La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado que una de sus prioridades es "sacar del cajón el plan antitabaco para disminuir el tabaquismo" en España. Aunque su intención es revisar el borrador del Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo 2021-25, que no se llegó a aprobar en la pasada legislatura, García se ha comprometido a mantener la ampliación de los espacios libres de humo a las terrazas, las playas o los coches en presencia de menores y embarazadas.
Y es que el tabaquismo no sólo provoca millones de defunciones al año en todo el mundo debido al consumo de tabaco, sino que también es responsable indirecto de alrededor de 1,3 millones de muertes, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) reveló que en 2020 la exposición al humo de tabaco ambiental había causado 747 defunciones en los mayores de 35 años. Una cifra que supone dos muertes diarias al año en este grupo poblacional.
Por eso, esta sociedad científica ha reiterado en varias ocasiones al Ministerio de Sanidad que una de las medidas irrenunciables que debían incluirse en la reforma de la Ley Antitabaco es que las terrazas queden libres del humo de tabaco y de los tóxicos liberados por los dispositivos electrónicos utilizados para vapear: "En los últimos años, se aprecia un aumento de la contaminación del aire por el tabaco en entornos abiertos", denunciaron desde Separ.
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Otro de los organismos que lleva años tratando de endurecer la normativa es el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo. Su presidente, el doctor Francisco Pascual, señala en declaraciones a EL ESPAÑOL que la distancia de una terraza no es suficiente, al tratarse de un espacio libre muy limitado. Aunque la concentración de humo es menor que en un lugar sin ventilación, Pascual advierte que puede causar asma, alergias o incluso problemas cancerígenos.
En este sentido, el secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), Bartomeu Massuti, reconoció a EL ESPAÑOL que el 15-20% de los casos de cáncer de pulmón se producen en personas que nunca han fumado. El tabaquismo pasivo también predispone a problemas respiratorios en menores: los niños fumadores pasivos tienen un 70% más de infecciones de las vías respiratorias que los no están expuestos al humo.
No son lugares saludables
La Separ calcula que la contaminación del aire aumenta un 30% por cada persona que fuma en la terraza. Esto provoca que los no fumadores estén expuestos a importantes concentraciones de gases y partículas nocivas que proceden de la exhalación del fumador. Según la American Cancer Society, el conocido como humo de segunda mano afecta al corazón y los vasos sanguíneos, incrementando el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular en las personas que no fuman.
Los agentes químicos también se mantienen en el tiempo, ya que se adhieren tanto a la ropa como a los objetos que se encuentran en estos espacios. Teniendo en cuenta la prohibición en interiores, fumar en las terrazas se ha convertido en una práctica habitual en España, tal y como muestra un estudio realizado en nuestro país: hasta un 54,8% de los encuestados reconoció que fumaba en bares y restaurantes.
Desde las sociedades científicas entienden que actualmente existe una evidencia científica sólida entre la exposición pasiva al tabaco y el desarrollo de enfermedades cardíacas y respiratorias, tumores, infecciones respiratorias o trastornos fetales.
"Las terrazas donde se fuma o vapea no son lugares seguros ni saludables porque no hay un umbral de seguridad para las concentraciones de humo", apunta Carlos Rábade, neumólogo y coordinador del área de tabaquismo de la Separ. Para la OMS, tampoco existe un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ajeno, e incluso una breve exposición ya puede causar daños.
Las mujeres embarazadas también son especialmente susceptibles cuando están expuestas al humo de tabaco ajeno. Algunos estudios advierten que tienen más probabilidad de tener mortinatos (bebés fallecidos 28 semanas después del embarazo). En este sentido, un trabajo realizado en Brasil estimó que durante 16 años se podrían haber evitados hasta 15.000 defunciones de lactantes si se hubieran aplicado leyes integrales sobre entornos sin humo.
Hechos, no palabras
Ante el reciente anuncio de la ministra de Sanidad, desde la CNPT se muestran esperanzados con que finalmente se ponga en marcha el plan antitabaco, ya que creen que ha estado demasiado tiempo detenido. "No entendemos por qué no se ha podido aplicar antes", se pregunta Francisco Pascual.
Al menos en lo relativo a la prohibición de fumar en terrazas, la situación en Cataluña rebaja las expectativas que haya podido generar el anuncio de Mónica García. Y es que el consejero de Salud de la Generalitat, Manel Balcells, fijó 2023 para prohibir fumar en las terrazas de los bares catalanes. Un año después de aquella promesa, la presión de los restauradores ha hecho que el Govern frene el plan para prohibir el tabaco en las terrazas.
Pascual entiende que la revisión del borrador del Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo traerá consigo una reforma legislativa que no sólo incluya la prohibición de fumar en los espacios públicos, sino que también regule la carga fiscal de los cigarrillos y la venta de nuevos productos del tabaco (como los vapeadores desechables, prohibidos en países como Francia por el riesgo que presentan para la salud).
Este texto es una hoja de ruta que marca los pasos para conseguir reducir al 30% el consumo de tabaco para el 2025. Una batalla perdida en España, donde el porcentaje de fumadores sólo baja un 2% en 25 años. "Por eso esperamos que [el anuncio] no se quede en palabras, que sean hechos y que pronto veamos que la prevención del tabaco es una realidad", concluye el presidente del CNPT.