A pesar del cada vez mayor número de personas con obesidad severa, la cirugía bariátrica no está muy extendida.

A pesar del cada vez mayor número de personas con obesidad severa, la cirugía bariátrica no está muy extendida. Europa Press

Salud

Adiós al gran miedo de la cirugía para perder peso: no solo no provoca cáncer sino que lo evita

Un estudio publicado en 'JAMA' refuta la creencia de que el reflujo asociado a estas intervenciones pueda derivar en cáncer de esófago.

31 enero, 2023 03:35

En España hay unas 400.000 personas que sufren obesidad mórbida pero aquellas que se someten a una intervención quirúrgica para perder peso no llegan ni al 3%, denunció recientemente la Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad (SECO). Los temores a posibles cánceres gastroesofágicos provocados por la intervención comienzan a disiparse tras un último estudio realizado en Francia en cerca de un millón de personas, que concluye que la cirugía bariátrica no solo no los favorece sino que reduce su incidencia.

Son varias las técnicas quirúrgicas utilizadas para conseguir una pérdida notable de peso, que se engloban bajo el nombre de cirugía bariátrica. Quizá la más conocida es la banda gástrica, que se coloca en la parte superior del estómago para limitar la cantidad de alimentos que pasan y la rapidez con que lo hacen.

Por sus características, esta técnica se asocia a la enfermedad por reflujo gastroesofágico, cuando los ácidos del estómago pasan al esófago. Hasta un 40% de los intervenidos con banda gástrica desarrollan reflujo y, de estos, un 10% sufre daños en el revestimiento del esófago, que se inflama. Es lo que se conoce como síndrome de Barrett, una lesión precancerosa que puede desembocar en el cáncer de estómago o de esófago.

[Las dos caras de la cirugía de la obesidad: mejor salud, pero más divorcios]

Sin embargo, no había datos a gran escala que confirmaran o desmintieran esta relación entre la cirugía bariátrica y el riesgo de desarrollar tumores gastroesofágicos. La publicación, en la revista médica JAMA Surgery, de un estudio en casi un millón de pacientes con obesidad severa viene a rellenar ese vacío con buenas noticias.

El trabajo, capitaneado por Andrea Lazzati, especialista en cirugía de la obesidad del Centro Hospitalario Intercomunal de Créteil, al sureste de París, se basa en los registros nacionales de altas hospitalarias entre el 1 de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2017.

De los 909.849 pacientes incluidos, 303.709 (la mayoría mujeres) fueron sometidos a cirugía bariátrica. El estudio no solo se refiere a la banda gástrica sino también al bypass gástrico (reducir el tamaño del estómago conectando directamente la parte superior del mismo con el intestino delgado) y a la manga gástrica (reducir la capacidad del estómago mediante cirugía).

[Esta es la píldora que podría sustituir a la cirugía para la obesidad]

Tras un seguimiento de entre cinco y seis años, observaron 337 casos de cáncer: 83 en el grupo sometido a cirugía de pérdida de peso y 254 en el que no. Calcularon 4,9 casos por cada 100.000 pacientes operadas por 6,9 en el grupo sin cirugía, estimando un 24% menos de riesgo de sufrir cáncer esofagogástrico y un 40% de reducción de la mortalidad general en el grupo que se sometió a intervención.

"Los hallazgos de este estudio sugieren que la cirugía bariátrica puede utilizarse como tratamiento para la obesidad severa sin incrementar el riesgo de cáncer gástrico y de esófago", concluyen los autores.

Mecanismos para evitar el cáncer

Un editorial publicado en la misma revista y firmado por los cirujanos Piotr Gorecki y Michael Zenilman, del Centro Médico Weill Cornell de Nueva York, se congratulan por los resultados de este estudio, señalando que es "un paso importante hacia la mejora del entendimiento de los riesgos potenciales a lo largo de la vida de la cirugía bariátrica y los beneficios generales para la salud de la pérdida de peso inducida quirúrgicamente".

Apuntan a la reducción de la inflamación crónica y a la inmunosupresión tras la intervención como posibles mecanismos que, junto a la pérdida de peso, contribuyen a reducir el riesgo de cáncer.

Con todo, advierten que el tiempo de seguimiento del estudio es corto para unos cánceres "que tardan años en evolucionar" y echan en falta que –al tratarse de un estudio retrospectivo– no haya datos histológicos, es decir, que los autores no hubieran podido recoger muestras de tejido tumoral en los pacientes diagnosticados de cáncer.

[Esta es la razón más inesperada y convincente para adoptar una dieta saludable]

Por ello, conminan a la realización de nuevos estudios, más prolongados en el tiempo y con mayor especificidad sobre los procedimientos realizados y los hallazgos patológicos, para identificar mejor los riesgos y potencialidades de esta cirugía.

A la vez que Lazzati y sus compañeros publicaban estos resultados salía a la luz otro estudio sobre los beneficios de la cirugía bariátrica, esta vez a nivel general y con un seguimiento de casi cuatro décadas.

Se trata de otro estudio retrospectivo, esta vez basado en datos de población del estado de Utah (EEUU) entre 1982 y 2018 y publicado en la revista Obesity. En esta ocasión se analizaban cuatro procedimientos de cirugía bariátrica: los tres ya mencionados más la derivación biliopancreática con cruce duodenal, un procedimiento mucho menos frecuente que los anteriores y que consiste en un manga gástrica y, en un segundo paso, se conecta la porción final del intestino con el duodeno (la primera parte del intestino delgado).

Casi 22.000 personas con y sin cirugía bariátrica fueron emparejadas según edad, sexo, índice de masa corporal y fecha de la cirugía. El resultado más espectacular fue la reducción de la mortalidad por diabetes: un 72% menos en el grupo operado. La mortalidad por cualquier tipo de cáncer fue un 43% menor, y por enfermedad cardiovascular, un 29% menor. En general, los pacientes operados tenían un 16% menos riesgo de morir por cualquier causa.

No obstante, hay dos puntos importantes en los que es necesario profundizar. El primero es que la tasa de mortalidad por enfermedad hepática crónica fue un 83% mayor en las personas sometidas a cirugía para perder peso (85 muertes frente a 51). El segundo es que el riesgo de suicidio fue 2,4 veces mayor en operados (112 personas frente a 44), que aumentaba sobre todo en personas que fueron intervenidas entre los 18 y los 34 años.

Por ello, aunque los autores, comandados por Ted Adams, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Utah, concluyen que los resultados del estudio van a incrementar el interés en la cirugía bariátrica, advierten de la necesidad de hacer cribado psicológico y un seguimiento post-quirúrgico para minimizar sus riesgos, "especialmente para los pacientes más jóvenes".