¿Sabemos realmente cómo funcionan nuestros pulmones? ¿Y lo que es una espirometría? Quizá no hayamos caído en ello, pero las enfermedades respiratorias suponen en la actualidad, la tercera causa de muerte en España, con 53.687 muertes en 2018, por detrás de las enfermedades del sistema circulatorio y el cáncer, según los últimos datos del Instituto nacional de Estadística (INE) publicados en diciembre de 2019.
La espirometría es una de las formas más sencillas de saber si nuestros pulmones funcionan correctamente, una corta e indolora prueba que mide nuestra capacidad pulmonar tan solo haciéndonos soplar durante unos segundos a través de un dispositivo especial para ello. El tabaco -por supuesto- y la contaminación son dos de los principales factores de riesgo que predisponen a tener una enfermedad respiratoria que en la actualidad, y según los datos citados del INE, han aumentado un 4%.
Según explica a EL ESPAÑOL Eusebi Chiner, neumólogo y coordinador de Separ Pacientes, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), "la espirometría mide la cantidad de aire que es capaz de entrar en nuestros pulmones y salir de éstos. Si tenemos unos valores de referencia para personas sanas de nuestra misma edad y sexo, podremos comparar nuestra función pulmonar para ver si esta está disminuida o no".
Es una sencilla prueba que, según este neumólogo, debería ser incluida de forma rutinaria en todos los exámenes de salud, al igual que se realiza un electrocardiograma. No obstante, "la espirometría debería realizarse a personas de riesgo de padecer enfermedad pulmonar, como son los fumadores, personal expuesto en su trabajo a inhalación de sustancias nocivas, pacientes con tos persistente (puede tratarse de asma, bronquitis crónica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y otras enfermedades de las vías respiratorias), personas que padezcan de disnea (falta de aire) y en general a cualquier persona con síntomas respiratorios”, expone el especialista.
Pese a todo, hay que tener en cuenta, aclara Chiner que en ciertas enfermedades como el asma o la EPOC, la función pulmonar puede ser oscilante, cambiar a lo largo el tiempo, por lo que tener una espirometría normal será la mejor forma de monitorizar nuestra enfermedad respiratoria, en caso de que la tengamos.
"La espirometría permite detectar enfermedad respiratoria en muchas personas que quizá no lo sepan, porque nuestra capacidad de adaptación es bastante grande, de manera que comenzamos a notar síntomas cuando ya empieza a estar mermada nuestra función pulmonar", afirma Chiner. Por tanto, asegura que cuanto más precozmente se detecte, antes podremos poner remedio con tratamiento y medidas de control ambiental, como por ejemplo evitando el tabaquismo, activo como y pasivo.
Hábitos para cuidar nuestros pulmones
El pasado mes de septiembre se lanzó la campaña Pulmones sanos para la vida (Healthy Lungs for Life) presentada por la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS), la Fundación Europea del Pulmón (ELF) y la ya nombrada SEPAR. En esta campaña se expusieron 4 hábitos claves que están en nuestra mano seguir para cuidar y proteger nuestros pulmones.
Estos cuatro hábitos son los siguientes: dejar o abandonar el tabaco; mejorar la calidad del aire que respiramos (de ahí la importancia de la medidas anticontaminación); la vacunación, es importante promover la vacunación ya que algunas infecciones pulmonares se pueden prevenir a través ésta. Así, los expertos recomiendan la vacunación antigripal o antineumocócica. Y por último, es fundamental movernos cada día y practicar ejercicio físico de forma regular.
Es fundamental, añade Chiner, "contribuir a la salud ambiental evitando la exposición de humos y gases y para ello las medidas recientes aprobadas en algunos ayuntamientos contribuirán a nuestra salud". Tal es así que en 2019 -con motivo del Día Mundial del Pulmón- SEPAR informaba de los efectos nocivos de la contaminación para nuestra salud y de la importancia de las medidas que contribuyen a su reducción: "Se sabe que la contaminación es la causa del desarrollo o empeoramiento de enfermedades respiratorias como el cáncer de pulmón, las neumonías, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el asma, de infecciones respiratorias agudas y de otros muchos efectos dañinos para la salud. Y sin embargo, el 35% de la población española respira aire contaminado. Por eso desde nuestra sociedad científica nos sumamos y apoyamos todas las indicativas y experiencias que buscan reducirlos niveles de contaminación".
Por otro lado, la actividad física que realizamos es fundamental a la hora de cuidar los pulmones. Es importante hacerlo, insiste Chiner, ya que "haciendo ejercicio o caminando todos los días ayuda a nuestros pulmones a mantenerse sano y en aquellos que presentan disminución de su función pulmonar, adaptarse a la disnea y a aumentar la capacidad de ejercicio". Además tenemos que "cuidar la alimentación, vacunarnos frente al virus de la gripe y el neumococo y acudir al neumólogo, si presentamos síntomas respiratorios persistentes", concluye.