La muerte de Rayan, un chico de 14 años fallecido tras beber, presuntamente, una bebida energética con dos gramos de cocaína rosa, ha hecho saltar todas las alarmas. Primero, por lo peligroso que puede llegar a ser el tusi, el sobrenombre con el que se conoce a este sintético. Lo segundo, porque suele relacionarse con un posible boom de abuso de drogas entre los más jóvenes. No obstante, aunque son un colectivo vulnerable por su corta edad, los datos dicen que no es en ellos en quienes hay que centrar las miras.
Como explican desde el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, las cifras de ingresos hospitalarios en urgencias son un gran indicador para conocer los pormenores del consumo problemático de drogas en nuestro país. Según los datos del último informe —publicado en 2023 con datos de 2021—, en ese año los servicios de emergencia atendieron a 6.209 personas por este motivo.
El dato apuntala una tendencia al alza desde 2016, año en el que se registraron 4.565. También es casi tres veces mayor que el que se recogió en el primer año del informe, 1996. Por aquel entonces, fueron 2.585.
"Dejando a un lado el dato de 2020, desde 2016 la atención de urgencia de intoxicaciones está creciendo cada vez más", concede a EL ESPAÑOL Emilio Salgado, portavoz del grupo de Toxicología de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).
La historia que se repite
La historia que se cuenta en las urgencias hospitalarias tiene un patrón bastante similar. Llega el viernes/sábado noche y un grupo de amigos se prepara para ir de fiesta. Van a una gran discoteca. Beben. Mucho. Durante la velada, mezclan cocaína y alcohol. Un cóctel fatal. Uno de ellos cae rendido.
Afortunadamente, los hospitales perfeccionan cada vez más los protocolos de urgencia ante este tipo de situaciones. El hombre salva la vida. Según el informe, no hubo ni una sola muerte entre los más de 6.000 pacientes atendidos en el último año.
"El perfil básico de las personas que solemos atender en Urgencias no es el de una persona joven", prosigue Salgado, también responsable de la Unidad de Toxicología Clínica de Urgencias del Hospital Clínic de Barcelona. "Este tipo no llega ni a un 10% de todas las intoxicaciones que atendemos", sentencia.
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Los datos le dan la razón. La edad media de las personas atendidas en Urgencias es de 36,1 años. Es más, parece que existe una tendencia al alza. Ha subido casi diez puntos desde 1996. "Aquí podemos atender a algún menor de 20 años que viene intoxicado por alcohol, pero eso es algo anecdótico", dilucida el médico.
En cuanto al género, los hombres protagonizan la mayoría de los ingresos, 4.301 frente a 1.902. Eso sí, el estudio señala un crecimiento exponencial en el género femenino, provocado sobre todo por un factor primordial: la entrada de los hipnosedantes en juego. La mayoría de los estudios epidemiológicos sobre el tema señalan que son ellas las que más recetas reciben de benzodiacepinas y similares.
Alcohol, cannabis y cocaína
Matices aparte, el alcohol es sin duda uno de los grandes problemas. Como confirma Salgado, es la sustancia que más dramas provoca en su servicio de Urgencias. Anteriormente, era imposible corroborarlo con los datos de Sanidad, ya que sólo lo registraban cuando venía acompañado de otra sustancia (Aun así, estuvo presente en un 41,4% de los episodios de 2021). Sin embargo, en la última edición, han cambiado las tornas.
Se añade que, atendiendo las urgencias por alcohol como sustancia única, se notificaron un total de 12.476 episodios. El doble de lo anterior. Las bebidas etílicas se relacionaron con el 55% de los episodios de urgencia. El cannabis y la cocaína con un 21,3% y un 19,3%, respectivamente.
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En el caso particular del Clínic, Salgado fija sus ojos la segunda sustancia. No hay que olvidar que un macroestudio internacional liderado por la Universidad de Salamanca y publicado en la revista Addiction detectó que en Barcelona los niveles de cocaína hallados en aguas fecales eran muy superiores a los de otras ciudades europeas.
Organizaciones como Proyecto Hombre alertan también del incremento de consumo de esta sustancia. Según datos del observatorio de la asociación, cuatro de cada diez personas que acuden a ellos es por la cocaína. En poco tiempo, ha pasado a ser la adicción predominante de sus usuarios, con un 39,1%.
Una radiografía muy amplia
"En estos últimos años, lo que he observado es un incremento de la gravedad de los casos", dice Elisa Rodríguez, psicóloga especializada en adicciones. La cifra de ingresos hospitalarios por su consumo permanece bastante inalterable a pesar de las campañas de concienciación.
"No hay que olvidar que lo que vemos en Urgencias es sólo la punta del iceberg. La gente que consume no lo hace con la intención de acabar aquí", razona Salgado. Hay un temor a esta tendencia al alza que reflejan los datos. Los protocolos de los servicios de emergencia demuestran su valía, pero ahora se enfrentan a nuevos peligros, propiciados por la introducción de nuevas drogas, como la famosa cocaína rosa.
El profesional también habla del MDMA, que parece resurgir en España acompañando a los festivales. Ketamina es otra de las palabras que también sale en la conversación con este diario. O GHB, ligada al creciente problema del chemsex. La radiografía del consumo de drogas es nuestro país, como apunta el profesional, es muy amplia. De momento, habrá que seguir vigilando.