El 9,9% de las españolas que tuvieron hijos en 2019 tenía más de 40 años, el porcentaje más alto de Europa, según el último informe Euro-Peristat, elaborado por el Instituto Nacional de Salud e Investigación médica francés y financiado por la Comisión Europea.
No solo eso: el 40% de las españolas que dieron a luz tenían más de 35 años, también el mayor porcentaje de Europa. Solo Irlanda (39,4%), Italia (34,4%) y Portugal (33,2%) se acercan a esa cifra. Dichos países también son los que más madres mayores de 40 tienen, aunque sus cifras con menores a las españolas: Italia, 8,8%; Irlanda, 7,8%; Portugal, 7,7%.
El número de españolas que son madres a una edad más tardía no ha hecho más que aumentar en las últimas dos décadas, conforme la distribución de la población ha ido envejeciéndose. El informe Euro-Peristat de 2004 apuntaba que había un 19,6% de mujeres que tenían hijos entre los 35 y 39 años, por solo un 3,2% que lo hacían pasados los 40.
[La ciencia revela (por fin) cuál es el truco para conseguir que un bebé deje de llorar y se duerma]
Para el año 2010 ya eran un 29,5% las españolas que tenían hijos a partir de los 35 años. Por aquel entonces era Italia el país europeo con más madres mayores, con un 34,7%. Pero el ascenso imparable de la maternidad tardía en nuestro país hizo que en 2015 superáramos al vecino mediterráneo, con un 37,3% frente al 36,3% transalpino.
Una de las consecuencias de este envejecimiento en la edad de dar a la luz es el parto prematuro, es decir, antes de la semana 38 de gestación. Estos también son favorecidos por las técnicas de reproducción asistida, que a su vez son más utilizadas por aquellas mujeres que quieren ser madres a una edad más tardía.
El presidente de la Sociedad Española de Neonatología, Manuel Sánchez Luna, explica a EL ESPAÑOL que los cambios sociales han influido en esta maternidad tardía y sus riesgos. "Las comunidades familiares han dejado de serlo, la mujer se ha incorporado al trabajo, la crisis ha hecho que retrase el momento de la gestación, ya que interrumpe la vida laboral, otros aspectos sociales… Y ese retraso genera reducción de la fertilidad, que va de la mano con el riesgo de prematuridad".
"Era impensable hace poco"
La buena noticia es que el número de prematuros extremos, aquellos nacidos antes de la semana 26, han aumentado su supervivencia en un 200%, explica el neonatólogo del Hospital Puerta del Mar de Cádiz y presidente de la Fundación NeNe, centrada en los recién nacidos con problemas neurológicos, Simón Lubián.
"Hoy estamos tratando a niños de 23 e incluso 22 semanas, algo que era impensable hace pocos años", afirma. Esa mayor supervivencia, no obstante, va ligada a una mayor discapacidad condicionada a la prematuridad.
[Este chupete es un 'Apple Watch' para bebés prematuros: les vigila contra la deshidratación]
En España, nacen entre 25.000 y 26.000 niños prematuros anualmente, de los que algo menos de 5.000 son prematuros extremos, de los que entre 3.000 y 4.000 pueden tener una discapacidad asociada. Más allá de la semana 28 hay un salto en supervivencia y discapacidad, y a partir de la 32 la mortalidad asociada es nula, y las secuelas, escasas.
EL ESPAÑOL ha hablado con médicos y enfermeros especializados en neonatología con motivo del Día Mundial de la Prematuridad, que se celebra cada 17 de noviembre. "Nosotros estamos un poco por encima de la media europea", indica Lubián.
Según el último Euro-Peristat, el 7,1% de los nacidos en España en 2019 lo fue antes de las 37 semanas. La mediana europea está en el 6,9%. Países nórdicos y bálticos como Finlandia (5,3%), Suecia (5,4%) y Lituania (5,3%) tienen los menores porcentajes. Chipre (11,3%), Hungría (8,3%) y Alemania (8,2%) se encuentran en el otro extremo.
Las secuelas más comunes de los niños prematuros son a nivel pulmonar, digestivo y neurológico, siendo esta última la que tiene un mayor impacto en la salud y la calidad de vida del bebé. Problemas motores, intelectuales, visuales, aumento de la epilepsia o trastornos de la conducta como el TDAH o el autismo son algunos de los más frecuentes.
[De la sala de partos al psiquiatra: el síndrome de la madre de niño prematuro]
José Antonio León, portavoz de la Sociedad Española de Enfermería Neonatal, explica que fue en los años 80 cuando se dio un salto en la atención a los niños prematuros, a nivel tecnológico y de cuidados.
"Mejores respiradores, mejores incubadoras, uso de surfactante para el tema respiratorio, uso de ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea), cateterismos centrales de acceso periférico para nutrición parenteral…" Pero, para él, el mayor avance fue humano, con "la integración de los padres en los cuidados de los niños".
El enfermero explica que los médicos se han ido incorporando a esta atención humanizada a los prematuros, si bien cuando aparecieron las primeras incubadoras "los paseaban para que los colegas los vieran". Ahora, en cambio, está plenamente integrado el método canguro o 'piel con piel', el contacto del recién nacido con los padres para crear un vínculo, algo que ha demostrado ser beneficioso para su desarrollo.
150.000 euros por hospitalización
Simón Lubián explica que, aunque el nivel de atención clínica a estos niños es muy alto, España "cojea" en investigación. "Menos del 2% de los recursos dedicados a investigación se dedican a neonatología", cuando el coste asociado a la hospitalización es el más alto de la sanidad: "En el SAS (Servicio Andaluz de Salud) tenemos cuantificada la hospitalización de un prematuro de 24 semanas en 150.000 euros. No tenemos datos sobre el coste de la discapacidad, pero en Estados Unidos lo han calculado en más de un millón de euros".
El presidente de la Sociedad Española de Neonatología, Manuel Sánchez Luna, recuerda que las tasas de prematuridad en Europa son de las más bajas del mundo. "En Estados Unidos están en el 12%; en Latinoamérica, en el 15%". En España, el número de nacidos antes de tiempo se ha mantenido estable, pero el porcentaje total ha aumentado debido a la reducción de la natalidad.
En lo que incide es en la necesidad de especialistas formados en neonatología como una rama de la Pediatría en la que el MIR pueda profundizar, algo que hoy por hoy no está reconocido de forma oficial.
"Además, nos gustaría que hubiera, de forma permanente y a nivel de las comunidades autónomas, una estrategia de cuidado perinatal que incluyera aspectos no solo de salud sino culturales, de integración en la sociedad…", reclama. "Es un problema de salud pública y demasiado complejo para recordarlo únicamente cada 17 de noviembre".