Las navidades comenzaron a récord de contagios por día, alcanzado su cima el pasado 30 de diciembre, cuando se notificaron 161.688 casos. A partir de ahí, la incidencia acumulada sigue aumentando, las hospitalizaciones crecen y España ha superado los 90.000 muertos por Covid este lunes, pero los números diarios de contagios han ido fluctuando. El apagón informativo de los días festivos (Sanidad no ha planteado en ningún momento recuperar la actualización diaria de datos a pesar de las sucesivas oleadas) tampoco ha ayudado a clarificar las cuentas de la sexta ola, más allá de ser la que mayor número de contagios acumula.
Once días después del récord, las cifras no han bajado de los 100.000 casos diarios, pero queda la incertidumbre de si la actual onda epidémica ha llegado ya a su punto álgido tras pasar los momentos críticos de Nochebuena y Nochevieja, cuando más contactos entre familiares y amigos se producen y, por tanto, un caldo de cultivo ideal para los brotes del SARS-CoV-2. Los casos ocurridos el Día de Reyes ya han empezado a desplegarse.
En los días previos a navidades los especialistas observaban atónitos cómo Sudáfrica, que había sido la carta de presentación de ómicron ante el mundo, comenzaba a reducir su número de casos de la misma forma drástica en que habían aumentado.
Esto hizo vaticinar a algunos que el ritmo natural de esta nueva variante era así de explosivo: tan pronto venía como se iba. Quizá animados por su –ahora confirmada– menor virulencia, veían en esto un presagio de que el fin de la pandemia estaba más cerca de lo que creíamos.
Eso no se ha visto en los países europeos afectados por ómicron de manera más temprana. Dinamarca y Reino Unido alcanzaron su momento álgido a finales de diciembre y a partir de ahí han manifestado cierta ambigüedad, sin tener muy clara una presunta tendencia a la baja.
Lo mismo se ha comprobado en Londres, la ciudad europea donde la nueva variante entró con mayor rapidez. Tras alcanzar un pico a últimos de mes, superando los 30.000 diarios, las cifras sufrieron un descenso abrupto pero en los últimos días han dado un frenazo y comenzado a repuntar, eso sí, con menor velocidad.
¿Hemos cantado victoria demasiado pronto? Para los epidemiólogos consultados por EL ESPAÑOL, no cabe duda de ello. "Lo que está pasando en Sudáfrica, probablemente, es que el clima es distinto porque ellos están en el hemisferio sur, allí es verano ahora mismo", apunta Juan Sanz Salanova, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria.
En verano, el comportamiento de la población acarrea un mayor número de actividades al aire libre, donde el coronavirus lo tiene más difícil para contagiar masivamente. "Por ahí pueden ir los tiros sobre lo empinado de la curva", apunta el doctor, que reconoce que este virus es "especialista en hacer que las predicciones no valgan nada".
Sanz considera que todavía quedan entre 10 y 15 días para alcanzar el pico de la sexta ola, antes de que empiecen a mostrar una tendencia clara en la bajada. Aunque ómicron ha reducido el tiempo de aparición de los síntomas a apenas un día o dos, todavía está pendiente de finalizar el efecto de las navidades, de los contagios producidos por las reuniones familiares y de los secundarios a estos.
Pero, además, está el cuello de botella generado por la avalancha de personas que han acudido a centros de salud a realizarse test: hasta ahora, era la única forma de comunicar un positivo y poder optar a la baja laboral para aislarse.
"Los datos brutos no son del todo fiables", comenta el especialista, "probablemente estemos teniendo bastantes más casos; hay quien dice que hasta cuatro veces más de los que se detectan, pero me parece algo exagerado".
La disminución del ritmo diagnóstico en festivos, los positivos con tests de autodiagnóstico que no se notifican (aunque varias comunidades ya han habilitado sistemas para hacerlo) y los de aquellos que no han podido realizárselo ante la escasez de dichos productos en las farmacias en estas fechas están influyendo en ese pico 'oculto' de la sexta ola que no muestran las cifras oficiales.
La incidencia seguirá creciendo
Este lunes se han notificado 292.394 casos entre el viernes y el domingo, unos 97.000 por cada día. El pasado viernes se registraron 242.440 correspondientes a los días 5 y 6 de enero, computando por tanto unos 120.000 casos por día. La jornada anterior se reportaron 137.000, y el martes 3 de enero, 117.000. Son números que no indican una tendencia clara pero que no parecen aventurar una disminución rápida.
La incidencia acumulada sigue creciendo y ahora roza los 3.000 casos, pero esto tampoco revela un pico cercano porque seguiría creciendo hasta días después de que el ritmo de contagios comience a bajar. "Si paramos los contagios hoy, todavía se tardarían días en dar los positivos".
El epidemiólogo Mario Fontán corrobora la visión del doctor Sanz. "No sé si estamos llegando al pico, pero sí a la ventana de riesgo relacionada con la Navidad", con dos semanas posteriores en las que se seguirán viendo sus efectos.
"A esto hay que añadir que, en algunos sectores, venimos de un periodo vacacional y al recuperar la actividad laboral se puede ver incrementado el número de casos", apunta.
Fontán no se siente capaz de realizar una estimación sobre cómo está influyendo el colapso de la atención primaria en la notificación de casos, pero "desde luego que influye. Cualquier cuello de botella del sistema sanitario va a limitar nuestra capacidad de detectar un volumen importante de casos".
Estos factores "pueden estar condicionando que las cifras de casos no reflejen del todo la situación epidemiológica que estamos viviendo", sostiene. "Los datos hospitalarios son más fiables".
Ahí la tendencia de crecimiento sigue clara: ya son 16.500 las personas ingresadas por Covid actualmente y se prevé que puedan superar las 20.000 esta misma semana, lo que implica ya un nivel de riesgo muy alto según los indicadores del semáforo ideado Ministerio de Sanidad y comunidades autónomas. En las UCI ya son 2.200 los pacientes Covid ocupando cama.
Una vez alcanzado el pico de la pandemia, ambos expertos creen que la reducción de los contagios será paulatina y no seguirá el presunto esquema sudafricano. "Ha habido mucho triunfalismo pero estaba basado más en un deseo que en la prudencia epidemiológica que se requería para este momento", comenta Fontán.
Juan Sanz Salanova indica, además, que el hecho de haber una nueva variante también puede afectar a la bajada. "queda mucha gente por contagiar, e imagino que lo seguirá haciéndolo lentamente".