La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la diabetes tipo 2 como el aumento del azúcar en sangre que deriva en una enfermedad crónica surgida cuando el organismo no es capaz de utilizar de forma correcta la insulina que produce. Según los últimos datos expuestos por la Sociedad Española de Diabetes, un total de 5,1 millones de adultos en España viven con esta enfermedad, una cifra que ha ido en aumento en los últimos años. Hasta hace algún tiempo, no era raro encontrarse artículos que defendían que la cerveza ayudaba en su prevención, y que incluso las propias asociaciones de enfermos compartían, pero nada más lejos de la realidad.
La cerveza y el vino son las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo y las que se miran con mejores ojos, considerándose menos lesivas para el organismo; no en vano, en nuestro país se consumen a diario como parte del ocio y la gastronomía, obviando el perjuicio que supone para la salud. Un perjuicio que, en el caso de las personas diabéticas, es todavía mayor. Desde la Federación Española de Diabetes ya advierten que "el consumo de alcohol, en adultos, deberá ser siempre con moderación y durante alguna comida, pues altera el metabolismo de la insulina y puede provocar hipoglucemia".
Sin embargo, en el caso de la cerveza, hay incluso una cantidad exacta de la que hombres y mujeres no deben excederse. En todo caso, es importante conocer los posibles riesgos de su consumo. Los médicos apuntan que esta bebida, por su composición, aporta grandes cantidades de fibra soluble, minerales y polifenólicos, pero el problema viene relacionado con la cantidad de hidratos de carbono con los que cuenta, que podrían ser peligrosos para una persona con diabetes porque se descomponen en azúcares simples.
¿Cuál es el peligro del alcohol en los diabéticos?
El alcohol puede interferir con la forma en la que el cuerpo emplea el azúcar en sangre, la glucosa, pero también en el uso de ciertos medicamentos para la diabetes. Es el hígado el encargado de liberar la glucosa al torrente sanguíneo para mantener los niveles normales. Cuando se ingieren bebidas alcohólicas, es también el hígado el encargado de descomponerlas y, mientras está ocupado con este proceso, deja de liberar glucosa. Como resultado, el nivel de azúcar en sangre puede caer de forma drástica y llegar a provocar una hipoglucemia.
Según un estudio del Diabetes Teaching Center, de la Universidad de California, cada bebida alcohólica tarda aproximadamente una hora u hora y media en procesarse en el hígado y durante todo ese tiempo existe el riesgo de tener la glucosa baja. Si se toman dos bebidas, el tiempo de duplica y así sucesivamente, por lo que cuanta más cantidad de bebidas se hayan consumido, existirá un peligro mayor de hipoglucemia. En todo caso, siempre será mejor elegir una cerveza ligera, de baja graduación y con menos calorías, que la común.
El riesgo de estos bajos niveles de glucosa, además, no acaba con el consumo de alcohol, sino que se prolonga durante horas después de dejar de beber, especialmente si se trata de cerveza o de bebidas mezcladas con refrescos azucarados. Entre otros riesgos a tener en cuenta, los expertos señalan el aumento de peso que provoca la ingesta de alcohol que, con la diabetes, es más difícil de controlar. Esas calorías también se almacenan en el hígado como grasa y las células del órgano se vuelven más resistentes a la insulina.
¿Cuál es la cantidad segura de cerveza?
En todo caso, para que una persona diabética pueda consumir cerveza con cierta tranquilidad tiene que tener su enfermedad controlada y saber la sintomatología que podría derivar de un consumo excesivo, para pedir ayuda si es necesario. No debería beber nunca con el estómago vacío o cuando su glucosa esté baja, siendo recomendable que lo haga en una comida o con un aperitivo rico en carbohidratos. También se recomienda beber despacio y llevar siempre consigo una fuente de azúcar de emergencia.
Tampoco recomiendan hacer ejercicio si se ha estado bebiendo alcohol porque incrementa el riesgo de bajón de azúcar. Con todo, parece que hay consenso en la cantidad de cerveza que puede tomar una persona con diabetes: en las mujeres se recomienda no pasarse de los 360 mililitros (una lata) y en los hombres el doble de cantidad, un par de latas. Es igualmente importante tener en cuenta que se aconseja que se verifiquen los niveles de glucosa en sangre antes de empezar a beber, mientras se esté bebiendo, y también horas después de finalizar el consumo.
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