Dada la importancia que tiene para nuestro organismo el aporte de proteínas, son muchas las personas que se deciden a incluir huevos en su dieta, así como pollo y proteína en polvo. Sin embargo, no todo debe centrarse en los alimentos frescos, ya que también hay productos congelados con los que podemos conseguir ese aporte necesario, como es el caso de la carne de mejillón congelada.
En Mercadona podemos encontrar este alimento congelado en una bolsa de 275 gramos de peso por un precio de 2,45 euros, lo que se traduce en 8,83 euros el kilo. Este molusco bivalvo, del que hablan todos los nutricionistas por ser muy saludable, es un superalimento.
Posee un elevado contenido en proteínas, vitaminas, minerales y aminoácidos. También contiene potasio y ácidos grasos Omega-3, que son altamente beneficiosos para la salud cardiovascular y mental. Además, tiene a su favor que tiene muy poca grasa y carbohidratos.
Al tratarse de un producto ultracongelado, se debe conservar a temperatura igual o inferior a -18 °C, además de que no se debe volver a congelar una vez descongelado para que no se vea comprometida ni alterada la calidad del producto. Para descongelarlo solo hay que retirar el producto del envase y descongelar en el frigorífico. Una vez descongelado, conservar en refrigeración y consumir antes de que transcurran 24 horas.
Cuáles son sus beneficios
Los mejillones son uno de los moluscos a los que no siempre se les da todo el valor que merecen, llegando incluso a ser considerado por algunos como un producto de menor calidad que las almejas. Sin embargo, esto dista mucho de la realidad, ya que comer mejillones aporta muchos beneficios, siendo muy recomendables para todas aquellas personas que quieren seguir una dieta variada y saludable.
Para empezar, tenemos que destacar su alto contenido en proteínas, puesto que el mejillón cuenta con 24 gramos por cada 100 gramos, lo que se sitúa por encima del 30% de la cantidad diaria recomendada, siendo, por lo tanto, una opción muy a tener en cuenta como alternativa a los huevos y otros alimentos que gozan de una gran popularidad en este sentido.
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Por otro lado, conviene recalcar que son muy ricos en potasio, lo que ayuda a que músculos y nervios se comuniquen, al mismo tiempo que facilita la entrada de nutrientes a las células y la salida de sustancias de desecho de las mismas. Además, son perfectos para conseguir un aporte de vitamina B-12, que hace que estén muy indicados para una amplia variedad de tratamientos antidepresivos, interviniendo en una amplia cantidad de funciones corporales y mentales.
Debe destacarse su contenido en ácidos grasos Omega-3, contando con una mayor cantidad de ellos que cualquier otro marisco y, sobre todo, que cualquier otro tipo de carne. Por ello, tienen unas excelentes propiedades antiinflamatorias que ayudan al organismo a hacer frente a diferentes problemas de salud, así como a su prevención.
A ello hay que sumar que fortalece el sistema inmunológico, algo que consigue gracias a su notable aportación de zinc, un mineral que ayuda a hacer frente a distintas bacterias y virus, especialmente en el caso de embarazadas, durante la lactancia y la niñez, cuando el zinc es necesario para crear y desarrollarse adecuadamente.
Los mejillones también son ricos en vitaminas A y C, favoreciendo así la reparación y mantenimiento de huesos y dientes, siendo un poderoso antioxidante y estimulando la producción de glóbulos blancos. De igual manera, destaca por su aporte de fósforo, selenio y sodio, este último clave para poder mantener el control sobre la presión arterial.
Hacer un consumo responsable
Una vez conocidos algunos de los múltiples beneficios que los mejillones tienen para nuestra salud, conviene que conozcas algunos de sus inconvenientes. Aunque pueden ser parte de una dieta equilibrada, conviene saber que consumir cualquier alimento en exceso puede tener efectos negativos en la salud, por lo que no se aconseja su consumo diario.
En este sentido, hay que saber que los mejillones son moluscos filtradores que pueden acumular metales pesados y contaminantes del agua en su tejido, por lo que, si son capturados en zonas con alta contaminación, pueden suponer una exposición a niveles elevados de metales pesados como el plomo y el mercurio, lo que es peligroso para la salud.
Asimismo, hay que destacar que contienen colesterol, y aunque es más bajo que en otros mariscos, aquellas personas con hipercolesterolemia o problemas de salud cardíaca, deben tenerlo en cuenta a la hora de consumir mariscos, y hacerlo dentro de unos límites saludables.
Por otro lado, no es aconsejable su consumo a diario por el exceso de sodio que puede haber, principalmente cuando los mejillones son enlatados o en escabeche, provocado por la sal utilizada en su proceso de conservación. Un contenido excesivo de sodio está relacionado con problemas de presión arterial alta y salud cardiovascular.
Por último, pero no por ello menos importante, debe tenerse presente que aunque los mejillones son bajos en calorías, si se consumen en grandes cantidades, acompañados de salsas u otros complementos ricos en calorías, pueden llevar a un aumento de peso no deseado si no se controla su ingesta.