No hay duda de que la Covid-19 ha dejado secuelas en la sociedad. Una de ellas es que nada más ver en los medios la palabra "virus" reaparezca el miedo de una nueva pandemia. Así ha ocurrido tras el brote del virus de Marburgo, similar al del ébola, que Guinea Ecuatorial declaró el pasado 13 de febrero. Es la primera vez que en el país africano se declara un brote de esta enfermedad, que ya ha acabado con la vida de al menos nueve personas, según ha confirmado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por su parte, el Gobierno de Guinea Ecuatorial, presidido por Teodoro Obiang, también ha comunicado que 4.325 personas se encuentran confinadas en sus domicilios en la provincia de Kie Ntem, cerca de la frontera con Camerún. En el pasado, se han detectado brotes y casos esporádicos del virus de Marburgo en otros países de África, como Ghana, Angola, la República Democrática del Congo (RDC), Kenia, Sudáfrica y Uganda.
La alarma acerca de un nuevo virus no ha tardado en llegar a nuestro país. Es por ello por lo que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tuvo que responder a preguntas de los periodistas sobre este asunto en su visita este jueves al Hospital Virgen del Rocío. Darias aseguró que el virus de Marburgo "está circunscrito" a Guinea Ecuatorial. Aun así, señaló que, con las lecciones de la pandemia aprendidas, es "necesario estar alertas y preparados".
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Tampoco tardarán en llegar —si es que no lo han hecho ya— las publicaciones alarmistas y personalidades deseosas de generar miedo en la sociedad sin fundamento alguno. Sin embargo, ante este tipo de situaciones tan sólo queda alejarse del ruido y acudir a la información contrastada. ¿Qué se sabe hasta la fecha de la enfermedad por el virus de Marburgo (EVM), anteriormente denominada fiebre hemorrágica de Marburgo?
¿Cuál es su origen?
Aunque el virus de Marburgo haya saltado a la actualidad en estos días, lo cierto es que su origen se remonta a mediados del siglo pasado. Así, la primera vez que se identificó la enfermedad por el virus de Marburgo fue en 1967, cuando se registraron simultáneamente brotes en Belgrado (Serbia) y en Frankfurt y Marburgo (Alemania), de ahí el nombre de este virus.
Estos brotes se asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos (cercopithecus aethiops) que se habían importado de Uganda. En este país también se han sucedido brotes de esta enfermedad. De hecho, en 2008 se notificaron dos casos en viajeros que habían visitado una cueva habitada por colonias de murciélagos rousettus en Uganda.
¿Cómo se transmite?
La infección humana se produce precisamente cuando se realiza una estancia prolongada en minas o cuevas habitadas por esta especie de murciélagos. Por su parte, la transmisión entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada, las mucosas con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas.
La transmisión también puede darse a través de materiales contaminados con dichos líquidos, como demuestran los casos de transmisión al personal sanitario que atiende a pacientes con virus de Marburgo y que no han tomado las debidas precauciones de control de las infecciones.
El tipo de material a través del cual se produce el contagio puede influir en el grado de letalidad de la enfermedad. Por ejemplo, el contagio por materiales de inyección contaminados se asocia a una mayor gravedad de la enfermedad, a un agravamiento más rápido y a una posible mayor tasa de letalidad.
¿Más letal que el ébola?
El virus de Marburgo está ligado por lazos familiares al ébola (filovirus), una enfermedad de la que —pese a la alarma causada— tan sólo se registró un caso confirmado en España. La vinculación de ambas enfermedades también se percibe en las muertes que pueden provocar, ya que tanto el ébola como el virus de Marburgo tienen un alto nivel de letalidad.
El contagio por este ‘nuevo’ virus resulta igual de mortífero que el de ébola, que se sitúa en torno al 50%. En los últimos brotes registrados del EVM, las tasas de letalidad han oscilado entre el 24% y el 88%, en función de la cepa vírica y del tratamiento de los casos. Aun así, la OMS advirtió ya de que "sin una acción inmediata y decisiva, Marburgo puede salirse de control fácilmente", pues su infectividad persiste mientras el virus continúe en la sangre.
Desde que se detectara por primera vez hace casi 60 años, los principales brotes de enfermedad por el virus de Marburgo han acabado con la vida de 478 personas y han contagiado a un total de 590; lo cual representa un 81% de tasa de letalidad. Sin embargo, las estimaciones apuntan a que esta enfermedad ha causado la muerte de más de 3.500 personas en África.
