El 18 de noviembre, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios comunicó problemas en el suministro de la amoxicilina, quizá el antibiótico más conocido de todos, de los dos principales fabricantes. La casualidad hizo que un retraso en el suministro de los prospectos de uno (Normon) y un problema en la línea de etiquetado del otro (Sandoz) coincidieran en el tiempo y, a su vez, lo hicieran con otra situación: el auge de los casos de infecciones respiratorias en niños este otoño, que está alcanzando niveles de intensidad que no se recordaban antes de la Covid.
La presentación de amoxicilina que ha fallado es la de 250 miligramos en suspensión oral (sobres que se disuelven en agua). Los dos laboratorios han solucionado sus problemas y han continuado con la producción. La Agencia ha señalado que el "incremento de la demanda, debido a la alta incidencia de infecciones respiratorias y la coincidencia de problemas de producción en los dos laboratorios, puede retrasar la normalización en el suministro de algunas farmacias", aunque prevé que la normalidad vuelva en los próximos días.
La falta del antibiótico –que también se está dando en otros países como Portugal, Francia o Estados Unidos– y el crecimiento imparable de las infecciones respiratorias ha disparado las alarmas entre algunos padres, que creen que puede afectar al devenir de resfriados y catarros y a la evolución a formas más graves o no de la enfermedad.
Ambos hechos, la escasez de amoxicilina y el auge de las infecciones respiratorias infantiles, puede dar la sensación de que están emparentados creando una tormenta perfecta para la salud de los niños, pero nada más lejos de la realidad: el antibiótico no sirve para curar estas infecciones, ni siquiera para tratarlas.
"La amoxicilina es un antibiótico y los antibióticos no sirven para tratar virus", resume Roi Piñeiro, miembro del comité de medicamentos de la Asociación Española de Pediatría. Por tanto, "este problema de disponibilidad de amoxicilina no afecta al tratamiento de ninguna infección respiratoria", originadas por virus como el VRS (virus respiratorio sincitial).
El problema de suministro está solventado y la Agencia del Medicamento solicitó a otros laboratorios fabricantes aumentar su producción pero, hasta que la normalidad regrese a las farmacias, el pediatra explica que se puede cambiar de forma farmacéutica u optar por otro antibiótico "con un espectro de acción similar".
Oxígeno, nutrición e hidratación
El presidente de la Sociedad Española de Pediatría Interna Hospitalaria, Pedro Jesús Alcalá Minagorre, también manda un mensaje de tranquilidad. Aunque los hospitales están viviendo un aumento inusitado de ingresos por bronquiolitis, el 90% de los niños que la tienen no necesita ser hospitalizado. "Pueden estar en su casa tranquilamente".
Los niños ingresados por bronquiolitis tampoco recibirán amoxicilina. Esta infección de las vías respiratorias inferiores está causada por el VRS en su gran mayoría y, a nivel hospitalario, se trata con "soporte respiratorio, es decir, oxígeno, y tratando de garantizar la nutrición y la hidratación correctas".
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Hay dos medicamentos aprobados para el VRS, ambos de forma profiláctica, que reciben aquellos niños que, por sus condiciones especiales, pueden sufrir complicaciones por las bronquiolitis: prematuros y aquellos que tienen enfermedades crónicas.
La ficha técnica de los medicamentos explica que la amoxicilina está indicada para un buen número de infecciones en adultos y niños, entre las que se encuentran la sinusitis bacteriana, la amigdalitis o la cistitis, así como la la enfermedad de Lyme y la erradicación de Helicobacter pylori.
También está indicada para la otitis o la neumonía adquirida en comunidad, y ahí es donde sí puede jugar un papel en las infecciones respiratorias, indica Roi Piñeiro. "Algunas infecciones víricas se pueden sobreinfectar con bacterias o complicarse, por ejemplo, con una otitis. En esos casos sí puede ser necesario el uso de antibióticos, pero no para una infección vírica sin más, que son las más comunes en niños".
Alcalá Minagorre reconoce lo paradójico que resulta que se informe "en paralelo" de las bronquiolitis y de los desabastecimientos de amoxicilina. A nivel hospitalario, el uso del antibiótico es similar: complicaciones bacterianas. Pero recuerda: "No se trata de evitar las infecciones con antibióticos, sino de tratarlas". La amoxicilina no se da de forma preventiva.
Resistencias antibióticas
El problema de dar amoxicilina cuando no se debe es más grave de lo que parece. No se trata ya solo de los efectos secundarios que pueda tener, como una reacción de hipersensibilidad inmediata, diarreas, náuseas o erupciones cutáneas.
La cuestión es que el uso inadecuado de antibióticos ha generado problemas de resistencias a los mismos. Las bacterias son organismos que evolucionan muy rápido ya que se dividen a grandes velocidades, por lo que la probabilidad de aparición de mutaciones resistentes aumenta con su utilización indiscriminada e incorrecta.
Este problema es más serio de lo que parece. En 2019, las bacterias resistentes a los antibióticos causaron más muertes que el sida o la malaria, advirtió un estudio reciente publicado en The Lancet: 1,27 millones de fallecimentos en todo el mundo se debieron a infecciones que antes hubieran sido tratables.
Son dos las clases de antibióticos más afectadas por las resistencias adquiridas por los patógenos: las fluoroquinolonas y los antibióticos betalactámicos se relacionan con más del 70% de las muertes. La amoxicilina pertenece al segundo grupo.
Las resistencias antibióticas son uno de los principales problemas de salud pública para la Organización Mundial de la Salud. Se estima que para 2050 pueden provocar 10 millones de muertes anuales, y uno de cada cinco fallecimientos infantiles estaría relacionado con ellas.
Por eso es importante no dar amoxicilina fuera de la receta. Aunque este medicamento solo está disponible bajo prescripción médica, normalmente no se consumen todos los sobres o comprimidos de una caja con un solo tratamiento y puede existir la tentación de usarlos ante infecciones posteriores sin pasar por el profesional sanitario. Acudir al médico antes de su consumo es fundamental aunque nos sobren medicamentos en casa.