El hemisferio norte de nuestro planeta entrará en la estación de verano en apenas veinte días y ya sabemos lo que eso significa para España: comienzan las sesiones intensivas de playa y de piscina con el fin de broncear nuestra piel. Sin embargo, los dermatólogos advierten que en los últimos cuatro años los casos de cáncer en este órgano han aumentado en un 40%. Por suerte, este tipo de tumores son algunos de los que más se pueden evitar y, por eso, estos especialistas piden que extrememos las precauciones al exponernos al sol.
Entre ellos, "se estima que el melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo y con peor pronóstico, de seguir la tendencia actual, se convierta en el segundo tumor en incidencia global y el primero en incidencia en varones, por delante del cáncer de colon y el de pulmón", explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Este organismo presentó este la campaña anual Euromelanoma, que pretende promover los hábitos saludables de exposición solar y favorecer el diagnóstico precoz de este cáncer.
"El melanoma representa el 5% de todos los cánceres de piel, pero hasta un 75% de la mortalidad del total", explica Eduardo Nagore, coordinador de la campaña y miembro de la AEDV. Nagore es jefe clínico del servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y una de los personas que más sabe del melanoma en España. Aunque tener la piel y los ojos claros, el cabello rubio o pelirrojo o tener muchos lunares aumenta el riesgo de padecer este tipo de cáncer, el dermatólogo advierte: el 20% de los casos de melanoma aparecen en personas sin factores de riesgo y, por eso, la prevención y la exploración de la piel son imprescindibles para todos.
La incidencia del cáncer de piel ha subido un 40% en los cuatro últimos años, ¿a qué piensa que se debe?
Tiene mucho que ver con el efecto cohorte. En España hubo un cambio de actitud con respecto al sol: antes ser blanco de piel era un símbolo de aristocracia y de repente lo guay era estar moreno. Debido a que la piel tiene memoria —algo rigurosamente cierto—, todas esas generaciones están viendo aumentado este cáncer. La cultura de la protección tiene muy poco tiempo.
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Esto se acompaña con un aumento de la esperanza de vida. La incidencia de cáncer aumenta con la edad, y claro, si la vida dura más, tienes más probabilidades de que aparezca un cáncer.
Entonces, ¿esperamos ver el techo del melanoma en unos años?
La sensación es que sí. Todo este aumento llega un momento que es comparativo a lo anterior, siempre hay un efecto de registro: para recopilar datos necesitas que se recojan todos. Muchas veces se estiman a partir de lo que se recoge, que no es la cantidad total. En algunos países donde sí que lo hacen, sí que van viendo ese aplanamiento de la curva de incidencia.
Aquí en España hay sitios donde se recoge la incidencia bien, en algunas localidades como Teruel o Murcia, donde tienes controlados los servicios de anatomía patológica tanto públicos como privados para poder tener una estimación real. A partir de ahí puedes hacer una estimación, pero datos fijos reales, no tenemos al 100% para decir España es así. Pero sí, la sensación es que en algún momento se va a aplanar, ¿cuándo? Ni idea.
Australia tiene fama de haber gestionado mejor este tema del melanoma, ¿qué medidas de las que se aplican allí le dan más envidia y querría impulsar en España?
La principal es la concienciación y la educación sanitaria. Es como el tabaco, desde pequeños ya saben que la exposición es mala. A partir de ahí cada uno hace lo que le da la gana, pero la concepción de que es malo, reconocerlo y no ponerlo en duda es un paso muy grande y eso se trabaja en la escuela igual que el cepillado de dientes o el lavado de manos. Llenar el patio del colegio de sombra, hacer excursiones por la tarde en vez de por la mañana porque hay más sol... Es un mensaje que cala y que educa, cuando te haces mayor ya haces lo que te da gana, pero por lo menos lo sabes.
Eso es lo que más envidia me da, porque tú puedes poner dispensadores de protector solar en sitios públicos, pero si no estás concienciado, no los usas.
Parece que España no está concienciada del todo, ¿todavía está de moda achicharrarse en la playa?
No hay más que ir a la playa y verlo, sigue estando. Falta favorecer el tema, poner más sombras, árboles… ¿A quién no le gusta la playa? Pero hay que dar información, recordar que la crema hay que volver a aplicarsela cada cierto tiempo, que hay gente con mucho riesgo que debe ser especialmente cuidadosa. Si tú eres negro tienes suerte, vas a la playa sin problema. Pero si eres pelirrojo, que es el polo opuesto, yo te diría que no vayas. O tienes un montón de nevus, pues es que eres una bomba de relojería, extrema las precauciones.
