Nos acompañan casi en el día a día. Y no es para menos: España se encuentra a la cabeza de productores de aceitunas, según datos del Consejo Oleico Internacional (COI). Nuestro país adelanta a otros como Egipto, Turquía, Argelia o Grecia. Quizás por eso están tan presentes en nuestra vida, en multitud de aperitivos y recetas, con un consumo per cápita que supera los 2 kilos por persona y año. No es de extrañar, por tanto, que en los supermercados encontremos una gran oferta con todo tipo de variedades y formatos.
Las aceitunas rellenas de anchoa Hacendado son un ejemplo. Comercializadas por la conocida empresa La Española, Mercadona ha puesto al alcance de sus clientes este tarro de aceitunas rellenas de anchoas de 935 g (530 g escurrido) a un precio de 3,50€. Entre sus ingredientes, encontramos aceitunas, sal relleno de pasta de anchoa (anchoa y estabilizador E-401), sal, potenciadores del sabor E-621 y E-635, acidulante (ácido cítrico), antioxidante (ácido ascórbico) y estabilizador (cloruro de calcio).
Desde el punto de vista nutricional, en su etiquetado se especifica que en promedio, 100 g de estas aceitunas aportan 159 calorías. A ello, se le suman 16 g de grasas, de las cuales 3,1 g son grasas saturadas. Además, aportan 0,5 g de hidratos de carbono, de los cuales 0,5 g son azúcares. También proporcionan 1,5 g de proteínas y 3,1 g de sal. De esta forma, ofrecen una combinación equilibrada de grasas, proteínas y carbohidratos. Eso sí, la cantidad de sal invita a tomarlas con moderación.
Grasas saludables
De todos es bien conocido que las aceitunas son un alimento muy saludable. De hecho, una de sus principales características es que posee un alto contenido de grasas saludables, como el ácido oleico, que ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (malo), aumentar el HDL (colesterol bueno) y mantener la funcionalidad de las células en el organismo. Además, su contenido de calcio y hierro es beneficioso para la protección de los huesos y dientes, y para el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Además, son ricas en algunas vitaminas. Las aceitunas contienen vitamina A y vitamina E, componentes que nutren la piel, desaceleran el proceso de oxidación celular que lleva al envejecimiento prematuro y previenen múltiples enfermedades, especialmente las relacionadas con el corazón y ciertos tipos de cáncer. Asimismo, al contener sodio mediante el proceso de salazón que las hace comestibles, contribuyen a mantener los fluidos corporales en equilibrio y optimizar el sistema nervioso, muscular y circulatorio.
Además, también son una fuente rica de fibra, que aporta interesantes propiedades para la salud. Entre ellas, ayuda a mantener el tránsito intestinal regular, previniendo problemas como el estreñimiento. Facilita el control del azúcar en sangre, al ralentizar la absorción de azúcar, lo que puede ayudar a mantener niveles de glucosa en sangre más estables y proporciona una sensación de saciedad más duradera. Contribuye a la salud cardiovascular, ya que una dieta alta en fibra puede reducir el colesterol LDL (malo), lo que es beneficioso para la salud del corazón.
¿Realmente es anchoa?
La anchoa es un pequeño pez aceitoso abundante en las aguas españolas que ha formado parte de la dieta española desde tiempos antiguos, utilizadas en numerosos platos tradicionales. Si lo pensamos bien, no tiene nada de extraño combinar dos productos que han estado siempre tan presentes en nuestra dieta. ¿Pero cúal es el origen de este aperitivo tan español?
Para responder a esa pregunta, tenemos que mirar a la ciudad alicantina de Alcoy. Allí, el empresario Cándido Miró Rabasa fue el pionero en la elaboración industrial de aceitunas rellenas de anchoa. En 1926, introdujo una máquina deshuesadora que permitió acelerar y mecanizar el proceso, antes realizado manualmente. Pero la realidad es que las aceitunas rellenas ya se consumían en varias ciudades españolas a principios del siglo XIX. Es más, su origen real se encuentra en Marsella, desde donde llegaron a España en los primeros años de ese siglo como un producto gourmet.
Resuelta esta duda, se plantea otra: ¿realmente es anchoa? La respuesta es sí, al menos, parcialmente. "Las aceitunas rellenas de anchoa son aceitunas en cuyo interior llevan una mezcla o una pasta de anchoa, es decir, no es anchoa 100%", explicó a EL ESPAÑOL la nutricionista Andrea Calderón, profesora de la Universidad Europea de Madrid y secretaria científica de la Sociedad Española de Ciencias de la Alimentación (SEDCA).
En realidad, se trata de una pasta elaborada con una parte de anchoa, que suele estar en una proporción del 30%, con diferentes aditivos y sal. A pesar de ello, estos aditivos son inocuos para la salud, ya que se trata de antioxidantes, acidulantes y correctores de acidez, y estabilizadores, para que la pasta se mantenga estable. “A veces, llevan otros menos recomendables como potenciadores del sabor, por ejemplo, E-621, que es el conocido glutamato monosódico", señaló la nutricionista.