En plena época de resfriados, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) ha anunciado que va a revisar los medicamentos que contienen pseudoefedrina. Probablemente este principio activo no te suene de nada, pero sí los medicamentos en los que está presente: en España prácticamente todos hemos tomado fármacos como el Frenadol o el Termalgin, que van muy bien para el catarro. La pseudoefedrina, en concreto, es el ingrediente que consigue frenar la congestión nasal.
Por desgracia, el comité de seguridad de la EMA ha encontrado unos pocos casos en los que se ha relacionado esta sustancia con dos enfermedades que tienen lugar en el cerebro: el síndrome de encefalopatía posterior reversible y el síndrome de vasoconstricción cerebral reversible. ¿Qué se puede esperar de estas dolencias? Lo más común es que se produzcan dolores de cabeza, náuseas e, incluso, convulsiones. Ahora bien, en los casos más extremos se han llegado a registrar isquemias con consecuencias graves y hasta mortales.
Si ya estabas pensando en tirar estos productos, espera un segundo. "Estas revisiones de fármacos son procesos muy normales; cuanto más uso se les da, más efectos adversos pueden observarse", explica Marisa Alonso, secretaria de la Ejecutiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC). "Los efectos observados son llamativos, pero hay que ponerlos en su contexto: casi todos esos medicamentos se venden sin receta médica y puede que haya pacientes que no los hayan tomado según su indicación", advierte José Manuel Paredero, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP).
Más de 20 medicamentos
Según el Centro de Información online de Medicamentos (CIMA) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), en nuestro país están autorizados hasta 24 fármacos que contienen pseudoefedrina. Cinfatos, Gelocatil gripe con pseudoefedrina o Iniston son algunos de los nombres comerciales más populares y cuyo futuro en el mercado es una incógnita en este momento: "La EMA ha pedido información a los laboratorios para comprobar si estos medicamentos pueden suponer un riesgo grave o no y puede modificarlos o, directamente, retirarlos", dice Alonso.
Tras este proceso de farmacovigilancia, los productos que contienen pseudoefedrina se enfrentan a cuatro posibles escenarios. El primero de ellos es que se confirme su riesgo para la salud y se suspendan, "aunque dudo mucho que esto pase", sostiene Paredero; el segundo, que pasen a ser medicamentos con receta médica; el tercero, que los fabricantes se vean obligados a bajar la dosis o a poner menos comprimidos en los envases; y, por último, que se mantenga su situación tal y como está ahora porque se observe que no implican más riesgo.
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El presidente de SEFAP recuerda que no se recomienda tomar estos medicamentos más de cinco días y que la dosis que contienen de pseudoefedrina es baja: "Por eso, me parece muy raro tener consecuencias graves con lo que se da en la farmacia". Entonces, ¿por qué han podido producirse estos casos de enfermedad cerebral? Alonso explica que es posible que lo hayan tomado personas que tienen patologías de base. "Cuando alguien acude a la farmacia, el profesional le pregunta si tiene enfermedades o toma medicamentos antes de recetar estas soluciones. Pero a veces a esa persona le sobran comprimidos que acaba usando una persona que no debería tomarlos, como quienes padecen hipertensión".
Automedicación
Estos medicamentos tienen fama en España de ser inofensivos, pero tanto Alonso como Paredero insisten en que hagamos caso del consejo de los farmacéuticos antes de tomarlos a las bravas. Ni los pacientes con hipertensión u otras patologías de base, ni las personas que están tomando algunas medicaciones, ni los ancianos, ni los menores de 12 años deberían tomarlos. "De todas formas, si lees el prospecto de estos medicamentos se puede observar este riesgo en las contraindicaciones", aclara Paredero.
Hasta que la EMA llegue a una conclusión sobre el consumo de estos fármacos, tanto Alonso como Paredero recomiendan mantener la calma. Se pueden seguir utilizando estos fármacos, pero ¡ojo! sólo si tu farmacéutico te los recomienda. "Estas situaciones sirven para volver a incidir en el mensaje de siempre para la población: todos los medicamentos llevan riesgos asociados y nunca deberíamos empezar a tomarlos por decisión propia", destaca el presidente de SEFAP.
La pseudoefedrina produce este efecto descongestivo gracias a su poder vasoconstrictor; es decir, "que reduce el tamaño de los vasos sanguíneos y en la nariz hace que se abra un espacio mayor para el paso del aire", explica Alonso. Un mecanismo similar es el que tienen los espráis de oximetazolina, como el Respibien —pero ¡cuidado! porque éstos pueden causar adicción, como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL—, aunque existe una diferencia fundamental. Mientras que el esprái se administra de manera local, los medicamentos con pseudoefedrina van a la sangre y de ahí a todo el cuerpo.
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"Las sustancias vasoconstrictoras suben la tensión y cuando las tomamos por vía oral, aunque las tomemos para la nariz, terminan afectando a todos los vasos sanguíneos. Por eso, pueden suponer un riesgo", detalla Alonso. En cualquier caso, la experta recuerda que el consumo de estos medicamentos es seguro cuando son recetados por un farmacéutico. "La cantidad de comprimidos también se puede ajustar al paciente. Lo ideal siempre es dar la menor dosis posible durante el menor tiempo posible", resume Paredero.