Determinar cuál es el consumo de agua diario más saludable es un tema de estudio que sigue vigente a día de hoy. Aunque anteriormente se recomendaba tomar alrededor de 8 vasos de agua diarios, la realidad es que diversos estudios han probado que no existe una dosis estándar para todo el mundo.
Sin embargo, en lo que se refiere a las infecciones del tracto urinario (ITU), beber más agua de la cuenta suele ser uno de los principales consejos que ofrecen los médicos ante la aparición de síntomas. Ahora, un nuevo estudio publicado en la IDWeek 2017 ha confirmado su efectividad, incluyendo la cantidad de agua adicional que debería beberse como método preventivo: seis vasos más al día.
Evitar la concentración de bacterias
Según este nuevo trabajo, las mujeres que contraen infecciones urinarias de forma frecuente podrían reducir su riesgo de recaída a la mitad con el consumo de litro y medio de agua adicional, lo que equivaldría a los seis vasos ya mencionados.
Los profesionales de la salud ya asumíamos que la ingesta adicional de agua puede disminuir el riesgo de sufrir una ITU, aunque la realidad es que dicho consejo no se había estudiado a fondo y de forma rigurosa. La base científica al respecto era escasa, pero la teoría detrás era que aumentar la ingesta hídrica "limpia" el sistema urinario volviendo más difícil que las bacterias se queden acantonadas y provoquen infecciones.
Como bien afirma el Dr. Thomas Hooton, director clínico de la Sección de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Miami y autor principal del estudio, existen muchos otros consejos y recomendaciones en casos de ITU pero ninguno se había estudiado a fondo hasta hoy.
Según los investigadores, hasta el 60% de las mujeres desarrollarán un episodio de infección urinaria a lo largo de su vida, y hasta un 25% lo sufrirán más de una vez. Ellas son más propensas que los hombres a padecerla ya que su uretra es más corta, por lo que las bacterias tienen más facilidad para llegar a producir problemas viajando desde el recto o la vagina hasta la vejiga.
Reducir el riesgo a la mitad
Para llegar a estas conclusiones, el estudio incluyó a 140 mujeres sanas de menos de 45 años que habían experimentado al menos tres episodios de ITU durante el último año y solían beber menos de seis vasos de agua al día. A una mitad de las participantes se les pidió beber 1,5 litros de agua más diarios, mientras que la otra mitad no cambió de hábitos.
Así, a lo largo de la jornada, las mujeres del primer grupo terminaron bebiendo unos once vasos por solo 5 de las mujeres del segundo. Transcurrido un año, las que habían bebido más agua habían sufrido en promedio 1,5 infecciones del tracto urinario. En comparación, las mujeres que siguieron bebiendo poco padecieron una media de 3 infecciones de este tipo.
Hooton y sus colegas corroboran así la hipótesis que se manejaba con anterioridad a la hora de recomendar el aumento de ingesta de agua: el líquido extra aumentaría la velocidad con la que se vacía la vejiga. Además también reduciría la concentración de bacterias que le llegan procedentes de la vagina, dando lugar a la reducción del riesgo de sufrir una infección.
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