Sólo en España, la esclerosis múltiple afecta a unas 55.000 personas y, por desgracia, la incidencia de esta enfermedad está aumentando en todos los países. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, en el año 2013 esta enfermedad afectaba a 2,3 millones de personas en todo el mundo y en 2020 este número había ascendido hasta los 2,8 millones. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa que afecta especialmente a los jóvenes: la mayoría de los casos se manifiestan entre los 20 y los 40 años de edad.
Esta enfermedad se produce porque el sistema inmunitario ataca por error al cerebro y a la médula espinal, lo que provoca brotes de síntomas conocidos como recaídas y la degeneración a largo plazo, que es lo que se conoce como la progresión de la enfermedad. En los últimos años se han desarrollado tratamientos efectivos contra las recaídas, pero ninguno puede prevenir de manera confiable la acumulación de discapacidad.
La esclerosis múltiple es una de las enfermedades que siguen guardando muchos misterios para los científicos, pero en los últimos años han surgido estudios que han permitido conocerla mejor. El último de ellos ha sido publicado en la revista Nature este mismo miércoles y pretende explicar por qué en algunos pacientes esta enfermedad avanza rápidamente y en otros, sin embargo, la aparición de sus síntomas más incapacitantes se va dilatando en el tiempo.
Herencia genética
El estudio ha sido realizado por más de 70 instituciones que han estado dirigidas por la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y la Universidad de Cambridge y en él han contado con hasta 22.000 participantes que portan la enfermedad. La investigación ha descubierto la primera variante genética que se ha asociado con una progresión más rápida de la enfermedad: "Heredar esta variante genética de ambos padres acelera el tiempo de necesitar una ayuda para caminar en casi cuatro años", ha explicado Sergio Baranzini, investigador de la UCSF y coautor principal del estudio.
El Consorcio Internacional de Genética de la esclerosis múltiple (IMSGC) y el Consorcio de esclerosis múltiple combinaron datos de más de 12.000 personas con esclerosis múltiple y después de examinar más de siete millones de variantes genéticas, los científicos encontraron una que estaba asociada a una progresión más rápida de la enfermedad y que se encontraba entre los genes DYSF y ZNF638, que no habían sido relacionados anteriormente con la esclerosis múltiple.
Los estudios anteriores habían demostrado que el riesgo de la esclerosis múltiple se debe en gran parte a la disfunción del sistema inmunitario, y esta se puede tratar en parte, haciendo que la enfermedad vaya más lenta. Sin embargo, "esos factores de riesgo no explican por qué, diez años después del diagnóstico, algunos pacientes con esclerosis múltiple están en sillas de ruedas mientras que otros continúan corriendo maratones", explica Baranzini.
Cerebro y médula
"Estos genes normalmente están activos dentro del cerebro y la médula espinal, en lugar del sistema inmunológico", dice Adil Harroud, autor principal del estudio y ex investigador postdoctoral en el Laboratorio Baranzini. "Nuestros hallazgos sugieren que la resiliencia y la reparación en el sistema nervioso determinan el curso de la progresión de la EM y que debemos centrarnos en estas partes de la biología humana para obtener mejores terapias".
En este sentido, el otro coautor del estudio perteneciente a la Universidad de Cambridge, Stephen Sawcer, explica que "comprender cómo la variante ejerce sus efectos sobre la gravedad de la esclerosis múltiple allanará el camino hacia una nueva generación de tratamientos que puedan prevenir la progresión de la enfermedad". Además, este equipo también utilizó la aleatorización mendeliana para observar los efectos ambientales en la gravedad de la esclerosis múltiple: en este sentido, descubrieron que algunos factores como los años de educación o la edad de los padres podían reducir el riesgo, mientras que otros como el tabaquismo, lo podían aumentar.
Por último, el equipo confirmó sus hallazgos investigando la genética de casi 10.000 pacientes adicionales con esclerosis múltiple y observaron que aquellos con dos copias de la variante genética estudiada se volvieron discapacitados más rápidamente. En cualquier caso, los autores han afirmado que es necesario que seguir trabajando para determinar exactamente cómo esta variante genética afecta a los genes DISF y ZNF638 y al sistema nervioso en general. También están recolectando un conjunto aún mayor de muestras de ADN de personas con esta enfermedad, con la esperanza de encontrar otras variantes con este mismo efecto.