Mantener la distancia de seguridad, llevar mascarilla y lavarse las manos son los tres simples consejos que hay que seguir para reducir el riesgo de contagio del coronavirus Sars CoV-2. Aún así, y a pesar de ser fáciles de entender y llevar a cabo, siempre hay quien busca alguna excusa para no seguirlos correctamente o cuestionar sus beneficios.
Una de las medidas cuestionadas en los últimos tiempos -aunque no es la primera vez- es el lavado de manos. No han sido pocos los que han esgrimido como excusa para no utilizar la solución hidroalcohólica o el jabón muy a menudo que "un exceso de higiene puede debilitar el sistema inmune", al reducir la exposición del organismo a los microorganismos y, como consecuencia, acabar debilitando las defensas naturales humanas por "falta de entrenamiento".
Sin embargo, no existe evidencia al respecto, como explican varios expertos en un reciente artículo publicado en The Conversation.
El 'entrenamiento' del sistema inmune
En realidad, para mantener una función inmune saludable y adecuada, el organismo humano sí debe exponerse a los microorganismos externos, dado que la mayoría de estos no provocan enfermedades. Pero en la otra cara de la moneda, exagerando dicha situación, está la conocida como "hipótesis de la higiene".
La hipótesis de la higiene sugeriría que un alto nivel de limpieza e higiene corporal podría debilitar nuestro sistema inmune. De hecho, se suele esgrimir en el caso de los niños, donde un entorno excesivamente limpio puede provocar que se expongan poco a diferentes microorganismos, algo que se asocia a un aumento en la infancia del riesgo de sufrir alergias, asma y determinados tipos de trastornos autoinmunes.
Sin embargo, otros trabajos más recientes habrían sugerido que hay muchos otros factores a tener en cuenta que podrían explicar el riesgo de sufrir estas afecciones, más allá del exceso de limpieza en la infancia. Aunque, eso sí, un entorno demasiado sucio tampoco ayuda a desarrollar el sistema inmune, sino todo lo contrario.
Cómo funciona el sistema inmune
El sistema inmune es aquel conjunto de órganos y sustancias corporales cuyo objetivo es proteger al organismo contra las amenazas externas, desde sustancias químicas hasta microorganismos de diversa índole, sin olvidar a las diferentes causas del cáncer, entre otros ejemplos.
Para ello, usa dos líneas de defensa: el sistema inmune "innato" y el sistema inmune "adaptativo". El primero responde rápidamente a las amenazas externas para prevenir daños, de una forma general y poco específica; sin embargo, el sistema inmune adaptativo lleva a cabo una respuesta más rápida, específica y dirigida.
En este segundo caso, el sistema inmune reconoce partes de los microorganismos y las destruye, generando "memoria inmune". Así, en un futuro contacto, el sistema actuará más rápido y de forma más efectiva contra dichos microorganismos.
Existen muchos factores a tener en cuenta que podrían debilitar realmente el sistema inmune, y que de hecho se llevan a cabo de forma cotidiana por millones de personas en todo el mundo: llevar a cabo una dieta rica en procesados y ultraprocesados, no realizar suficiente actividad física, sufrir estrés o ansiedad, tomar determinados medicamentos, los niveles bajos de determinadas vitaminas en sangre, o el consumo de sustancias nocivas como tabaco, alcohol u otras drogas.
Sin embargo, no existe evidencia científica que respalde la idea de que la higiene adicional pueda debilitar al sistema inmune, o que pueda hacer que el organismo tenga más riesgo de sufrir infecciones.
Los microorganismos están en todas partes, desde el suelo o el aire, hasta las plantas, las animales, la comida o el agua que consumimos. La mayoría de ellos no son nocivos y viven en simbiosis con nuestro organismo, sin más; pero otro sí son peligrosos, como el coronavirus causante de la Covid-19.
De ahí la necesidad de llevar a cabo medidas de higiene adicionales, las cuales se sabe que sí ayudarán a frenar la propagación del nuevo coronavirus; pero eso no significa que lavarse las manos más que de costumbre pueda eliminar absolutamente todos los microbios de nuestras vidas. No es tan fácil.
Limpieza no significa eliminación total
Mantener más higiene de lo habitual no significa eliminar totalmente microorganismos, suciedad o impurezas. Pero, al llevarla a cabo, sí se reduce el numero de dichos microorganismos, reduciendo así el riesgo de propagación de infecciones en general. Por su parte, desinfectar, donde se utilizan productos químicos específicos, sí logra matar microorganismos.
Una combinación de limpieza y desinfección sería la forma más eficaz de eliminar microorganismos como el nuevo coronarivus.
La higiene de manos adicional es una de las medidas de control de infecciones más importantes. En este caso, el consejo es usar agua y jabón durante al menos 20 segundos o, como alternativa, usar desinfectante con un 60-70% de alcohol o isopropanol.
En este caso, sí es cierto que usar desinfectantes puede llegar a alterar el microbioma natural de la piel, lo que puede llegar a provocar infecciones cutáneas. En este caso, hay que asociar cremas hidratantes a las manos posteriormente.
Aún así, estas medidas de higiene adicional no debilitarían el sistema inmune; al contrario, son medidas esenciales para poder controlar el contagio. Además de evitar todos los factores anteriormente mencionados que sí se sabe que debilitan el sistema inmune día a día y que, aún así, seguimos llevando a cabo.