Los dermatólogos han advertido varias veces en los últimos meses de que la sarna y la tiña están aumentando en España. Lo más probable es que estas noticias te pillaran con la boca abierta: ¿no son estas dos enfermedades propias del pasado o de otras zonas del mundo? Pues no, lo cierto es que ninguna de las dos ha llegado nunca a desaparecer por completo, aunque durante mucho tiempo la incidencia fuera muy baja. Tampoco es cierto que la mayor higiene personal vaya a librarte de contraerlas: cualquier persona puede padecerlas.
"La sarna y la tiña nos parecen del Antiguo Testamento, pero estamos equivocados. Los dermatólogos siempre hemos visto casos de sarna y de tiña, lo que es nuevo es el fuerte aumento que se está produciendo", explica Eliseo Martínez, coordinador del grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Los científicos se encuentran ahora buscando la razón por la que se han disparado, aunque el origen de ambas es muy diferente.
La sarna es una afección de la piel que causan unos ácaros llamados Sarcoptes scabiei al ir excavando pequeños túneles por las capas más superficiales de la piel. Estos pequeños arácnidos tienen predilección por ciertas zonas del cuerpo —como el espacio entre los dedos de pies y manos, las axilas o los glúteos—, sus túneles provocan un picor severo y pueden ser transmitidos a otras personas. La tiña que se produce en el cuero cabelludo, por su parte, está producida por el hongo Trychophyton tonsurans en la mayoría de casos y también produce picazón, además de descamación y pequeñas zonas de calvicie.
Aumento desbocado
Determinar el aumento de estas enfermedades está siendo muy complicado porque ninguna de las dos se considera de declaración obligatoria. Es decir, los dermatólogos no tienen que advertir a Sanidad cada vez que detectan un caso y, por eso, no existen buenos registros. De todas formas, sobre la sarna sí que se conocen más datos: un artículo de Plos One de 2021 apunta a que el ascenso de casos se dio a partir de 2014 y otro de 2022 publicado en la Revista de la Academia Europea de Dermatología y Venereología apunta a que de 2019 a 2021 los casos de sarna han aumentado en un 40% cada año.
Eliseo Martínez es, precisamente, el autor principal de este último estudio: "Para cuantificar el aumento de los casos de sarna pedimos a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) que nos facilitara los datos de prescripciones de permetrina que se habían producido en los últimos años". La permetrina al 5% es el único tratamiento contra la sarna y no se utiliza con ningún otro fin, por eso estas cifras ofrecen una buena pista del avance de la enfermedad. "La gráfica de estas prescripciones se está volviendo vertical; no te puedo decir cuántos casos hubo en 2022 todavía, pero seguro que más que el año anterior", lamenta Martínez.
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El caso de la tiña es más difícil porque de momento no existen demasiados datos. Sabemos que los casos han aumentado por una observación de los dermatólogos, que atienden más casos en sus consultas. Ahora bien, de momento no existe un estudio epidemiológico que apoye esta observación: "Hay que distinguir estos dos casos. En el de la tiña no hay datos de la incidencia en este momento, ni hace cinco años para compararlos; sólo varios dermatólogos que afirman que cada vez atienden más casos", explica el médico.
El origen del aumento
La alerta sobre la tiña se disparó durante el pasado mes de enero cuando se publicó un estudio de la AEDV en la revista Actas Dermo-Sifiliográficas. Este estudio retrospectivo de un total de 107 casos dio cuenta de un brote entre hombres adolescentes en España que se producía en la zona temporal y en la nuca. Los afectados solían rasurarse el pelo y llevarlo degradado y los dermatólogos apuntan, en este sentido, a que las maquinillas con las que repasan su corte de pelo con una frecuencia podían haber estado contaminadas con el hongo que produce la tiña.
"Es injusto decir que en las peluquerías es más fácil contraer la tiña: la inmensa mayoría de los peluqueros hacen bien su trabajo y la inmensa mayoría de los españoles vamos a la peluquería y no tenemos tiña", razona Martínez. Al igual que la sarna, cualquier persona puede contraer la tiña, sin importar su higiene o la salud de su sistema inmunológico. Pero, en este caso, la razón de su aumento de transmisión parece estar más clara. ¿Qué ha pasado entonces con la sarna para que sus contagios se hayan disparado y sigan en tendencia al alza?
Aunque los científicos se encuentran tras la pista de esta razón, sólo cuentan con algunas hipótesis hasta ahora. Una de las teorías más comentadas apunta a que el Sarcoptes scabiei ha podido hacerse más resistente al tratamiento con permetrina y también más agresivo. Sin embargo, el dermatólogo de la AEDV explica que esta teoría no se sostiene porque los últimos estudios mantienen que la permetrina al 5% sigue siendo efectiva. En este artículo de EL ESPAÑOL, Martínez explicaba que era posible que algunos pacientes no se aplicaran bien la permetrina: "Debe untarse desde el cuello hasta los pies y, en la mayoría de ocasiones, aplicársela uno mismo es una tarea muy complicada".
La vía sexual
Eliseo Martínez apunta a que el auge de la sarna puede estar ligado al aumento que se está produciendo actualmente de las enfermedades de transmisión sexual (ETS). La sarna no está considerada como una ETS, pero se transmite a través del contacto estrecho, que sí se da durante las relaciones sexuales. En este sentido, se parece a la viruela del mono: una enfermedad que no es de transmisión sexual, pero que se contagia con facilidad en el ámbito sexual.
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"Esto es una especulación, porque no contamos con cifras para apuntar en una dirección. Si en la última década se han disparado las gonorreas, las sífilis o las clamidias, es posible que el aumento de la sarna tenga el mismo origen", explica el dermatólogo. Además, explica que durante la pandemia las cifras de la sarna se dispararon a pesar de que los expertos pensaban que el confinamiento las frenaría: "Había mucha dificultad para ir al médico y claro, cuanto más tiempo llevas la sarna encima, más fácil es transmitirla a alguien. También porque se acumula una mayor cantidad de parásitos y, por tanto, aumenta la capacidad de contagio", razona.
Lo que sí está claro es la vía de contagio de la sarna: el dermatólogo explica que no deben preocuparnos los probadores de ropa ni los asientos públicos. Durante la II Guerra Mundial, el Ejército Aliado realizó un estudio científico sobre la sarna ante un brote de sarna en sus filas. Para saber cómo se producía el traspaso de los Sarcoptes scabiei pusieron a dormir en una cama a una persona con sarna y que estaba vestida, tras salir de la cama entraba otro soldado. Repitieron el experimento estando los dos soldados desnudos, poniéndole la ropa interior del primero al segundo, durmiendo juntos vestidos y luego sin ropa.
"Probaron todas las combinaciones posibles, al principio pensaron que la sarna se pasaba por compartir mantas. Lo que vieron es que la transmisión se daba cuando dos personas desnudas se metían a dormir en la misma cama y todas las situaciones que no fueran esa tenían una probabilidad muy baja de contagio. Menos del 5% de los que entraban en la cama después de la persona con sarna recibían la enfermedad", resume el dermatólogo. Por esta razón, explica que si sentimos intensos picores en la piel, consultemos a nuestro médico o dermatólogo porque si se diagnostica tiene fácil solución y se detiene su expansión.