La lengua agrietada o lengua fisurada, incluso conocida como lengua escrotal, es una patología relativamente común, y de escasa peligrosidad. De hecho, ni es un mal contagioso, ni suele causar síntomas en general de forma habitual. Se calcula que, solo en Estados Unidos, hasta el 5% de las personas "sufriría" la llamada lengua agrietada, cuyos síntomas y causas pueden ser diversos, pero no por ello preocupantes en general. En España, el porcentaje sería similar.
La lengua agrietada se caracteriza por la aparición de surcos o fisuras en la superficie de la lengua, en un número y profundidad que dependerá del individuo y la causa subyacente para que se presente esta patología. De hecho, a mayor profundidad de surcos, la lengua adquirirá una imagen de secciones y división. Sin embargo, en la mayoría de los casos, destaca un único surco central que recorre el centro de la lengua.
En general, una lengua agrietada no suele causar síntomas más allá de un ligero ardor al consumir alimentos o bebidas ácidas. Según las diversas investigaciones al respecto, la lengua agrietada sería más común y con surcos más profundos en individuos de mayor edad, y también sería más común detectarla en hombres que en mujeres.
Las posibles causas
Actualmente no es posible esclarecer una causa determinada para poseer una lengua agrietada, aunque algunos estudios sugerirían cierto vínculo genético, e incluso se habría asociado con el tabaquismo.
Por otro lado, en casos raros, la desnutrición podría causar lengua agrietada. Ya durante el pasado 2016, un trabajo sugirió una relación entre el déficit de vitamina B12 y la lengua agrietada. Pero, así mismo, otro estudio de 2015 también relacionó las fisuras en la lengua con falta de otros micronutrientes como zinc, hierro y las vitaminas B en general; en estos casos también se sufriría dolor asociado, aunque otros estudios indican que dicho dolor se debería en gran probabilidad a una mala higiene bucal, el uso de medicamentos o al reflujo gastroesofágico, y no al déficit de micronutrientes como tal.
Por su parte, se han objetivado algunas relaciones entre la lengua agrietada y otras patologías, siendo precisamente estas últimas las que causarían los problemas y síntomas, como dolor, ardor o quemazón lingual.
Daños colaterales
Por ejemplo, se sabe que cuando coexiste la lengua agrietada con una lengua geográfica, si hay dolor, se debe precisamente a esta última situación. La lengua geográfica puede causar ardor e incluso ageusia (pérdida del gusto). En estos casos es esencial eliminar cualquier residuo de comida que pueda quedar atascado en los surcos de la lengua, con el objetivo de prevenir infecciones u otros problemas de higiene bucal.
De hecho, también se ha objetivado que la lengua agrietada puede aumentar el riesgo de sufrir infecciones bucales como las causadas por el hongo Candida albicans, el cual puede proliferar en los surcos de la lengua y causar problemas. Dicha infección también es común en personas con lengua geográfica, y en aquellos indiviuos que no suelen cepillarse ni limpiar la lengua.
Por todo ello, cuando se sufre lengua agrietada, lejos de preocuparse por los síntomas que puede causar la situación como tal, es esencial evitar otros riesgos asociados: cepillar y raspar correctamente la lengua a diario, mantener una buena higiene bucal y evitar que se acumulen restos de comida en los surcos linguales serían las pautas esenciales a seguir.