la experta señala que la crema que utilizamos para nuestra rutina es una elección que debe ir en consonancia con las necesidades personales de cada uno.