El brote registrado que más defunciones causó se produjo en Angola en 2005, con un total de 329 fallecidos. Este brote tuvo una tasa de letalidad muy elevada con un 88% en un período de tiempo muy reducido, ya que tan sólo se registró durante un año. Este es el tiempo que han durado casi todos los brotes, a excepción del que afectó a la República Democrática del Congo entre 1998 y 2000. Se trata también del segundo brote que más fallecimientos produjo, con 128 defunciones.
¿Cuáles son los síntomas?
El período de tiempo entre la infección y la aparición de los síntomas resulta bastante amplio, pues va desde los dos a los 21 días. Afortunadamente, durante el tiempo de incubación el virus de Marburgo no es contagioso, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades. Eso sí, la enfermedad produce un gran malestar al comienzo de la misma, con fiebre elevada, cefalea intensa y frecuentes dolores musculares.
"No se conoce ningún caso de un paciente con el virus de Marburgo que sea asintomático". Asi lo apuntaba en declaraciones a The New York Times el doctor John Amuasi, director del Centro Kumasi de Investigación Colaborativa en Medicina Tropical en Kumasi (Ghana). La OMS hizo público un brote del virus en este país en julio del pasado año, después de que se confirmaran los primeros contagios que dejaron más de un centenar de afectados y tres muertos.
Al tercer día de incubación, los síntomas pueden traducirse en una diarrea acuosa intensa, dolor y cólicos abdominales, náuseas y vómitos. En el caso de la diarrea, puede persistir hasta una semana. Durante esta fase muchos pacientes tienen manifestaciones hemorrágicas graves.
Los casos mortales de este virus suelen presentar alguna forma de hemorragia en varios órganos. Además, grandes pérdidas de sangre pueden preceder al óbito, que se produce a los ocho o nueve días del inicio de los síntomas.
¿Cómo se diagnostica?
Pese a que los síntomas se pueden detectar a los pocos días del contagio, lo cierto es que su diagnóstico resulta más complicado. Esto se debe al parecido clínico del virus de Marburgo con otras enfermedades infecciosas como el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, la meningitis y otras fiebres hemorrágicas víricas.
Al igual que con la Covid-19, uno de los métodos de diagnóstico son las pruebas de detección de antígenos, que se suma a la de inmunoadsorción enzimática (ELISA, por sus siglas en inglés) y la de seroneutralización. En todas ellas el manejo de las muestras debe ser extremadamente cuidadoso, pues existe un riesgo muy alto de exposición a la enfermedad.
¿Cómo se previene el contagio?
La Covid-19 ya nos ha enseñado que entre algunas de las mejores medidas preventivas se encuentra el evitar el contacto directo con el enfermo o mantener un cuidado higiénico en caso de que esto sea imposible. En el caso del virus de Marburgo, las recomendaciones no van tan desencaminadas.
La OMS señala que se debe evitar el contacto físico estrecho con pacientes infectados por el virus. Para aquellas personas que se encarguen del cuidado de los pacientes, el organismo internacional recomienda llevar guantes y otras prendas de protección personal adecuadas, así como lavarse las manos con regularidad.
Pese a que el seguimiento de la enfermedad tiene una duración de unos 21 días, la OMS recomienda que los varones infectados con el virus apliquen medidas protectoras durante las relaciones sexuales, al menos durante los próximos 112 meses posteriores al inicio de los síntomas.
¿Existe una vacuna?
La respuesta más directa a esta respuesta sería que no existe vacuna ni ningún tratamiento autorizado para la enfermedad por el virus de Marburgo. Sin embargo, tras conocer el confinamiento decretado por Guinea Ecuatorial el pasado 13 de febrero, la OMS convocó una consulta del consorcio de vacunas y tratamientos contra esta enfermedad, que integran científicos y expertos de todo el mundo, ya que, como indica la propia organización, "se están desarrollando pocos" tratamientos para acabar con esta enfermedad.
La OMS también está estudiando con el Ministerio de Salud del país africano la posibilidad de facilitar el acceso a tratamientos experimentales en el marco de un ensayo clínico. Aunque, como recuerdan desde la OMS, la última decisión correrá a cargo de las autoridades nacionales y los investigadores de Guinea Ecuatorial.