En 1978 las marcas de tabaco se anunciaban en algunas vallas publicitarias de los estadios de fútbol. Para aquel entonces, este hecho solía pasar desapercibido. Ahora, en cambio, es probable que resulte extraño ver anuncios de este tipo en recintos deportivos, cadenas de televisión o hasta en una sala del Congreso de los Diputados.
No hay duda de que la publicidad se ha vuelto más restrictiva en este sentido. Sin embargo, medidas como ésta u otras como la incorporación de imágenes crudas en las cajetillas no parece haber sido suficiente como para reducir el porcentaje de mortalidad atribuida al consumo de tabaco en España desde 1978.
En aquel año el 13,7% de las muertes observadas a nivel nacional se atribuyeron al consumo de tabaco. Este mismo porcentaje se registró casi 40 años más tarde, en 2016. Eso sí, en esta ocasión se produjo una bajada, pues en 1998 y 2012 la mortalidad atribuida al consumo de tabaco alcanzó hasta un 16%.
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"A pesar del tiempo que ha transcurrido y las acciones que se han llevado a cabo entremedias, me llama la atención que las cifras estén prácticamente igual entre 1978 y 2016", asegura el doctor Francisco Salvador Pascual, presidente de la sociedad científica Socidrogalcohol, que ha editado esta revisión sistemática acerca de la mortalidad atribuida al consumo de tabaco en España.
Leyes que quedan obsoletas
En este artículo, que forma parte de la tesis doctoral de la investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Julia Rey, se denuncia la necesidad de implementar medidas integrales de control de tabaquismo y de prevención que permitan avanzar hacia una sociedad libre de tabaco. "Ya es hora de que se endurezcan las leyes", reclama Rey en declaraciones a EL ESPAÑOL.
Ésta es una de las claves que explican, a juicio de Pascual, por qué el porcentaje de muertes atribuidas no ha descendido desde hace más de 40 años. Aunque las medidas legislativas aprobadas contra el tabaquismo en España sirvieron para reducir el consumo de tabaco, piensa que se trata de leyes que "han quedado un poco obsoletas y de las que se ha hecho un seguimiento bastante menor en los últimos años".
En su opinión, lo único que hemos conseguido es que no se fume en los bares. "Hemos ganado que no te lloren los ojos o el sabor de la comida", apunta Pascual, "pero la relación que hay entre el consumo de tabaco en la adolescencia y el sentimiento de sentirse liberado sigue existiendo". A esto le suma la nula importancia que tienen las imágenes de los paquetes: "Nos lo tomamos un poco a broma. Tal vez sea porque nos reímos de nuestra propia sombra por el carácter que tenemos. Pero no sé si eso es bueno".
Aun así, reconoce que las herramientas de medición actuales son más precisas que en décadas anteriores. "Si la metodología que se aplica ahora para elaborar el diagnóstico de mortalidad atribuible al tabaco se hubiera utilizado en 1978, tal vez el porcentaje llegaba a un 20%", vaticina el coordinador de la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital de Alcoy (Alicante).
Las causas específicas de mortalidad atribuida al tabaco sí que han presentado cambios en España. La primera estimación estableció que en 1978 el 51,4% de este tipo de defunciones había sido por enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el porcentaje cayó hasta el 27,5% en 2017, cuando se realizó la última estimación.
Aquel año el tabaquismo acabó con la vida de 53.825 españoles mayores de 35 años. Una de cada dos muertes se produjeron a raíz de un tumor, que es la principal causa de mortalidad atribuida al consumo de tabaco desde la década de 1990. "Tabaco es cáncer de pulmón. Más del 85% de los casos se deben al tabaquismo", expone Rey.
España, país de fumadores
Además, España sigue siendo un país en el que fumar no es una excepción, como demuestra la última Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España (EDADES) que publica anualmente el Ministerio de Sanidad. "El porcentaje de fumadores diarios ha pasado de un 43% en 1997 [el primer año desde que se recoge esta muestra] a un 33,1% en 2022. Tampoco ha disminuido tanto", valora el también miembro del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) en declaraciones a EL ESPAÑOL.
En este intervalo de tiempo se han conseguido avances médicos que han permitido conocer "más y mejor qué enfermedades son las atribuibles al consumo de tabaco". Es por este motivo por el que Pascual cree que no es malo: "Al final, la equivalencia de porcentajes nos da a entender que no sabíamos todo lo necesario con respecto al consumo de tabaco. Había enfermedades que se nos 'escapaban'".
No obstante, considera que un 13,7% de mortalidad atribuida al tabaquismo no deja de ser horrible. "Sobre todo si se tiene en cuenta que el consumo de tabaco es la causa de morbimortalidad más fácil de erradicar. Con no fumar, ya está", sentencia Pascual.
Ahora bien, que haya más patologías mortales asociadas al tabaquismo no sólo se explica por que la medicina haya avanzado. "Es probable que algunos tumores que antes no se diagnosticaban, en la actualidad sí se detectan por el incremento de la esperanza de vida". Una cuestión en la que España ha experimentado un aumento de unos 7,5 años de media desde 1981. "En esos años de diferencia hay muchas enfermedades que emergen", añade Pascual.
La equiparación entre géneros
"La epidemia tabáquica está más evolucionada en países como Estados Unidos o Reino Unido", según señalan en el citado estudio. En el caso de la región estadounidense, por ejemplo, el impacto del consumo de tabaco en la mortalidad femenina empezó a observarse hacia finales de los años 50. Desde entonces las cifras de mortalidad atribuida al tabaquismo han ido aumentando hasta llegar a igualarse a las masculinas en el periodo 2005-2010.
En España no nos encontramos con una situación tan igualada entre géneros, aunque sí que presentan una tendencia opuesta. "En las mujeres el impacto del consumo de tabaco está en su punto álgido. Estamos llegando a las cifras más altas", indica Rey- La mortalidad atribuida al tabaco pasó de 5,4% en 1983 hasta un 7,8% en 2006. En los españoles, en cambio, el porcentaje fue de 28,3% en 1998 a 22,6% en 2012. "La mortalidad atribuida al tabaco está descendiendo por culpa de los hombres", apunta la investigadora de la USC.
Este cambio de tendencia tampoco le llama la atención a Pascual: "Cada vez vemos más que las edades son muy parejas entre géneros, sobre todo en edades tempranas". Por tanto, prevé que dentro de unos años la diferencia de género sea mucho menor. "Aunque quien realmente 'manda' es el carcinoma pulmonar. Y éste no entiende de género en ningún momento", remacha Pascual.