Entre 2020 y 2021, el mundo entero registró el ritmo de crecimiento más bajo de los últimos 70 años. Lo advierte Naciones Unidas en su informe sobre perspectivas de población y, aunque echa parte de la culpa a la Covid, lo cierto es que la presencia de esta enfermedad sólo exacerbó un problema con el que los países más desarrollados llevan lidiando largo tiempo. Basta con ver los últimos indicadores demográficos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En España es ya tendencia que muera más gente de la que nace. Concretamente, el 2022 cerró con un saldo negativo de 133.250 personas.
Que nuestro país —al hilo de otras regiones europeas— padece una crisis de natalidad no es una cuestión nueva. Los propios datos del INE indican que los nacimientos descendieron un 2,4% respecto a 2021 y que desde 2012 la cifra ha ido cayendo paulatinamente. La diferencia es del 27,6% en comparación a aquel año.
Parte del problema puede ser que el número de mujeres en edad fértil no para de descender. El momento idóneo sería sobre los 20 y la OMS eleva el rango de edad reproductiva hasta los 44 años. Si éstas hace 20 años representaban casi el 20% del total de la población, a día de hoy apenas son el 15%.
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El motivo se esconde principalmente detrás de factores sociológicos y demográficos. "Se mantiene así la tendencia a la baja iniciada en 2009 y que se debe a que ese rango de edades está formado por generaciones menos numerosas nacidas durante la crisis de natalidad de los 80 y primera mitad de los 90", alcanza a comprender el INE.
Echando un vistazo a los datos, la teoría del organismo se cumple palabra por palabra. Entre los años 2000 y 2009, el porcentaje de mujeres en edad fértil se colocaba año tras año en el 19%. Décima arriba, décima abajo. En 2010 el número baja por primera vez al 18,8%, descendiendo paulatinamente hasta llegar al 15,26% de nuestros días.
A menor número de nacimientos, menor número de mujeres. Así se puede resumir la explicación. No obstante, también conviene añadir un pequeño matiz. Según se desprende de otra serie del INE, esta vez sobre nacimientos por sexo entre 2012 y 2022, cada año han nacido más niños que niñas. Por poner un ejemplo, en 2022 fueron 169.602 varones en contraposición de las 159.649 mujeres. La diferencia más abismal se da en 2014, con 220.843 vs. 206.752. Son 14.000 más.
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Como aclaran desde Our World in Data, un proyecto estadístico de la Universidad de Oxford, esto no es un fenómeno exclusivo de España, sino que está comprobado que en todos los países del mundo nacen más hombres que mujeres. Más allá de las naciones en las que puedan influir intereses sesgados en cuanto al sexo (por ejemplo, aquellos en los que se practica el aborto selectivo), según el estudio considerado más completo al respecto, la clave puede estar en que el riesgo de mortalidad femenina durante el embarazo es mayor que la masculina.
Fertilidad vs. fecundidad
Ahora bien, es inevitable plantear otro posible factor: ¿son ahora las mujeres menos fértiles que antes? Tal y como arrojan las cifras de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), la prevalencia de parejas con problemas reproductivos en el mundo occidental está entre un 15% y un 17%.
"No es que haya menos mujeres fértiles, es que el momento para tener hijos ha cambiado", aclara a EL ESPAÑOL Joaquín Llácer, director médico de Ginefiv y vicepresidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
El ginecólogo acaba de poner sobre la mesa la principal línea de debate que existe en España en cuanto a este problema. No es que haya menos fertilidad, lo que implicaría que hay más tasas de esterilidad entre ellas, sino que hay menos fecundidad. Ahora tienen menos probabilidades de quedarse embarazadas por retrasar más y más la edad para hacerlo. "Es un problema social, que viene acompañado por la situación que vivimos, en la que la mujer encuentra estabilidad a unas edades ya avanzadas", lamenta el experto la coyuntura.
De hecho, aunque la OMS eleva esta cifra de edad fértil hasta los 44, tanto Llácer como la literatura médica aclaran que por encima de los 35 la maternidad se torna más complicada. "Los óvulos cada vez tienen peor calidad", puntualiza. Según los datos del INE, la edad media de la maternidad se sitúa en los 32,6 años.
En busca de soluciones
Sin embarazos no hay mujeres, pero el embarazo cada vez es más complicado. La situación es la pescadilla que se muerde la cola. Desde un punto de vista médico, Llácer apunta como solución que exista una mayor concienciación sobre técnicas de vitrificación, lo que grosso modo podría definirse como la congelación de óvulos. "No podemos frenar el reloj, pero sí pararlo", apostilla.
Especialista en técnicas de reproducción asistida, cada día contempla con impotencia como mujeres que recurren a este tipo de procedimientos tienen un pronóstico de éxito muy bajo por la calidad de sus óvulos, teniendo que recurrir a más tratamientos más complicados: "Este es un problema que tiene un impacto social muy importante, ya no sólo por el hecho de que nazcan menos niños, sino porque la infertilidad afecta al núcleo de la persona, a la vida de la pareja, a la vida social y a la autoestima".