El Centro de Control de Enfermedades de la provincia de Cantón, China, ha confirmado el contagio de una mujer de 56 años con la cepa H3N8 de la gripe aviar. Se trata del tercer caso de esta variante en concreto desde que un niño de cuatro años se convirtió en el 'paciente cero' en abril de 2022. Además, se trata de un virus diferente del que lleva causando una pandemia global en aves desde el año pasado -la variante 2.3.4.4b del H5N1- que también ha saltado a mamíferos como los visones o los leones marinos, y causó la muerte de una niña en Camboya.
Según las autoridades chinas, la paciente es una vecina de 56 años de la ciudad de Zhongshan. Como suele suceder en los casos de zoonosis -contagio de animales a humanos- que involucran a la gripe aviar, la mujer trabajaba estrechamente con aves de corral. Antes de detectarse el contagio, añade la información, ella sufría de mieloma múltiple y otras dolencias subyacentes que podrían haber deteriorado su sistema inmunitario.
El actual estado de salud de la paciente se mantiene bajo secreto, así como la información relativa a su ingreso y tratamiento. Además, se informa de la llevada a cabo de una investigación epidemiológica y un seguimiento a los contactos cercanos de la infectada. La propagación de los virus de la gripe aviar entre seres humanos es difícil, y la infección solo suele darse en personas que están inmersos en ambientes con una gran carga de viralidad.
Así, el centro confirma que nadie en el entorno de la paciente ha mostrado síntomas hasta la fecha. "Los expertos consideran que este es un caso esporádico y que el riesgo de contagio en esta etapa es bajo", recoge el comunicado citado por EFE. La institución recomienda "evitar el contacto directo con aves vivas o muertas en la vida diaria" y "separar la carne cruda de la cocinada".
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Del mismo modo, las autoridades sanitarias aconsejan que las personas con síntomas en su sistema respiratorio se pongan una mascarilla y que informen a un médico si han estado en contacto con aves. China es considerada por los expertos como un entorno de riesgo para la proliferación de nuevos virus de origen aviar, debido a la amplitud y la densidad de población del país, y el hecho de que se crían y capturan aves en gran cantidad. Los patógenos se entremezclan y mutan, y suelen infectar primero a las personas que trabajan con los animales.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los virus de la gripe aviar H3N8 se detectan comúnmente a nivel mundial en animales y son frecuentes entre aves domésticas y silvestres, aunque se han registrado contagios de varias especies de mamíferos. Sin embargo, el riesgo de propagación sostenida entre humanos a nivel regional, nacional e internacional es bajo
La pandemia de gripe aviar H5N1, mientras tanto, ya ha causado la muerte de decenas de millones de aves salvajes y domésticas de todo el mundo, bien a causa de la enfermedad o por sacrificio, y no se da por controlada todavía. La mutación de la variante que la hace más infectiva entre los pájaros la vuelve al mismo tiempo menos eficaz entre mamíferos, incluyendo humanos.
Pero los expertos abogan por mantener la vigilancia en caso de que una "especie puente", como los visones que comparten características inmunológicas de ambas especies, facilite la adaptación del virus al incubarlo.