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Por un lado nos dicen que necesitamos vitamina D para el sol, y que incluso los nórdicos nos ganan en estos valores, y por otro que nos protejamos de él. ¿Cómo es una relación sana con el sol?
Para la vitamina D en realidad necesitas muy poco sol, son unos 15 o 20 minutos exponiendo la cara y los antebrazos. Los niveles de sol están bajos, pero es un problema de estilo de vida: yo trabajo en un hospital, entro a las 7.30 y me voy a las 17.30, durante la mayor parte del año no veo el sol. Si no veo el sol, no me da, pero no pasa nada porque te suplementas con pastillas.
Si tienes un estilo de vida en el que no tomas el sol por el trabajo o porque eres muy precavido y no quieres exponerte, hazte un análisis y si tienes la vitamina baja, te suplementas. No pasa nada. En los países nórdicos los que sí las pasan canutas son los negros, porque ahí no da el sol prácticamente. A ellos ya les cuesta tener bien la vitamina D, con menos sol ya es un desastre.
¿Por qué el melanoma es más frecuente en las mujeres, pero mata más al hombre?
Hay un doble efecto. Primero, que en los hombres es más frecuente cuando son ancianos y con más edad tienes peor el sistema inmune, también son más descuidados, no se miran la piel. Piensan "no es nada" o "ya iré", a lo mejor sólo van cuando les sangra y ahí ya la cosa está más complicada.
Y la segunda, siempre hay debate sobre si es real o no que las mujeres tengan un mejor sistema inmune que los hombres, pero cuando se hace cualquier tipo de estudio siempre se observa que las mujeres van mejor en un montón de cánceres y hay que tener en cuenta el sexo. No está claro si el factor femenino protege más.
¿Merece la pena pagar mucho dinero por una crema o las buenas están al alcance de todos?
Aquí hay que ser claro. Lo único importante es que el protector tenga su etiquetado correcto, ninguno puede decir que protege 50 si no lo hace. Eso es un fraude. En teoría, las autoridades sanitarias controlan esas cosas. Es decir, es tan válido un fotoprotector de Mercadona como el más caro de la farmacia. ¿Que hay matices? Pues sí, algunos duran más o uno más barato puede ser más pringoso. En este sentido, sí es cierto que una persona con pasta puede permitirse fotoprotectores que otras personas no.
¿Nos ponemos bien la crema?
Las cremas están testadas a una cantidad específica por centímetro cuadrado de piel. Ponen la piel de una persona y comparan con cuánta radiación pones la piel roja, lo observan con crema y sin crema: si una se quema veinte veces más que la otra, pues eso es factor 20. Por decirlo de una manera más didáctica, si los rayos de sol se pudieran contar, la crema dejaría pasar uno de cada veinte.
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Nadie se pone la cantidad con la que se ha testado el protector: te tienes que poner un tercio del bote de crema para que estés protegido, tal y como dice el fabricante. Por eso, siempre recomiendan el factor 50+, porque si no te vas a poner toda la que necesitas por lo menos que tenga la mayor protección posible. Así que ponte ropa porque un protector vale una pasta, con una camiseta en la playa reduces la cantidad de superficie de piel en la que poner protección. Hay camisetas que protegen del sol, que no dan calor y no son nada caras. Tienen un etiquetado de la Unión Europea, te ahorras dinero. Esto lo hacen los australianos, van a la playa con camisetas.
Tal y como bajamos los españoles a la playa, ¿tendríamos que gastar un bote cada tres días?
¿Tres días? ¡Qué va! Si te tiras seis horas en la playa y hay que volver a aplicarla cada dos, necesitas un bote al día porque la crema se degrada en unas dos horas. ¡Eso es inviable! También hay cápsulas de protección oral que son muy buenas, no te quita la necesidad de usar crema, pero aumenta la protección.
Pero, ¿cómo? Popularmente se cree que la crema ejerce de pantalla entre el sol y la piel.
Ese es el error. La gente la ve como si en sí misma fuera el protector, pero la crema es el vehículo, lleva un producto que se coloca en las capas internas de la piel y ahí protege. No es el pringue en sí. Por eso tarda 20 minutos en hacer efecto y en dos horas el propio producto se degrada. Las pastillas llevan años en las farmacias, pero se les da poco bombo. Funcionan muy bien, pero hay que ponerse crema también.