Más allá de los enfoques dietéticos y conductuales, encontrar una solución farmacológica a la obesidad es prioritario. Hablamos de una enfermedad que afecta al 14,5% de la población adulta en España, mientras que más del 38% sufre algún grado de sobrepeso.
En ese aspecto, algunos fármacos aprobados para otros fines han ido abriéndose paso como potenciales tratamientos contra el exceso de peso. Entre ellos, la semaglutida, un fármaco contra la diabetes tipo 2 que ya demostró lograr una pérdida de peso mantenida en estudios recientes.
Ahora, en el reciente Congreso Europeo sobre Obesidad (The European Congress on Obesity o EASO), hasta tres estudios diferentes han corroborado dicho potencial para perder peso en cualquier paciente y a cualquier edad.
La semaglutida pertenece a un grupo de fármacos agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón, o GLP-1, y es el más reciente de este grupo. Su función original es tratar la diabetes tipo 2, pero diversos estudios han sugerido que puede lograr una significativa y mantenida pérdida de peso.
De momento, la semaglutida no está aprobada como tratamiento de la obesidad como tal, ni por parte de la autoridad sanitaria de EEUU, la FDA, ni por parte de la europea, la EMA, aunque sí se está revisando su potencial en este aspecto.
Habitualmente, la pérdida de peso suele acompañarse de una pérdida de masa muscular, un porcentaje de masa magra que suele cambiar con la edad. En uno de los estudios publicados en la EASO, a cargo del Dr. Dror Dicker y sus colegas del Centro Médico Hasharon Hospital-Rabin y de la Universidad de Tel Aviv (Israel), se quiso evaluar el efecto de la semaglutida sobre la pérdida de peso y la composición corporal según la edad.
Se analizaron datos del ensayo STEP 1 publicados en 2020 de pacientes que no sufrían diabetes de tipo 2 pero que presentaban o bien un Índice de Masa Corporal (IMC) de 27 (sobrepeso) por un lado, o un IMC de 30 (obesidad) o más por el otro, durante 68 semanas.
Según sus resultados, todos los grupos de edad perdieron peso de forma similar: tanto los de menos de 40 años, los de entre 40 y 60 años, e incluso los mayores de 60 años perdieron una media de 14-15 kg en el periodo de tratamiento, en comparación a los 2.5 kg de media de pédida de peso en el grupo placebo. Además, la semaglutida logró reducir el porcentaje de masa grasa y aumentó el porcentaje de masa muscular, sobre todo en los menores de 50 años.
Las mujeres, más beneficiadas
Por otro lado, otra investigación sobre la semaglutida publicada en la EASO sugeriría que este fármaco lograría una pérdida de peso tanto en adultos con sobrepeso como con obesidad, pero las mujeres lograrían unos resultados mejores. Aquellos con un peso corporal más bajo de entrada también responderían algo mejor al tratamiento.
Esa sería la conclusión del trabajo llevado a cabo por Robert Kushner y sus colegas, de la Facultad de Medicina en la Universidad de Northwestern, en Chicago (Estados Unidos). Kushner y sus colegas también usaron datos del ensayo STEP 1: pacientes sin diabetes tipo 2 con sobrepeso u obesidad, seguidos durante 68 semanas de tratamiento con semaglutida.
Cuando se analizaron estos datos a fondo, teniendo en cuenta edad, sexo, raza, peso corporal, IMC, circunferencia abdominal y glucemia basal, el porcentaje de pérdida de peso de media fue similar, excepto cuando se tuvo en cuenta el sexo y el peso corporal inicial.
Cuando se tenían en cuenta dichos aspectos, las mujeres lograban una mayor pérdida de peso (18.4%) respecto a los hombres (12.9%). Por su parte, los participantes con un peso corporal inicial más bajo también lograron mayor pérdida de peso (18.6%) respecto a los participantes con mayor peso inicial (13.9%).
Supresión del apetito, otro beneficio
Para finalizar, en otro estudio más presentado en la EASO sobre la semaglutida, a cargo del Dr. Dorthe Skovgaard y sus colegas, y financiado por la empresa fabricante del fármaco (Novo Nordisk), también se ha detectado algo más: la semaglutida sería capaz de reducir el apetito, los antojos y la ingesta calórica en general.
Una vez más, los datos analizados proceden de los ensatos STEP. En este caso, se investigaron los efectos de la semaglutida sobre el vaciado estomacal, la ingesta calórica, el apetito y el autocontrol alimentario en pacientes con obesidad de entre 18 y 65 años, todos ellos sin diabetes tipo 2. En total, se analizaron datos de 72 participantes de 42 años de media y un IMC de 34.4 de media.
Según los resultados del estudio, no hubo evidencia de retraso en el vaciado gástrico tras 20 semanas de tratamiento. Sin embargo, la ingesta energética se redujo hasta un 35% tras 20 semanas de uso de semaglutida, en un ambiente ad libitum (los participantes podían comer lo que quisiesen).
Por su parte, también se detectó una reducción del apetito y un aumento de los sentimientos declarados de plenitud y saciedad, detectando menos antojos alimentarios en los participantes.
Los autores hacen hincapié en estos resultados, dado que recuerdan que el control del apetito y la reducción e la frecuencia y la potencia de los antojos alimentarios son factores importantes en cuanto al control del peso se refiere, sobre todo en una sociedad donde predomina la Dieta Occidental y un estilo de vida marcado por alimentos poco saludables.
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