Hagan la prueba. Vayan a Google y escriban la primera verdura que les venga a la cabeza -zanahoria, jengibre, puerro, rábano…- y añádanle "en ayunas". El buscador arroja decenas de páginas en las que se habla de los resultados casi milagrosos que ofrecen estas hortalizas tras ser ingeridas de forma cruda y sin nada en el estómago. Así, tras el vaso de agua con limón, tomar un diente de ajo crudo en ayunas es uno de los remedios caseros que gozan de mayor popularidad debido a que, supuestamente, ayuda a adelgazar, tiene efectos antibióticos, ayuda a prevenir el cáncer y enfermedades cardiovasculares. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?
Veamos. El ajo es un alimento con un olor y un sabor muy intensos que fundamentalmente nos aporta vitamina C, yodo, fósforo y vitamina B6, según apuntan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN). Muchos de los efectos terapéuticos atribuidos al ajo están relacionados con la alicina, uno de sus compuestos fundamentales al que se le atribuyen propiedades antibióticas. Además, popularmente también se ha pensado que los compuestos de esta especie clasificada dentro de la familia de las liliáceas ayudan a reducir la presión arterial y el colesterol.
En realidad, una cosa es que el ajo dentro de una dieta saludable y equilibrada pueda ser un alimento interesante nutricionalmente hablando, y otra muy distinta que tomar un diente crudo a diario sirva para prevenir dolencias y enfermedades de lo más variopinto. "No podemos dejar de valorar el alimento como un todo en las cantidades que ingerimos. Es como decir que chupar un sauce va a quitarte el dolor de cabeza. Para eso está la farmacia, que se encarga de extraer los principios activos más eficaces para que cumplan los efectos en las dosis que necesitamos", explica Gemma del Caño, farmacéutica y divulgadora especializada en seguridad alimentaria.
Tal y como apunta Del Caño, en el caso del ajo, ni siquiera compensa. "Para los efectos que buscamos hay tratamientos rápidos que solucionan los problemas si queremos por ejemplo obtener un efecto antibiótico", subraya. Además, el efecto antibiótico del ajo no sirve de forma preventiva ya que éste "sólo actúa cuando tiene algo sobre lo que actuar", por lo que "aún pierde más sentido obsesionarse con un consumo diario de ajo pensando que va a mejorar nuestra salud en ese aspecto". No se trata de retirar el ajo de nuestra dieta ya que se trata de un producto interesante y saludable, explica la experta, pero tampoco de utilizarlo como 'alimento antibiótico'.
No, el ajo no sirve para adelgazar
Hay quien también se toman un ajo crudo en ayunas porque creen que puede ayudarles a adelgazar. Tal cual. Y no, esta teoría magufa no tiene ningún sentido. "Si comes sólo ajo, seguro que adelgazas, pero no hay ningún compuesto que por sí mismo haga ese efecto. Ojalá. Atribuir a un único alimento estas propiedades no tiene sentido. Si tomas un ajo por la mañana y un bollo industrial al almuerzo, te aseguro que nunca adelgazarás", confirma la farmacéutica.
"Ya, pero es que siempre se ha dicho que el ajo en ayunas va fenomenal para el corazón", podría esgrimir algún sujeto después de desmontar la teoría de la pérdida de peso. Pues tampoco. Lo explicaba el dietista-nutricionista Julio Basulto hace algún tiempo en un post tan ilustrativo como contundente: "Tomar un ajo crudo no sirve para nada". Tampoco para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Basulto señalaba dos importantes revisiones realizadas sobre la influencia del ajo en la salud cardiovascular. En las conclusiones de la primera de ellas, publicada en 2012 en la revista The Cochrane Database of Systematic Review, se puede leer: "No hay pruebas suficientes para determinar que el ajo proporciona una ventaja terapéutica respecto al placebo en términos de reducción del riesgo de mortalidad y morbilidad cardiovascular en pacientes diagnosticados con hipertensión". El segundo trabajo, publicado en 2016 en Nutrition, también era tajante: "El presente metaanálisis no sugirió un efecto significativo de la administración de suplementos de ajo sobre la reducción de los niveles de lipoproteínas".
"Es el conjunto de hábitos dentro de una alimentación saludable, el ejercicio y alejarse de hábitos nocivos como fumar o beber lo único que ha demostrado que puede prevenir este tipo de enfermedades. No hay alimentos (ni cápsulas de fitoterapia aunque concentren principios activos) que por sí mismos consigan ningún efecto", apunta por su parte Del Caño.
Tampoco previene el cáncer
Pero la cosa no queda aquí. Del ajo crudo en ayunas también se ha llegado a decir que es un alimento que puede ayudar a prevenir el cáncer. Tal y como señala el Instituto Nacional del Cáncer norteamericano, existen muy pocos estudios clínicos que hayan evaluado los posibles efectos anticancerígenos de este alimento. Por esta razón resulta "extremadamente difícil" extraer una conclusión general. "Debido a que muchos de los estudios que examinan el uso del ajo y la prevención del cáncer han utilizado productos con muchos ingredientes, no está claro si el ajo solo o en combinación con otros componentes alimenticios puede tener el mayor efecto", explica el organismo.
Aun así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una dosis diaria de dos a cinco gramos de ajo fresco (un diente de ajo aproximadamente) como medida para la promoción de la salud en adultos. ¿Por qué? "La OMS recomienda una nutrición basada en alimentos saludables como punto más para no favorecer que el cáncer aparezca, igual que eliminar tóxicos. Esa dosis es correcta dentro de una buena nutrición, pero lamentablemente por sí misma sirve de poco para prevenir ningún tipo de enfermedad", señala Gemma del Caño.
Por último, cabe señalar que el ajo es un remedio casero que utilizan muchas personas para tratar las verrugas de la piel. No sólo se trata de algo completamente inútil, sino que además podría provocarnos serias quemaduras si se utiliza de forma oclusiva. "Los mismos componentes que en el organismo no tienen ningún efecto nocivo, en la piel pueden ser nefastos", finaliza Del Caño.