Era la primera vez que en España se realiza una intervención de este tipo en un bebé tan pequeño.

Era la primera vez que en España se realiza una intervención de este tipo en un bebé tan pequeño. Cedida

Salud

El cirujano que extirpó un tumor a una bebé de sólo 900 gramos: "Era más grande que su corazón"

Alejandro Vázquez asegura que en una intervención de este tipo, que nunca se había realizado en España, se pone en juego la vida de la madre y la bebé.

27 marzo, 2024 02:36

El equipo médico del Hospital Universitario La Fe de Valencia diagnosticó un teratoma pericárdico a una paciente a mediados del pasado año. El diagnóstico era tan precoz que la afectada por este tumor cardíaco poco frecuente no había nacido aún. De hecho, le quedaban casi 20 semanas para hacerlo.

El caso tenía tantas aristas que el grupo encargado de tomar una decisión estaba formado por profesionales de diversas especialidades: Obstetricia, Neonatología, Genética, Cirugía, Cardiología, Neurología y Radiología Pediátrica. En un primer momento, aquel comité decide llevar a cabo una serie de técnicas para aliviar la compresión del tumor y evitar un nacimiento prematuro.

Pero, pasadas cuatro semanas, aquella decisión no tenía ningún sentido: el tumor había empeorado y corría peligro la vida de la bebé y también la de su madre. "El tumor crecía muy deprisa y estaba empezando a comprimir el corazón, por lo que existía el riesgo de que falleciera en el vientre de la madre", afirma el doctor Alejandro Vázquez, especialista en Cirugía Cardíaca Pediátrica del Hospital La Fe de Valencia, a EL ESPAÑOL.

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Junto con sus compañeros, Vázquez se enfrentaba a una intervención quirúrgica que no se había realizado nunca antes en España. No por el tipo de tumor, sino porque era la primera vez que se hacía en un prematuro de tan bajo peso. Hasta la fecha, no se había reportado ningún caso de prematuros extremos que, con menos de un kilo de peso, hayan podido superar esta intervención.

Los momentos más críticos

La complejidad de una intervención de este tipo se debe a que, por las características del tumor, la bebé podía fallecer tras cortar el cordón umbilical. Para Vázquez, éste fue el primer momento crítico de una intervención que duró unas cuatro horas: "Solamente se extrajo medio cuerpo para que los pediatras y los anestesistas pediátricos pudieran realizar las maniobras de reanimación y de acondicionamiento".

Una vez se cortó el cordón umbilical y se sacó del vientre de la madre por completo, se iniciaba el acto quirúrgico. La cirugía, conocida como EXIT por las siglas en inglés del nombre completo (Ex-Utero Intrapartum Treatment), se realizó junto a la cama de la madre porque no había posibilidad de trasladarla: la bebé pesaba tan sólo 900 gramos.

En este momento se produjo el segundo instante más crítico: el tumor era más grande de lo que esperaban. Como apunta Vázquez, el equipo había realizado varios ensayos antes de entrar a quirófano para evitar cualquier imprevisto. "No se podían cometer errores".

En la intervención participaron dos equipos quirúrgicos completos.

En la intervención participaron dos equipos quirúrgicos completos. Cedida

El nivel de coordinación era tal que cada uno sabía perfectamente en qué lugar debía colocarse: "Éramos 30 personas en un espacio muy limitado". De hecho, también era la primera vez que en una operación con esta complejidad participaban dos equipos quirúrgicos. Uno, para la madre; y otro, para la hija.

La intervención no sólo era compleja porque se ponía en juego la vida de la bebé y la de la madre, sino que a nivel técnico también era muy complicada: "El corazón de una recién nacida tan pequeña no es más grande que una nuez".

El inesperado tamaño del tumor, siendo más grande que el propio corazón de la recién nacida, también fue el motivo por el que no pudieron extraerlo por completo en la primera intervención. "Si se hacía, corríamos el riesgo de dañar el corazón porque había una parte [del tumor] que estaba muy adherida a las estructuras cardíacas. Habría sido irreversible".

Es por ello que la primera intervención les dejó una sensación agridulce. Por un lado, habían conseguido "salvar la vida en ese momento", lo cual les permitía ganar tiempo. Pero, por otro, eran conscientes de que iba a ser necesaria una segunda cirugía para extirpar el tumor completamente.

Se realizó a los dos meses de la primera. En este tiempo, la niña iba ganando peso, pero el tumor también hacía lo propio. "Teníamos que esperar a que la paciente estuviera en condiciones de soportar la segunda intervención", señala Vázquez, quien valora el trabajo que realizaron sus compañeros para mantener con vida a la recién nacida hasta que se pudiera completar la resección del tumor.

Las complicaciones que dejará

Tras la segunda operación, la paciente se sometió a dos ciclos de quimioterapia para eliminar cualquier resto celular que pudiera haber en el organismo. El teratoma pericárdico es un tumor localmente agresivo. Esto es, aunque no hace metástasis, tiene un crecimiento muy rápido y comprime las zonas que se encuentran a su alrededor.

En el caso de esta paciente, como señala Vázquez, el tumor comprimía el corazón y había dado a una insuficiencia cardíaca dentro del vientre de la madre: "También estaba empezando a comprimir los pulmones". Pasados varios meses desde que se llevaran a cabo los ciclos de quimioterapia, los especialistas han observado que la paciente está libre de enfermedad: "Ya está curada", se congratula Vázquez en conversación con este periódico.

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Este cirujano cardíaco pediátrico es de los que prefiere salir acompañado en la foto. "Ha sido un trabajo en equipo", responde cuando se le pregunta qué siente tras haber protagonizado un hito médico en España. "La mayor satisfacción, además de que la bebé se encuentra bien, es la capacidad de poder trabajar con unos compañeros extraordinarios", prosigue. También le ha dado más fuerzas para seguir adelante y afrontar casos más complejos.

Desconoce si se tendrá que enfrentar a una situación de este tipo en un futuro, pues se trata de un tumor muy poco frecuente. No obstante, incide en que una persona sola no puede hacer nada en una medicina tan compleja: "Necesitamos tener un enfoque multidisciplinar donde todas las especialidades que trabajan con el paciente se alineen y trabajen conjuntamente. Si no, es imposible", concluye.