Con el objetivo de frenar la pandemia del coronavirus, millones de adultos nos hemos vacunado en España en el último año. Antes de la crisis provocada por este virus, las vacunas se asociaban, por lo general, a la infancia: durante los primeros años de vida se administran algunas como las de la polio y la de la rubeola. Este acercamiento de los adultos a estos medicamentos abre una oportunidad de dar a conocer otras vacunas a esta población y contribuir a un mejor estado de nuestra salud pública.
Los beneficios de concienciar a esta población han sido discutidos en el evento Retos y perspectivas de la vacunación en adultos 2022 organizado por EL ESPAÑOL y GSK. En él se han dado cita profesionales de la sanidad, de asociaciones médicas, de administraciones y de la industria farmacéutica para debatir acerca de los desafíos que plantea la vacunación a lo largo de la vida y, en especial, durante la edad adulta como parte importante del cuidado de la propia salud.
"Las vacunas también son cosa de adultos", afirma Jorge del Diego Salas, coordinador nacional de la Red de Vacunas de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs). "Con la pandemia nos hemos dado cuenta de que los adultos también somos vulnerables. Esta población ha redescubierto la confianza en las vacunas tras observar cómo la de la Covid ha reducido la mortalidad y la hospitalización. Hay que aprovechar este acercamiento y aplicarlo en otras vacunas".
Arsenal de vacunas
Los demás expertos también han coincidido en la importancia de aprovechar el interés que ha suscitado la vacuna de la Covid. La vacunación será esencial en los próximos años porque, tal y como ha recordado Jaime Jesús Pérez, médico especialista en Medicina Preventiva y técnico superior de Salud Pública de la Región de Murcia, la población cada vez estará más envejecida y, por lo tanto, aumentará el número de personas con patologías crónicas.
"De todas formas, empezamos a tener nuevas vacunas y otras mejoradas, cada vez tendremos mejores coberturas y los profesionales las recomendarán de manera más activa". En este sentido, los nuevos calendarios vacunales han incluido una novedad: la vacuna del herpes zóster indicada para la población de riesgo. La Comisión de Salud Pública ha recomendado que esta vacuna se extienda a la población general a partir de los 65 años.
José Luis Barranco, especialista en Medicina Preventiva del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y asesor de la Consejería de Salud de Andalucía en Vacunología, también considera que el panorama de la vacunación es esperanzador. La Covid ha contribuido a crear conciencia sobre la necesidad de vacunar, no sólo frente a esta enfermedad y no sólo a los niños. Sin embargo, "el principal problema de la vacunación en adultos es dar información sobre qué administrar y a quién y dar formación a quienes las indican. Cada vez hay más enfermos crónicos que no tienen sensación de tener algo grave, pero también puede ser que los sanitarios no transmitimos la necesidad de vacunarse en su patología concreta".
En este sentido, los pacientes inmunosuprimidos son uno de esos grupos de pacientes para los que las vacunas son esenciales. Entre estos, destacan los pacientes con enfermedades hematológicas y los que se han sometido a un trasplante de médula ósea: "en la reciente pandemia del SARS-CoV-2 hasta el 40% de estos pacientes que se han infectado han evolucionado de forma fatal, especialmente en la primera ola", explica Ramón García-Sanz, presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y jefe de la unidad de Histocompatibilidad y Biología Molecular del Hospital Universitario de Salamanca. Por esta razón, estos pacientes fueron uno de los colectivos de adultos que antes recibieron la vacuna contra la Covid.
Aumentar la vacunación
Por su parte, Ana Hernando Monje, directora de Government Affairs del área de vacunas de GSK, apuesta porque en los próximos años se produzca una inversión responsable en el desarrollo de vacunas. "Seguimos teniendo necesidades médicas no cubiertas en las que es necesaria la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas. En muchos casos estas necesidades causan altas tasas de mortalidad, discapacidad o morbilidad".
Los expertos, además, han explicado la importancia de revisar cada cierto tiempo el estado vacunal de los pacientes, informar y recomendar de manera positiva las vacunas que hay disponibles en los calendarios. "El hartazgo de los pacientes con las vacunas puede venir por recomendaciones diferentes por parte de los sanitarios; en cuanto empieza a haber voces que cuestionan la vacuna, la población puede dudar y hartarse, si toda la comunidad médica va a una, esto no sucede", afirma Jaime Jesús Pérez.
Para normalizar la vacunación en a través de los diferentes grupos de edad, del Diego recomienda empezar a pensar en ella como en un tratamiento en vez de como una prevención: "las vacunas se administran en la población sana para proteger y, por eso, la gente no ve sus beneficios directamente. Hay que explicar que vacunarse sirve de algo". Por su parte, Hernando recomienda que la vacunación se convierta en una recomendación más de autocuidado, como hacer deporte o tomar alimentos saludables. Para lograr este objetivo, es importante elaborar "información clara, accesible y con un sentido didáctico sobre el valor de las vacunas, las enfermedades que previenen y los riesgos para la salud".
Los expertos que han intervenido en el evento coinciden en que el liderazgo en la vacunación corresponde a la administración. Sin embargo, las competencias de los calendarios vacunales recaen en las comunidades autónomas y esto hace que existan diferencias entre cada una de ellas. A pesar de que la iniciativa de unificar todos los planes para la vacunación de España, Pérez explica que es un objetivo muy complicado. De todas formas, sostiene que "las diferencias entre ellos son más pequeñas que las similitudes".