Ni los casos aislados de trombosis ocurridos en personas inmunizadas con la vacuna de AstraZeneca ni sus aparentes efectos adversos van a poder aparentemente con una vacuna que, como indicó recientemente a EL ESPAÑOL el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología, Fernando Moraga-Llop, desde el principio "entró con mal pie".
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, lo ha vuelto a decir este jueves en La Sexta: "Quiero transmitir un mensaje de tranquilidad sobre la vacuna de AstraZeneca, en España no ha habido ningún caso y todavía no se ha acreditado la relación entre la vacuna y la muerte de una persona por haber recibido la vacuna".
Se trata de una información que contrasta con la continuación de la prohibición de esta vacuna para mayores de 55 años, algo que no avalan ni la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ni la Organización Mundial de la Salud (OMS), que han autorizado el fármaco para mayores de 18 años sin límite de edad.
Pero se trata de un mensaje pertinente porque las dudas de seguridad de la vacuna van ahora más allá de la franja de edad y cuestionan directamente si el fármaco se asocia al riesgo de padecer trombosis.
En Dinamarca se ha suspendido la vacunación "por principio de precaución" y Noruega e Islandia han decidido también este jueves suspender la inoculación con la vacuna, mientras que otros seis países —Austria, Letonia, Estonia, Lituania, Luxemburgo, y la última, Italia— han ido anunciando estos días la suspensión de un lote concreto de la vacuna que, por cierto, también se ha distribuido en España.
La EMA se ha tomado en serio el asunto y está investigando los casos de eventos trombóticos detectados en 22 vacunados de la Unión Europea. Pero, por el momento, han adelantado que la información disponible hasta la fecha indica que el número de eventos tromboembólicos en vacunados "no es mayor que el visto en la población general", señalaba en un comunicado.
Esta misma tarde, el organismo ha ido más allá y ha pedido que se continúe con la inmunización de la población con esta vacuna que, por cierto, es más barata y más fácil de conservar que el resto.
Por esta razón, la sensación que prevalece entres los médicos de todo el mundo -más allá de las autoridades sanitarias- es la de que la vacuna de AstraZeneca es segura y, sobre todo, necesaria. Justamente hasta este jueves sólo había tres vacunas aprobadas en Europa -hoy se ha aprobado la cuarta, de Janssen- y no son suficientes para inmunizar a toda la población.
Pero en España no se la puede poner todo el mundo mientras que, paradójicamente, en otros países de la Unión Europea sí. Desde su aprobación por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), nuestro país optó por restringir su uso a menores de 56 años.
No fue el único país que prohibió inmunizar a los más mayores con el compuesto de AstraZeneca, a pesar de que tanto la propia EMA como la Organización Mundial de la -Salud (OMS) la han autorizado para "mayores de 18 años".
Italia, Francia, Alemania, Bélgica, Grecia, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Polonia, Austria y Noruega (ésta última fuera de la UE) tambien pusieron límites de edad. Pero sólo España, Bélgica e Italia lo fijaron en 55 años.
Porque, como también comentó a este diario Moraga-Llop dejar fuera a esa franja concreta implicaba hasta problemas logísticos, dejando fuera de los grupos prioritarios de vacunación a profesionales esenciales no sanitarios en activo, como profesores y policías.
Aunque el Ministerio de Sanidad ha dicho tras la última reunión del Consejo Interterritorial de Salud que la prohibición no es inamovible -y que se podría revisar, según avance la evidencia científica- ni los médicos ni algunas comunidades autónomas están a favor de ella.
De éstas últimas, Cataluña ha sido la más combativa. el secretario de Salud Pública de la Generalitat, Josep Maria Argimon, reclamó este martes otra vez usar las vacunas de AstraZeneca para la población mayor de 55 años, y evitar usar estas dosis a profesionales esenciales más jóvenes y con más protección frente al virus.
Pero también Madrid se ha expresado al respecto. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha pedido por escrito a la ministra Darias aumentar la edad de autorización de la vacuna. "Considero que es fundamental y urgente elevar la edad de administración de la vacuna de AstraZeneca para que la puedan recibir lo antes posible personas con una edad superior a los 55 años", comenza la misiva. "De esta manera lograríamos que las dosis que se están utilizando para vacunar a grupos esenciales, como docentes o Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, abarquen, como mínimo, toda la edad laboral", continúa.
Por si hay quien creo que esto es una cuestión de populismo político, más vale echar un vistazo a las reacciones de los médicos. El organismo que los representa en España, la Organización Médica Colegial (OMC) también se ha pronunciado a favor de extenderla hasta los 65.
La sensación entre los expertos es que es algo que se acabará haciendo cuando se publique evidencia científica al respecto. Moraga-Llop comentó que existe un estudio preprint - todavía no revisado por pares- que demuestra que la vacuna tiene una alta efectividad en personas mayores de 70 años.
Lo más lógico es que ese trabaje acabe publicándose en una revista prestigiosa, el uso de la vacuna se acabe extendiendo -como ya ha sucedido en Italia- y todos nos preguntemos si no se ha perdido un tiempo precioso.