De los diez primeros médicos que han elegido plaza MIR este año, cinco de ellos seleccionaron Cardiología como la especialidad de su preferencia. Esto da prueba del prestigio de los cardiólogos en España. Según cifras manejadas por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), hay unos 2.900 ejerciendo en nuestro país, la mayoría en la sanidad pública pero muchos de ellos compatibilizando su actividad con la privada. Son responsables del 5% de las altas hospitalarias.
En los últimos años, además, se han ido incorporando una serie de tecnologías que están permitiendo unas intervenciones menos invasivas que han mejorado de forma más que notable el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiacas, que siguen siendo, hoy por hoy, la principal causa de muerte en España.
"La Cardiología es una de las especialidades que ha experimentado un desarrollo tecnológico más relevante en los últimos 30 años", apunta Ángel Cequier, presidente de la SEC. "Antes, las cirugías se tenían que hacer a corazón abierto; actualmente, este tipo de operaciones son una minoría".
Técnicas no invasivas de acceso percutáneo, implantación de stents, recambio de válvulas en el corazón… "Desde el punto de vista del diagnóstico y el tratamiento, la evolución ha sido muy importante". A los avances tecnológicos se le suman los farmacológicos, con la llegada en la última década de antitrombóticos y anticoagulantes "muy potentes y seguros".
EL ESPAÑOL ha elaborado un listado de los 25 cardiólogos más destacados de España, ordenados por orden alfabético. Es la segunda entrega de la serie Los supermédicos por especialidades, que ya referenció a los principales especialistas en Traumatología y Cirugía Ortopédica y que se suma a los ya conocidos listados de los mejores hospitales públicos y privados y de los 100 mejores médicos, que se llevan publicando en este mismo diario desde 2018 y que han adquirido una importante relevancia dentro del sector.
Para elegir a los especialistas se han tenido en cuenta sus cargos en distintos hospitales, su inclusión en otros rankings -como la lista Forbes o el directorio médico Top Doctors, que recoge opiniones de los usuarios-, los reconocimientos que han recibido durante su trayectoria tanto a nivel nacional como internacional, y las publicaciones científicas y proyectos que han desarrollado en los últimos años.
Se estima que el aumento de la esperanza de vida de la población impacte en un mayor número de enfermedades cardiacas y, por tanto, en una mayor demanda de la asistencia cardiológica, "sobre todo asistencia compleja", apunta Cequier. "Las enfermedades cardiacas van a prolongarse durante más tiempo y van a requerir un mayor consumo de recursos: la situación en las próximas décadas se va a volver más complicada". Pese a todo, la SEC estima que el número actual de cardiólogos en España es adecuado a la demanda.
Al ser enfermedades tan prevalentes, el futuro de la especialidad estará marcado por el futuro del sistema sanitario. "Si se robustece y se controla la fragilidad que ya existía antes de la pandemia, las prestaciones cardiovasculares se mantendrán correctamente y la sostenibilidad del sistema será la base de este tipo de tratamientos".
Y es que las actuaciones cardiovasculares tienen varios puntos diferenciales: son muy frecuentes, graves y de coste elevado. La insuficiencia cardiaca es la primera causa de ingreso hospitalario en pacientes de edad no excesivamente avanzada. La enfermedad coronaria y la cardiopatía isquémica son las patologías vasculares que más están creciendo, "y las estamos detectando en personas cada vez más jóvenes. La edad media del varón con infarto son 60 años".
Las altas tasas de tabaquismo y la asunción de dietas de peor calidad en las últimas décadas ha influido en este crecimiento, "sobre todo en las mujeres", que se incorporaron al tabaco posteriormente. "Es posible que, con el envejecimiento de la población, la estenosis aórtica sea la patología más prevalente".
Por ello, el presidente de la SEC considera que es necesario apostar por robustecer el sistema sanitario. A medida que la población española envejezca de forma saludable, la patología cardiaca se irá manifestando y su tratamiento se extenderá durante más tiempo.