Hace unas décadas sólo a los marineros se les ocurría introducir tinta en las capas de su piel, pero ahora los tatuajes son un forma de arte para cualquier persona. Si bien todavía hay muchos padres que se echan las manos a la cabeza cuando sus hijos aparecen con uno de estos dibujos permanentes, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha calculado que hasta el 30% de las personas que tienen entre 20 y 40 años tienen por lo menos un tatuaje. Y, encima, la tendencia de tatuarse sigue en alza.
A pesar de que los tatuajes son cada vez más mainstream, requieren un cuidado especial y es que la porción de piel en la que se establecen suele quedarse más sensible. Al igual que prestamos más atención a toda nuestra piel en verano, los tatuajes también demandan una atención especial en esta estación. Llevamos prendas más cortas que exponen una mayor proporción de nuestra piel al ambiente: desde los rayos del sol hasta el agua del mar y de las piscinas, todos estos agentes pueden dañar el tatuaje y nuestra propia piel.
"Un tatuaje es, en realidad, una cicatriz", explica Graziella Moraes, doctora en medicina estética. "Por eso, debemos darle tiempo y que la piel se regenere: normalmente, este tiempo suele ser de un mes en el que se debe proteger al tatuaje de la luz y aplicar en él cremas para que se cure de manera total". En este sentido, la experta explica que el verano es el momento del año en el que más áreas de la piel exponemos y que, probablemente, también en el que más se escucha hablar acerca de tatuarse nuevos diseños.
Cuidado con el sol
El principal motivo por el que solemos proteger nuestros tatuajes del Sol suele tener que ver con su apariencia: no queremos ni que pierda, ni que cambie su color, tampoco que quede difuminado y más parecido a un borrón indistinguible. Sin embargo, al igual que los rayos alcanzan la tinta para afectar a su aspecto, también pueden alterar su composición química y que empiece a dar problemas. Es decir, que no sólo puede darnos problemas un tatuaje en el momento de hacérnoslo, sino también al tiempo.
Se calcula que los tatuajes pueden llegar a causar reacciones incluso diez años después de su realización: en este sentido, la AEDV advierte de que en el 80% de los casos estas se producen en tatuajes de tinta roja. Por esta razón, no debemos descuidar el cuidado de la piel tatuada a medida que van pasando los años. Eso sí, el momento más vulnerable de estos dibujos sobre la piel es cuando están recién hechos. Los 15 primeros días después de pasar por las manos de un tatuador son especialmente importantes para que el dibujo se mantenga.
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"Sin duda, antes de hacernos un tatuaje lo más importante es que encontremos un centro homologado para su realización. De esta manera, podemos asegurarnos de que la tinta que introducimos en nuestra piel es de buena calidad, que no va a cambiar de color y que va a durar", aclara Moraes. La AEDV también recomienda que prestemos atención al lugar al que acudimos con el objetivo de no encontrar complicaciones, siendo las más frecuentes la hinchazón y el prurito intenso e, incluso, la ulceración de la piel.
Tratamientos constantes
Seguir una rutina de cuidado de la piel es fundamental para evitar estas pérdidas de color, que el tatuaje se mantenga brillante, pero también evitar las peores consecuencias. En este sentido, Moraes recomienda ocultar el tatuaje del Sol durante el primer mes después de su realización, pero especialmente durante los 15 primeros, tal y como recomiendan los propios tatuadores. "Durante este mes es recomendable aplicar cremas regenerantes con ácido hialurónico, reparadoras, que hidraten y, por supuesto, también protección solar".
En cualquier caso, estos buenos hábitos no son exclusivos de esta primera etapa, sino que se deben practicar de manera constante: "Los tatuajes lucen mejor cuando la piel en la que se ubican está hidratada, tersa y elástica. Pero esto no se logra en un día, es el producto de la constancia aplicando cremas hidratantes y también de beber a diario la cantidad suficiente de agua", aconseja Moraes. ¿Qué rutina deberíamos llevar a cabo en verano? Si nuestro tatuaje ya se ha curado, la rutina es la misma en la piel tatuada y en la piel sin tinta.
Unos veinte minutos antes de exponernos al Sol deberíamos aplicarnos una crema con protección de factor 50+ y volver a ponerla cada dos horas o cuando nos bañamos o sudamos demasiado. En cualquier caso, a pesar de habernos aplicado este protector es importante ponerse a la sombra y evitar el sol directo en las horas en las que la radiación es más intensa. Tras la playa o la piscina, debemos limpiar la piel de salitre o cloro y aplicar una crema hidratante, también por la noche.