Han pasado más de 150 años desde que el conocido como 'padre de la neurología', Jean-Martin Charcot, hablase por primera vez de esclerosis múltiple. Desde entonces, la investigación en este campo no ha cesado y, aunque todavía no se ha encontrado la manera de revertir la enfermedad, sí que se han desarrollado medicamentos que pueden frenarla. El último de ellos, además, promete ser toda una revolución.
"Ozanimod supone un cambio sustancial en la manera de iniciar un tratamiento". Quien habla es Xavier Moltalbán, jefe de servicio de Neurología en el Hospital Universitari Vall d' Hebron y director del Centro de Esclerosis múltiple de Cataluña (CemCat).
El profesional ha sido uno de los invitados al evento organizado por la compañía de biofarmacéutica Bristol Myers Squibb, los desarrolladores de Zeposia (nombre comercial del ozanimod), para celebrar la respuesta favorable para su financiación aquí en España.
Era de esperar que así fuera. El medicamento ha superado con buena nota todos los estudios aleatorizados realizados, en los que participaron más de 2.600 pacientes de más de 20 países. "El ozanimod consigue una reducción de un 60% de pérdida del volumen cerebral, tanto a nivel global, como en la sustancia gris y en el tálamo", explica sobre los resultados Celia Oreja-Guevara, jefa de sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple del Hospital Clínico San Carlos.
Esto es un dato muy importante, ya que, como destaca la experta, la pérdida del desarrollo cognitivo es una de las consecuencias más graves y que más afecta a los pacientes de esclerosis múltiple. "La gente cuando escucha esclerosis múltiple lo primero en lo que piensa es en una silla de ruedas, pero el desarrollo cognitivo es algo muy importante", apunta.
Alteraciones cognitivas
De hecho, según estudio publicado en Multiple Sclerosis Journal, la fatiga o cansancio y las alteraciones cognitivas son los síntomas que más deterioran la vida de los pacientes.
"Ves gente que físicamente se encuentra bien, pero que tienen afectado el desarrollo cognitivo, por lo que empiezan a despistarse en el trabajo y a perder concentración. Como esto genera incomprensión, terminan siendo despedidos del trabajo", ilustra Oreja-Guevara sobre la importancia que tiene este factor en la calidad de vida de los pacientes a los que trata día a día.
Se calcula que en el mundo hay más de dos millones de afectados por esclerosis múltiple. En España, aproximadamente, unos 47.000. En cada persona, no obstante, cursará de una manera. Su desencadenante es un daño en la mielina, un material graso que aísla los nervios y que actúa como una especie de cable eléctrico que permite que los nervios transmitan sus impulsos rápidamente. Además, a la pérdida de la mielina se une la alteración de la capacidad de los nervios para transportar impulsos eléctricos desde y hacia el cerebro, lo que provoca distintos síntomas asociados a la esclerosis múltiple.
La evolución clínica más frecuente de la enfermedad es la Recurrente-Remitente (EMRR). Consiste en periodos de estabilidad con recaídas y suele afectar al 85% de los pacientes. Precisamente, para ellos es para los que está indicado el ozanimod.
Los investigadores desconocen cuál es el mecanismo exacto por el que este medicamento ejerce sus efectos terapéuticos, aunque creen que podría ser por una reducción de la migración de los linfocitos al sistema nervioso central, ya que, la activación de estos glóbulos blancos es lo que produce una cascada de eventos que producen la liberación de las sustancias que dañan la mielina.
Necesidades cubiertas
"Zeposia es una nueva opción de tratamiento, una respuesta a las necesidades no cubiertas de la esclerosis y que permite un retraso en la progresión de la enfermedad", anunciaba Roberto Úrbez, vicepresidente europeo y director general de Bristol Myers Squibb en España y Portugal.
El directivo hace referencia a la novedad que introduce ozanimod respecto a otros inmunosupresores, ya que éste puede usarse desde el principio del diagnóstico de la enfermedad. "Fármacos como este son muy importantes, ya que, como no tenemos nada que repare la pérdida de volumen cerebral, lo que tenemos que hacer es prevenir que suceda", detalla Celia Oreja-Guevara.
En datos aportados por Moltalbán, el deterioro cognitivo provocado por esa pérdida de volumen lo sufren entre el 30 y el 40% de los pacientes. "Lo mejor para evitarlo es contar con un diagnóstico precoz, que es algo que ahora estamos haciendo muy bien", sentencia el médico.
Las señales a las que hay que estar atentos para un diagnóstico precoz son los síntomas iniciales más habituales de la enfermedad: visión borrosa, hormigueo, falta de fuerza en las piernas o visión doble. Sin embargo, Moltalbán llama a la calma: "De todo aquello que no dure más de 48 horas, no hay que sospechar".
Vía oral
Ahora, con el ozanimod se abre una nueva vía para la prevención, que unida al diagnóstico precoz supone, en palabras del neurólogo, "un cambio de paradigma en el tratamiento de la esclerosis múltiple".
Entre las otras ventajas del ozanimod está su administración, que es de vía oral una vez al día, y que no requiere de monitorización, más allá de unas analíticas de control.
Según aclaran los expertos, sus efectos adversos son similares a los de otros tratamientos inmunosupresores, como posibilidad de aumento de infecciones habituales, y no tienen un sesgo limitante para su administración, salvo para las embarazadas, algo habitual en los fármacos para la esclerosis múltiple.
"El siguiente paso ahora son los reparadores", apunta Celia Oreja-Guevara, aunque de momento celebra la aparición de estos nuevos fármacos: "Hace 25 años, los tratamientos que teníamos eran pocos y los pacientes no tardaban en llegar a la silla de ruedas, ahora ya no es así".