"Para vencer al enemigo hay que conocerlo" es una frase mítica en cualquier manual militar y, en tiempos modernos, de estrategia. Pero, si nos ceñimos a ella, las perspectivas sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) no serían nada halagüeñas, y eso a pesar de que en el Congreso de la Sociedad Europea Respiratoria (ERS), que se acaba de celebrar en Milán, se han presentado interesantes avances terapéuticos frente a la misma, como una triple terapia que se administra en una única inhalación y que mejora las opciones actuales.
Sin embargo, la amenaza que los datos confirman que supone la EPOC no parece impactar mucho en la sociedad, según los resultados de la Encuesta sobre concienciación, experiencia e impacto en la calidad de vida de la enfermedad presentada en la misma reunión científica.
850 adultos de Italia, España, Alemania, Reino Unido y Bélgica contestaron a un cuestionario variado sobre la EPOC, pero la pregunta clave -al menos en términos de evaluar el conocimiento- era la siguiente: "¿Ha oído usted hablar de la EPOC?". Y, sin duda, la respuesta es descorazonadora: una tercera parte de los europeos ni siquiera había escuchado nunca este acrónimo. En España, el porcentaje era algo mayor, del 41%.
Según el neumólogo del Hospital Clínico de Madrid Juan Luis Rodríguez Hermosa, la cifra de esta encuesta coincide con otros estudios similares. Algunos incluso sitúan en un 25% los ciudadanos que saben lo que es la EPOC. "Es la respuesta inflamatoria del organismo ante la inhalación de sustancias nocivas", recita a EL ESPAÑOL este experto, como quien se ve forzado a repetir esta definición muy a menudo en su consulta. "Es lo que más tengo que hacer ante un diagnóstico así; eso, y conseguir que dejen de fumar", añade
Porque si bien la EPOC está asociada a numerosas sustancias nocivas, hay una que es la reina de las causas en nuestro país: el tabaco. El especialista calcula que más del 90% de los casos en nuestro medio se deben a esta droga legal. "En otros países, se asocia a la combustión del humo de leña y también hay alteraciones genéticas pero el tabaco es crucial", indica. En la rueda de prensa en la que se presentó la encuesta, también lo dejaron claro: "En Europa, la EPOC estaría prácticamente desaparecida sin tabaco".
Las siglas que identifican a esta dolencia y que tan difícil es recordar para los entrevistados, dicen mucho de sus características. Por supuesto, afecta a los pulmones y, como es lógico, hace que estos se obstruyan. La consecuencia: la fatiga y la falta de aire (disnea) al hacer las actividades cotidianas son -junto con la tos y las expectoraciones- los principales síntomas que llevan a los afectados a consultar al médico.
Pero eso no es todo, esta obstrucción puede provocar enfisema -algo que ocurre en más de un 25% de los casos- que, grosso modo, implica la destrucción de la estructura normal del pulmón, la ruptura de los alvéolos y la formación de agujeros en este órgano.
A pesar de que diversos laboratorios están envueltos en la carrera por encontrar un fármaco curativo para esta enfermedad, hasta ahora no se plantea este escenario. "Lo que se intenta es frenar la evolución y, para ello, es muy importante dejar de fumar", subraya el experto.
Al ser una enfermedad incurable, la EPOC ocupa un puesto importante en las causas de mortalidad. Actualmente es la cuarta, pero se prevé que suba a la tercera en 2020. Para Rodríguez Hermosa es "muy difícil" fijar cuántos años de vida le pueden quedar a una persona recién diagnosticada con la dolencia. Los responsables de la encuesta, por su parte, aclaran que muchos pacientes mueren de comorbilidades, desde enfermedad cardiovascular a cáncer de pulmón -ambas también asociadas al tabaquismo-. En cualquier caso, sí se atreven con una predicción: "Reduce la esperanza de vida entre cinco y 15 años". Sin duda, un dato que hace a la EPOC merecedora de conocer y de combatir.